¿Alguna vez te has preguntado por qué cuando tienes el ánimo abajo, parece que los demás ven aspectos positivos de tu vida que tú no puedes ver?
Lo cierto es que hoy, gracias a diversos estudios en psicoeducación, redes de apoyo y desarrollo de empatía, sabemos que cuando alguien pasa por un momento difícil, mencionarle los aspectos positivos de la vida o alentarlo a poner más ímpetu (o ganas) a su día a día puede no sólo resultar contraproducente, sino agravar el curso de algunas condiciones como la depresión (la persona podría comenzar a considerar que -“ni para ver las cosas buenas sirvo”).
De modo que, aunque resulta intuitivo, tratar de ayudar a las personas con este tipo de frases podría no ser muy útil en la práctica. ¿Pero tienen algo de cierto frases como “tienes cosas buenas”? Sería complejo afirmarlo, aunque tampoco es del todo negable.
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¿Una perspectiva optimista ante la depresión?
Sucede que algunas condiciones en la salud mental están dadas por la forma en la que nuestro cerebro procesa las cosas. Es decir, la perspectiva que damos a los eventos puede resultar determinante en grado de malestar emocional.
De hecho, diversos estudios han encontrado que nuestra mente llega a conclusiones apresuradas con información insuficiente, sobre todo cuando nos encontramos deprimidos o ansiosos.
No es una decisión por parte del individuo (puesto que la agrupación de eventos y sus consecuencias facilitan esta perspectiva), y al no ser una decisión, la modificación de cualquier perspectiva genera un fenómeno llamado disonancia cognitiva en el que las personas experimentamos desconcierto por estas formas de ver las situaciones de manera distinta.
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La interpretación de la realidad
Para muchos teóricos como Aaron Beck o Albert Ellis (renombrados investigadores y autores de algunos de los tipos de psicoterapia más empleados actualmente), la forma en que interpretamos algunas cosas naturalmente despierta reacciones de ansiedad. Un ejemplo es la hipocondriasis, condición en la que las personas interpretamos cambios en el cuerpo (ejemplo: un lunar) como indicativo de cáncer o alguna condición de mayor gravedad.
Si bien para los demás puede sonar exagerado, esto se vive con una profunda angustia y es totalmente válido sentirse de ese modo. Aquí es donde nuestra percepción e interpretación tienen un juego. Nuestras experiencias, estilo de vida, salud en general... configuran la forma en la que vemos las cosas, es un sistema de aprendizaje.
De modo, que este pequeño modelo explica muchas condiciones. No es una afirmación sencilla, por supuesto, y no debemos dejar de lado los múltiples factores externos adicionales relacionados que nos llevan a interpretar las cosas de determinada manera, como nuestro contexto familiar, laboral, enfermedades con las que vivimos, la violencia, etc.
¿Qué papel juega la psicoterapia?
La terapia trabaja no sólo con la forma en que vemos las cosas; se acompaña de cambios en el estilo de vida, la forma en que nos relacionamos con los demás y la puesta de límites para nosotros y los demás.
En conjunto, permitimos que nuestro cerebro procese la información de manera más amable con nosotros y nos permite cultivar mayor bienestar emocional.
Concluyendo...
Como podemos considerar ahora, no se trata sólo de recomendarle una perspectiva positiva a los demás cuando pasamos por momentos difíciles, es un cambio de muchas fuentes de estrés para aprender a visualizar el panorama completo, y muy importante, de manera más amable para nosotros. Aunque para varios autores, definitivamente, la forma de vernos a nosotros y al mundo puede afectar profundamente nuestro estado de ánimo.
Autor: Dr Octavio Gascón - Médico especialista en salud mental y psicoterapia cognitiva.