Lamentablemente, el fenómeno del despido es una realidad muy presente en las sociedades contemporáneas, caracterizadas por la competitividad y la búsqueda constante de eficiencia. Pero, evidentemente, no es algo que haya surgido únicamente durante las últimas décadas; es algo íntimamente ligado a la existencia de un mercado laboral, aunque esto se agudice más en el siglo XXI, el cual ha dado lugar a un entramado productivo en el que constantemente aparecen y desaparecen puestos de trabajo.
La cuestión es que buena parte de lo que convierte en problemática la experiencia de “me han helado del trabajo” es que estas situaciones casi nunca se limitan a ser un problema técnico, algo que pueda ser resuelto simplemente siguiendo una serie de pasos predefinidos para empezar a trabajar en otro sitio sin perder tiempo. Al contrario: el primer paso es tomar las medidas oportunas para lidiar con nuestras emociones, y sobre todo, con el duelo laboral, que nos hace vivir una crisis emocional (o incluso una crisis vital, en algunos casos).
Por eso, en este artículo veremos algunos consejos generales que pueden resultarte útiles si tienes que afrontar la experiencia de haber sido echado/a del trabajo, y el duelo psicológico que esto genera.
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La pérdida de puesto de trabajo como forma de duelo
Tal y como he comentado antes, un despido no es únicamente ni un formalismo ni un problema de tipo económico o laboral. Es, sobre todo, una crisis que debe ser afrontada psicológicamente. No solo para gestionar el malestar emocional y hacer que nos afecte lo menos posible, sino también para evitar en la medida de lo posible que este “shock” psicológico y nos dificulte el proceso de volver a tener un proyecto laboral sostenible y viable a corto y medio plazo, al hacernos ir lentos.
En este sentido, hay varios elementos que nos fuerzan a realizar un “reajuste” psicológico después de haber sido despedidos del trabajo. Los más comunes son los siguientes (aunque no tienen por qué aparecer todos a la vez):
- Planes de futuro en lo relativo a nuestro poder adquisitivo.
- Bajada de la autoestima, nuestra identidad como profesionales entra en crisis.
- Exposición a la ansiedad que supone comunicar ese despido a familiares y amigos.
- Afrontamiento de la incertidumbre ante un mercado laboral muy competitivo.
- Nostalgia por los momentos en los que se disponía de cierta estabilidad laboral.
Todos estos son aspectos del despido que nos afectan mentalmente, pero técnicamente no son el duelo laboral; este último es una parte de esos fenómenos psicológicos que nos influyen tras perder un trabajo. Empecemos, en primer lugar, por definir el término “duelo psicológico”: se trata del proceso emocionalmente doloroso de superar una pérdida significativa, ya sea por la muerte de un ser querido, el hecho de sufrir una lesión que ha modificado nuestro cuerpo rápidamente, la experiencia de tener que irnos de nuestro país de origen, etc.
En el caso del duelo laboral, esta pérdida está asociada a nuestro Yo laboral, y normalmente se produce tras un despido, una degradación en la organización de la empresa, o una jubilación. Incluso puede surgir después de haber renunciado a nuestro trabajo y arrepentirnos al ver que nuestros planes al salir de esa empresa no han salido como esperábamos.
Cómo gestionar el duelo laboral tras sufrir un despido
Sigue estos consejos para superar el mal trago si te han hechado del trabajo.
1. Expresa lo que sientes y no rechaces la ayuda de los demás
Muchas personas, especialmente hombres, no solo no consideran que pueden disponer del apoyo emocional de sus seres queridos, sino que además adoptan una actitud de sobrecompensación para no “mostrarse débiles” y ver que incluso si han perdido ese puesto de trabajo, son capaces de seguir poseyendo para la familia y para sus propias vidas. Esto es un error que, además de generar frustración y deteriorar la salud mental, acostumbra a enrarecer las relaciones personales en el círculo social más cercano e íntimo. En este sentido, es muy importante ser honestos y comunicar cómo nos hace sentir esa experiencia, por un lado, y no rechazar la ayuda que nos puedan ofrecer, o incluso pedirla directamente si sentimos que es necesario.
Además, se ha demostrado que hablar de aquello que nos hace sentir mal o ha generado en nosotros un duelo psicológico es algo útil para superarlo cuanto antes, a través de un fenómeno conocido como etiquetado emocional. Al plasmar en palabras nuestras preocupaciones y pensamientos asociados a la angustia, aprendemos a ver esos temas con una mayor distancia y neutralidad, y dejamos de evitar pensar en ello debido a lo intimidante que resulta afrontar una maraña de sentimientos mezclados y sin ordenar.
