Cuando las mujeres tienen depresión pero no lo saben

Te explicamos por qué es común que las mujeres desarrollen depresión sin darse cuenta.

Cuando las mujeres tienen depresión pero no lo saben
Pexels

¿ERES PSICÓLOGO/A EN ?

Destaca entre toda tu competencia profesional.

Cuando pensamos en alguien con depresión, la imagen que muchas veces se nos viene a la cabeza es alguien que llora todo el tiempo, que no quiere salir de la cama, que ha perdido el interés por todo lo que antes le gustaba. Pero la verdad es que no siempre se ve así. A veces, la depresión se disfraza.

Hay personas —sobre todo mujeres— que siguen adelante con su vida como si nada. Van al trabajo, cumplen con todo, hacen reír a los demás, publican fotos sonriendo… y, sin embargo, por dentro se sienten desconectadas. Como si estuvieran funcionando en automático.

Hoy quiero hablarte de eso. De cuando las mujeres tienen depresión pero no lo saben. De por qué sucede, cómo se manifiesta y, sobre todo, qué podemos hacer cuando sentimos que algo no está bien, aunque desde afuera todo parezca estar en orden.

¿La depresión en las mujeres es diferente?

Las cifras nos dan una pista clara: la depresión es un 50 % más común en mujeres que en hombres a nivel global (WHO, 2021). En la adolescencia, esa brecha es aún más evidente: una de cada cuatro chicas presenta síntomas depresivos, más del doble que los varones de su edad (CDC, 2023). Pero para entender qué hay detrás de estos números, no basta con mirar los datos clínicos. Hay que mirar también el contexto en el que las mujeres viven, crecen y se construyen a lo largo de su vida.

Muchas mujeres aprenden, desde muy temprano, que deben estar disponibles para los demás. Que se espera de ellas que cuiden, que escuchen, que resuelvan. Que sepan cómo sostenerlo todo sin perder la calma, sin fallar, sin hacer “mucho ruido”. Esto no siempre se dice de forma explícita, pero se transmite en frases cotidianas, en gestos, en mandatos sociales que pesan más de lo que parecen.

Con el tiempo, esto genera una forma de estar en el mundo marcada por una alta autoexigencia, dificultad para poner límites, y una tendencia a postergar las propias necesidades. No es que las mujeres “no quieran pedir ayuda”, sino que muchas veces no se sienten con permiso para hacerlo. Porque hacerlo implicaría admitir que algo no va bien, y eso puede ser percibido como debilidad, como falla, o como una señal de que no están “a la altura”.

En ese contexto, la depresión no siempre se manifiesta como una tristeza evidente. A veces se presenta como un agotamiento que no se va con dormir, una irritabilidad que aparece sin razón aparente, una desconexión emocional que cuesta explicar. A menudo, se sigue funcionando: se trabaja, se cuida, se responde, se hace lo que toca. Pero por dentro, algo se va apagando. Y como desde afuera todo parece estar en orden, el malestar pasa desapercibido. Para los demás… y muchas veces también para la propia persona.

Por eso la depresión en mujeres, en muchas ocasiones, no se reconoce a tiempo. No encaja del todo en la imagen clásica que solemos tener de una persona deprimida. Y sin embargo, está. Silenciosa, sostenida, funcionando. Comprender estas diferencias no significa restar importancia a otros casos, ni dividir en categorías. Significa reconocer que las formas en que el malestar emocional se expresa están profundamente influenciadas por el contexto social, cultural y de género. Y que, si queremos acompañar con sensibilidad y efectividad, necesitamos dejar de mirar solo los síntomas y empezar a mirar también lo que los rodea.

Porque no se trata solo de cuánto duele. Se trata también de cuán permitido está nombrar ese dolor.

No todo cuadro depresivo se ve igual

Durante mucho tiempo se pensó que estar deprimida era sinónimo de estar tirada en una cama, sin poder levantarse, llorando a escondidas. Y sí, a veces se siente así. Pero no siempre.

Hay mujeres que viven con depresión y, aun así, son altamente funcionales. Trabajan, cuidan de sus hijos, cumplen con compromisos, se ríen en reuniones sociales, publican historias en Instagram... y por dentro sienten que algo no está bien. Que algo se apagó.

A ese tipo de experiencia se le llama depresión altamente funcional. Aunque no se trata de un diagnóstico clínico oficial, comparte características con lo que en psicología conocemos como trastorno depresivo persistente (antes llamado distimia). Y es una de las formas más invisibles de sufrir, porque no encaja con la imagen clásica que solemos tener de una persona deprimida. Como desde fuera todo parece estar “normal”, el entorno no pregunta. Y como tú sigues haciendo todo lo que se espera de ti, tampoco te detienes a mirar qué está pasando.

Pero seguir funcionando, ser productiva, no siempre es sinónimo de estar bien.

Muchas veces, detrás de esa eficiencia, hay una autoexigencia agotadora, una sensación de vacío difícil de explicar, una dificultad enorme para disfrutar lo que antes te hacía bien. Todo eso ocurre mientras te esfuerzas por mantener todo bajo control, como si fuera tu responsabilidad sostener el mundo sin que nadie lo note. Y así, en silencio, se acumula el desgaste emocional. Hasta que el cuerpo o la mente dicen basta.

Depresión altamente funcional: causas y síntomas

¿Habías escuchado este término antes? Tal vez no con ese nombre, pero muchas mujeres lo viven a diario sin saberlo. Por eso es importante entender qué hay detrás y cómo puede manifestarse.

¿Qué factores pueden influir en su aparición?

