Puede que alguna vez hayas sentido ese cosquilleo incómodo o esa aceleración cardiaca al ver que tu pareja le dio “like” o “me gusta” a la publicación de alguien atractivo, o quizás hayas encontrado algún mensaje o interacción en redes sociales que no sabes cómo interpretar. Es allí cuando surgen las interrogantes: ¿estoy exagerando?, ¿por qué esto me incomoda? ¿Esto cuenta como infidelidad?
Con sinceridad, la respuesta no es tan sencilla. Aunque existen definiciones clínicas y sociales de lo que implica una infidelidad, en la práctica, su interpretación puede variar significativamente según la persona, la cultura y el tipo de relación. Entonces, lo para una persona puede significar una traición para otra puede que no tenga esa misma interpretación.
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Lo cierto es que si quieres saber más sobre el tema, has llegado al lugar indicado. En esta oportunidad hablaremos sobre cuándo una interacción en redes sociales cruza la línea de la infidelidad dentro de una pareja o un vínculo.
De lo general a lo personal: ¿qué es infidelidad hoy?
Si hablamos desde un enfoque tradicional, la infidelidad históricamente ha sido asociada con el contacto físico, sexual o romántico fuera de una relación. Pero, en la actualidad, y la llegada de las redes sociales, los chats privados y los likes, han desdibujado los límites de lo aceptable y lo inapropiado.
Hoy en día existen distintas formas de infidelidad. Entre ellas están las de tipo:
- Sexual: No necesita mucha explicación. Básicamente, surge de un encuentro sexual con alguien fuera de la relación.
- Emocional: Cuando se desarrolla un vínculo afectivo o romántico con otra persona, no necesariamente hay contacto físico.
- Virtual o en línea: Cuando el engaño ocurre a través de chats, sitios web, redes sociales o incluso aplicaciones de citas.
Es en este punto donde entran esos “likes” y mensajes que tantas dudas generan.
El universo digital y la “microinfidelidad”
El concepto de la “microinfidelidad” es algo que cada vez se escucha más. Esto hace referencia a esos actos pequeños y aparentemente inofensivos que pueden generar una carga emocional o intencional importante dentro de un vínculo. Aquí algunos ejemplos:
- Dar like repetidamente a fotos de una persona en particular por la que se sienta atracción.
- Escribir mensajes privados con un tono de coqueteo
- Seguir en redes sociales a una ex pareja y reaccionar a sus publicaciones
- Usar emojis sugestivos como el fueguito o la carita que bota baba.
¿Significa que todo esto es infidelidad? No necesariamente, pero si estás propiciando estas interacciones, puede ser útil reflexionar sobre la intención detrás de ellas o si esto podría generar incomodidad en la pareja.
Además, el psicólogo Martin Graff ha planteado que mostrar un nivel elevado de interés digital hacia alguien fuera de la relación puede interpretarse, en algunos casos, como una forma de microinfidelidad.
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¿Dónde está la línea?
En este punto es importante resaltar que la línea la establece cada pareja, ya que dentro de cada vínculo sexo-afectivo existen acuerdos propios, y esos acuerdos se deben hablar, definir y respetar, y de vez en cuando, revisar.
Por eso, la línea de lo no permitido se cruza cuando hay información oculta, intencionalidad y una falta de respeto a los acuerdos establecidos como pareja. Actitudes como actuar de una forma distinta cuando no se está con la pareja, negar su existencia ante otras personas, ocultar o borrar conversaciones de forma estratégica, empezar a proteger demasiado el smartphone de la pareja o estar a la defensiva ante ciertas preguntas, no es una buena señal.
La hipervigilancia constante o la sospecha excesiva tampoco son señales saludables dentro de una relación. La diferencia siempre estará en el contexto y, sobre todo, en la intención, pero también en la importancia de hablar sobre las cosas que generan incomodidad.
Señales que pueden indicar una infidelidad digital o emocional
Aunque no siempre es fácil saberlo, hay ciertos comportamientos que podrían indicar que tu pareja está cruzando los límites:
- Cambios en el patrón de sueño: la persona se queda despierta más tiempo, especialmente viendo el smartphone.
- Se muestra más irritable o distante especialmente contigo.
- Hay una disminución en la intimidad física o emocional.
- Protege sus dispositivos de forma exagerada.
- Cambia contraseñas o borra historiales de navegación y mensajes.
- Te acusa de que tú estás coqueteando, cuando no es así (esto puede ser proyección).
Si notas varias de estas señales, quizás sea momento de abrir una conversación.
¿Y si el problema es que nunca hablaron de lo que está permitido y lo que no?
Hay parejas que pueden evitar las conversaciones incómodas por vergüenza, miedo o porque creen que “ya todo está dicho” o “se sobreentiende”. Pero lo cierto es que lo que para una persona puede ser una falta, para el otro puede ser algo completamente normal o sin importancia. No porque esté bien o esté mal, sino porque no está hablado.
Por eso, es fundamental conversar sobre los límites. ¿Está bien hablar con ex parejas? ¿Está bien seguir a modelos o influencers sexys en Instagram? ¿Qué tipo de mensajes o emojis se consideran inapropiados? ¿Dónde comienza el coqueteo? Como dijimos, no hay respuestas universales, pero sí hay acuerdos que deben ser respetados.
Hablar de esto no es desconfiar o ser demasiado intenso, es cuidar de sí mismo y de la relación. Es prevenir malentendidos y proteger lo que se está construyendo en conjunto.
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Si ya pasó… ¿se puede reparar?
Si tienes la impresión de que tu pareja ha sobrepasado un límite, lo esencial es no permitir que la incertidumbre te consuma ni reprimir el sufrimiento. Comunícalo.
Habla con claridad y desde tus emociones, no desde la rabia o la confrontación. También es importante escuchar lo que el otro tiene que decir. A veces hay explicaciones, a veces hay errores. Y otras veces, lamentablemente, hay intenciones ocultas.
Si todas las partes están dispuestas a hablarlo, a reconocer lo que pasó y a establecer (o restablecer) nuevos acuerdos, es posible sanar. La sinceridad, la empatía y el compromiso son fundamentales para sostener cualquier vínculo. Y si no pueden solos, siempre pueden acudir a un terapeuta de pareja.

Bárbara Zapico Salomón
Bárbara Zapico Salomón
Psicóloga De Pareja, Familia, Niños Y Adultos
Reflexionemos un poco
Un ‘like’ puede ser solo un gesto sin importancia… o, en ciertos contextos, una invitación velada. Un mensaje puede ser una conversación inocente… o una doble intención. Todo depende del contexto, de la intención, y de los acuerdos que tengan en la relación.
No todos vemos la infidelidad de la misma forma, y hay que vivir con eso. Lo importante es no asumir, sino hablar. Lo que se acuerda, se respeta. Y donde hay respeto, hay amor y fortaleza.
Así que si estás sintiendo incomodidad por algo que ves o intuyes, no lo minimices, pero tampoco lo tomes como verdad absoluta sin antes hablarlo. Pregunta, comparte cómo te sientes, y también, escucha. Porque al final del día, la mejor manera de proteger una relación no es vigilando, sino comunicando.


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