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2. Mantén hábitos saludables
Todo tiene su lado positivo, incluso un despido; durante esos primeros días de duelo laboral, no tendrás escusa para adoptar hábitos saludables, muchos de los cuales no llevabas a cabo porque el trabajo te quitaba tiempo. Pero es que, además, cuidarse es muy importante para afrontar el duelo laboral si nos han echado del trabajo, ya que comer bien y descansar lo suficiente nos vuelve menos vulnerables a los problemas de estrés y ansiedad. Así pues, procura cocinar la mayor parte de los platos que comas y establece en tu horario unas rutinas de sueño que te permitan dormir lo suficiente cada noche. Así, estarás más equipado/a para gestionar tus emociones.
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3. Trabaja en tu autoconocimiento y refuerza tu autoestima
Ir tomando notas en un diario personal es una muy buena manera de revisarnos, replantearnos nuestros valores y prioridades, y de ser conscientes de nuestros logros, siempre y cuando abordemos esta tarea proponiéndonos ser constructivos. Para superar el duelo laboral hay que dejar ir esa tentación de martirizarnos asumiendo que debemos castigarnos por lo ocurrido, ya que eso nos metería en un círculo vicioso de tristeza y pasividad especialmente dañino en una situación en la que debemos plantearnos nuevas opciones laborales. En este sentido, deberíamos poner el foco en todos aquellos procesos de autoconocimiento que nos lleven a conectar mejor con aquello que de verdad queremos lograr, y aquello que sabemos que somos apaches de hacer.
4. No evites pensar en que te han echado
Todo duelo psicológico debe ser superado a través de la aceptación, para poder pasar página. Esto implica, entre otras cosas, que evitar pensar en lo ocurrido es contraproducente, ya que nos paraliza y, además de ser poco eficaz (siempre terminamos pensando en eso lo queramos o no), nos mete en un bucle de ansiedad-evitación-ansiedad. No veas esta experiencia como un tema tabú, pero eso sí, piensa en ello de un modo constructivo e intentando aprender de los errores, extrayendo información que te sirva para plantear hipótesis sobre lo que te puede convenir hacer a continuación.
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5. Adopta pautas para volver a ser laboralmente activo/a
El hecho de que pasar por un despido nos obligue a afrontar el reto de encontrar otro trabajo tiene cosas malas y cosas buenas. Las malas ya las hemos visto, pero las buenas es que esta tarea puede ser una excelente plataforma desde la que reimpulsar nuestra capacidad de creer en nosotros mismos y de aceptar que ese despido se ha producido tomando las riendas de la situación.
Así pues, si de verdad te implicas en adoptar una rutina diaria que te acerque cada vez más a encontrar un trabajo nuevo, esto evitará que tu atención caiga una y otra vez en esas dinámicas de afrontamiento ineficaz del duelo que te lleven a alimentar el molestar constantemente e innecesariamente. Asegúrate de que estas rutinas tienen objetivos a muy corto plazo y con fecha límite.
6. Si ves que no puedes con la situación, acude al psicólogo
En psicoterapia encontrarás atención profesional adaptada a tu caso y dispondrás de un programa e entrenamiento en la gestión de tus emociones, que te resultará muy útil para sentirte mejor y, además, para afrontar el reto de buscar otro trabajo (si es que lo necesitas).
¿Quieres disponer de apoyo psicoterapéutico?
Como hemos visto, la complejidad del duelo laboral hace que esta experiencia tenga una gran capacidad para desbordarnos emocionalmente. Ahora bien, eso no significa que no tengamos ninguna posibilidad de afrontarlo y de adoptar estrategias para hacer que no nos haga sufrir de un modo innecesario, pasando página cuanto antes. Pero tal y como ocurre con todos los problemas relacionados con las emociones, conviene asumir que nada nos obliga a pasar por todo esto sin buscar ayuda. Por eso, si te interesa acudir al psicólogo para empezar un proceso de psicoterapia, ponte en contacto conmigo.
Javier Ares Arranz
Javier Ares Arranz
Psicólogo especialista en Depresión, Ansiedad y Pareja.
Mi nombre es Javier Ares y soy Psicólogo General Sanitario especializado en problemas emocionales, de ansiedad y de pareja. Puedo ayudarte tanto a través de sesiones presenciales como a través de sesiones online.