  • Una carga mental constante, donde sientes que no puedes soltar nada sin que todo se caiga.
  • Autoexigencia alta, esa voz interna que nunca se conforma y te hace sentir que podrías estar haciendo más.
  • Poca o nula práctica de autocuidado. Estás para todo el mundo… menos para ti.
  • Historial familiar de trastornos del estado de ánimo, aunque nunca se haya hablado del tema.
  • Cambios hormonales o condiciones médicas que afectan tu equilibrio emocional.
  • Presión social por cumplir ciertos estándares de “mujer ideal”: eficiente, estable, disponible.
  • Dificultad para reconocer o nombrar el malestar. A veces ni siquiera sabes qué sientes exactamente.

Señales que pueden indicar su presencia

  • Te sientes agotada incluso después de haber dormido o descansado.
  • Las cosas que antes te emocionaban ya no te generan casi nada.
  • Hay una sensación constante de vacío o desconexión emocional.
  • Duermes demasiado… o te cuesta muchísimo conciliar el sueño.
  • Has notado cambios en el apetito, que van y vienen sin mucha explicación.
  • Te cuesta concentrarte, incluso en tareas simples o rutinarias.
  • Sientes culpa, insatisfacción o una sensación de que “no estás dando suficiente”, aunque no pares de hacer cosas.
  • Te mantienes ocupada todo el tiempo para no detenerte a pensar.
  • Evitas conversaciones profundas porque sabes que si te abres… se te va a mover algo que no quieres tocar.

Y ojo: estas señales no reemplazan una evaluación profesional. No están para que te pongas una etiqueta, sino para ayudarte a mirar más de cerca lo que estás sintiendo.

Aunque la depresión altamente funcional no aparece como un diagnóstico formal en manuales como el DSM-5, cada vez más profesionales de salud mental coincidimos en lo mismo: el hecho de que alguien cumpla con sus responsabilidades no significa que esté bien.

Estar funcionando no es sinónimo de estar en paz. Algunas de estas señales también pueden estar presentes en situaciones de mucho estrés, ansiedad o agotamiento, sin que necesariamente haya una depresión. Por eso, lo más recomendable es buscar orientación profesional si estos síntomas se mantienen en el tiempo o afectan tu bienestar.

¿Qué hacer cuando algo no se siente bien?

A veces, lo más urgente no es hacer más, sino pausar. Detenerte un momento y preguntarte con honestidad: ¿Esto que estoy sintiendo es algo puntual… o ya se volvió parte del día a día?

Porque la depresión no siempre aparece como una tormenta que lo arrasa todo. A veces llega despacito, disfrazada de estrés, cansancio o esa sensación difusa de haber perdido el brillo por dentro sin saber por qué.

Si algo de esto te está pasando, aquí van algunas claves que pueden ayudarte a empezar a mirar lo que está ocurriendo:

1. Observa lo que estás sintiendo

Si desde hace un tiempo notas que algo no encaja —como si estuvieras en piloto automático, sin entusiasmo—, no lo ignores. El cuerpo y la mente envían señales. Escucharlas también es una forma de cuidarte.

2. Habla con alguien de confianza

A veces, basta una conversación honesta con una amiga, con alguien que te escuche sin minimizar lo que estás sintiendo. Poner en palabras lo que te pasa ayuda a ver las cosas con más claridad.

3. Reorganiza tus prioridades

No todo es urgente. Y no todo depende de ti. El descanso, los momentos de desconexión, el placer, el “hacer nada” también son necesarios. No es egoísmo cuidarte. Es tu base para poder sostenerte y sostener a otros.

4. Busca apoyo profesional

Si el malestar lleva tiempo o no sabes por dónde empezar, hablar con un psicólogo o una psicóloga puede marcar una gran diferencia. La terapia no es solo para momentos de crisis; también es para prevenir, comprender y acompañarte en tu proceso.

En algunos casos, se puede considerar el uso de medicación, siempre bajo indicación médica y como parte de un abordaje integral. No hay una única forma correcta de sanar. Lo importante es encontrar el camino que se adapte a ti.

5. No minimices tu experiencia

Frases como “hay gente en peores situaciones” no ayudan. Compararte solo te aleja de lo que realmente importa: lo que tú estás sintiendo ahora. Aunque no haya una razón “objetiva”, aunque desde afuera no se note… si te duele, merece atención.

Y si algo de todo esto te resonó, no lo dejes pasar. No te acostumbres a sentirte así.

Aurora De La Oz

Aurora De La Oz

Licenciada en psicología clinica y charlista internacional. Especialista en inteligencia emocional.

Profesional verificado
Santo Domingo
Terapia online

Nombrar lo que te pasa no te hace más débil. Te hace más libre.

Y aunque al principio cueste, pedir ayuda también es una forma de empezar a volver a ti.

Newsletter PyM

La pasión por la psicología también en tu email

Únete y recibe artículos y contenidos exclusivos

Suscribiéndote aceptas la política de privacidad

  • Centers for Disease Control and Prevention. (2023). National Health Interview Survey: Early release program. U.S. Department of Health and Human Services.

Al citar, reconoces el trabajo original, evitas problemas de plagio y permites a tus lectores acceder a las fuentes originales para obtener más información o verificar datos. Asegúrate siempre de dar crédito a los autores y de citar de forma adecuada.

Aurora de la Oz. (2025, junio 19). Cuando las mujeres tienen depresión pero no lo saben. Portal Psicología y Mente. https://psicologiaymente.com/clinica/cuando-mujeres-tienen-depresion-pero-no-lo-saben

Licenciada en Psicología Clínica

Santo Domingo
Terapia online

Aurora De La Oz es Licenciada en psicología clínica, especialista en inteligencia emocional y conferenciante internacional.

Artículos relacionados

Artículos nuevos

Quizás te interese