La Terapia Asistida por Delfines: ondas acústicas que curan

La terapia basada en la compañía de estos animales acuáticos ha resultado ser útil y prometedora.

El delfín es un animal peculiar caracterizado por su inteligencia, su sociabilidad, su carácter, su creatividad y su estilo de vida. Pero este cetáceo no resulta interesante simplemente por su icónico aspecto ni por su ingenio.

De entre todas sus particularidades destaca la transmisión de ondas acústicas (sónar), utilizadas para ”ver” lo que hay a su alrededor, para comunicarse… y, desde hace un tiempo, también para ofrecer terapia. Concretamente, algo llamado Terapia Asistida por Delfines.

El sónar de los delfines

Las ondas acústicas han sido talladas por la evolución de los delfines para permitirles interactuar con un medio en el que el ojo desnudo tiene acceso a una cantidad muy limitada de información por la falta de luz.

Estas ondas son utilizadas por los delfines para ver, ya que interpretan el eco producido en los objetos golpeados por estas ondas. Pero el sónar también es imprescindible en la comunicación, y su aparato productor de sonidos utiliza frecuencias 4,5 veces superiores a las del ser humano y emite 4 veces más información por unidad de tiempo que nosotros.

Estos animales producen a la vez silbidos para comunicarse y chasquidos para orientarse, toda esta gama de sonidos se conoce como ecolocación y es lo que los convierte en unos terapeutas únicos.

Los terapeutas del mar

La fundación Aquatought con sede en Florida lleva años investigando las consecuencias de la aplicación del sónar en los pacientes. Su fundador, David Cole, ofrece una explicación científica a los cambios fisiológicos que estas ondas producen en el ser humano.

Revela que el sónar es de tal potencia que podría provocar un fenómeno conocido como cavitación (formación de cavidades llenas de vapor en el seno de un líquido en movimiento) estas burbujas se forman en el mar y son de vida muy fugaz, pero alcanzan unas temperaturas de 5500 ºC, esto consigue alterar el potencial de membrana de las terminales de las células nerviosas en los humanos, produciendo cambios en nuestras células y tejidos.

Los resultados de sus investigaciones indican que el efecto de estas ondas en contacto con el ser humano producen una sincronización de los hemisferios cerebrales, (que pasan a emitir ondas de frecuencia y fases similares ) y una respuesta neurológica parecida a la que se da en estados de anestesia. Esto es, aparece una actividad cerebral en la que predominan las ondas alfa, tal y como ocurre en los estados de relajación. En cambio, cuando en estado de concentración la actividad eléctrica que produce el cerebro es principalmente de ondas beta.

La especificidad de este efecto y sus beneficios han llevado a diversos intentos por reproducir de forma artificial su impacto terapéutico. Se han elaborado producciones musicales que intentan imitar la ecolocación del delfín, y también se ha ido un paso más allá creando un aparato llamado ciberfyn, que mediante realidad virtual pretende copiar el efecto del sónar.

La Terapia Asistida con Delfines

La sesión terapéutica gira en torno a la aplicación del sónar en diferentes partes del cuerpo. Esto se complementa con diversas actividades entre el niño y el delfín que mejoran su relación y crean un vínculo, como alimentar al delfín, realización de ejercicios motores o juegos con aros y pelotas.

Para la aplicación del sónar el paciente se queda flotando en el agua (se usa un chaleco salvavidas y la colaboración de un terapeuta entrenado), mientras el delfín va aplicando su sónar por diferentes partes del cuerpo.

Los niños son los que mayor beneficio sacan de esta experiencia ya que sus estructuras cerebrales son más plásticas y modificables que las de un adulto. El sónar emite ondas sonoras electromagnéticas que producen una estimulación en todo el sistema nervioso central, conectando neuronas que están menos activas de lo normal. Este efecto es crucial en el tratamiento del autismouno de los trastornos a los que más se les ha aplicado esta terapia.

También se ha utilizado en pacientes con una enfermedad crónica y/o terminal porque mejora la actividad inmunológica y provoca la liberación de endorfinas, que actúan sobre el dolor y el estado de ánimo.

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