La idea de que las personas con autismo no tienen empatía está bastante extendida popularmente. Sin embargo, los avances en las investigaciones científicas aportan cada vez más información que permite comprender que esta afirmación es reduccionista y que la realidad es algo más compleja.
Esto ha llevado a que se planteen nuevas hipótesis y teorías sobre el tema. De hecho, en 2024 se publicó un estudio en el que se estudió a fondo la forma en que la empatía se manifiesta en personas con autismo y los resultados son sorprendentes. A lo largo de este artículo explicamos la investigación y sus resultados en profundidad.
¿Qué entendemos por empatía?
En términos generales, se suele describir la empatía como la capacidad de ponerse en el lugar de la otra persona. Con esto, lo que se pretende decir es que la empatía engloba la capacidad de comprender las emociones y los sentimientos de otra persona, incluso a pesar de no estar viviendo lo mismo.
Puesto que la empatía tiene un componente cognitivo, que permite entender cómo se está sí entiendo la otra persona, se asocia con la teoría de la mente —y las personas con autismo suelen tener dificultades en este punto—.
Además, implica otros aspectos como la escucha activa y las respuestas emocionales, aunque eso no implique que necesariamente tengamos que sentir lo que la otra persona está sintiendo. Es decir, la empatía nos permite comprender la postura de la otra persona sin que eso nos lleve a asumir sus problemas como algo propio.
En muchas ocasiones se hace la distinción entre empatía cognitiva —entender lo que la otra persona siente— y la empatía afectiva —sentir con la otra persona—. En base a esta propuesta, todas las personas combinamos ambas de diferentes formas y lo ideal es encontrar el equilibrio.
El estudio sobre la empatía en los TEA
El problema que se ha observado en relación con el autismo es que a la hora de diseñar los estudios científicos no siempre se ha hecho una distinción clara entre el aspecto cognitivo y el afectivo de la empatía. Como consecuencia, se ha podido deducir de forma simplista y reduccionista que las personas con autismo tienen una falta de empatía.
Por ello, un equipo de investigadores quiso analizar estas brechas examinando la estructura y las propiedades psicométricas de la Escala de Empatía de Perth (Perth Empathy Scale). Esta herramienta permite medir de forma más precisa ambos tipos de empatía y su relación con las emociones (tanto las agradables como las desagradables).
Los científicos reclutaron a un total de 239 participantes con autismo y 690 individuos control, sin autismo. Todos ellos completaron en línea cuestiones relacionadas con su forma de reaccionar ante situaciones emocionales.
Además de analizar los resultados obtenidos, los científicos se apoyaron en técnicas avanzadas para poder verificar si la estructura interna de la empatía (formada por los factores empatía cognitiva, empatía afectiva positiva y empatía afectiva negativa) era igual entre el grupo de participantes con autismo y el control.
Este análisis permitió obtener información también relacionada con el funcionamiento de ítems concretos, las correlaciones entre los tipos de empatía y la variabilidad individual dentro de cada grupo. Asimismo, se analizó sí factores como la edad y el género modificaban los resultados.
Los principales resultados que encontraron los investigadores
Tras el análisis exhaustivo realizado a la Escala de la empatía de Perth, los científicos pudieron corroborar que la herramienta no presentaba ningún sesgo. Esto quiere decir que las comparaciones entre las personas con autismo y sin autismo eran válidas, puesto que la escala midió lo mismo en todos los participantes.
Partiendo de esta base, podemos decir que los resultados obtenidos en esta investigación ofrecen una visión más matizada de la empatía en el autismo.
La empatía tiene varias caras
Los investigadores observaron que la estructura interna de la empatía es prácticamente igual en personas con y sin autismo. En otras palabras, en ambos grupos se distinguieron las siguientes tres dimensiones complementarias de la empatía:
- Empatía cognitiva: capacidad para reconocer e interpretar lo que la otra persona siente.
- Empatía afectiva positiva: tendencia a compartir las emociones agradables de las otras personas.
- Empatía afectiva negativa: tendencia a resonar con las emociones desagradables de las otras personas.
Esto quiere decir que, al menos en su estructura interna, la empatía funciona del mismo modo en ambos grupos de personas. No se trata de sistemas distintos sino de variaciones que se producen dentro de un mismo marco.
Diferencias en los resultados
El equipo de científicos encontró que, en promedio, las personas con autismo puntuaron más bajo tanto en empatía cognitiva (entender lo que sienten otros) como en empatía afectiva (sentir lo que sienten otros).
Sin embargo, los propios autores señalan que interpretar esto como un déficit sería un error puesto que los datos mostraron una gran variabilidad interna dentro del grupo de las personas con autismo. Pese a que algunos de estos participantes obtuvieron puntuaciones bajas, otros igualaron o incluso superaron a los participantes sin autismo.
Además, observaron que con la edad las diferencias en empatía cognitiva se acentuaban, mientras que las diferencias en empatía afectiva negativa disminuían.
¿Una nueva mirada ante las personas con autismo?
Los resultados de este estudio aportan información realmente importante puesto que nos permiten comprender de forma más profunda la relación que hay entre el autismo y la empatía. Así pues, es necesario que revisemos la forma en la que entendemos cómo estos dos factores se relacionan.
De esta forma, en lugar de hablar de un déficit de empatía, los autores proponen la hipótesis de la heterogeneidad de la empatía en el autismo. Al contrario de lo que se ha planteado hasta el momento, este estudio señala que no hay un único patrón referente a la empatía, sino que cada persona vive y expresa la conexión a nivel emocional de una forma concreta.


Newsletter PyM
La pasión por la psicología también en tu email
Únete y recibe artículos y contenidos exclusivos
Suscribiéndote aceptas la política de privacidad