Los seres humanos somos ante todo seres sociales, estamos inmersos en una constante relación: con nosotros mismos, con el mundo, también con los demás.
Nuestro bienestar, desarrollo personal y también autoconocimiento dependeN de varios factores, y la calidad de tus relaciones personales es fundamental (bien sea de pareja, familiar, social, amistosa o en tu entorno profesional). ¿Cuáles son los problemas que tenemos? ¿Por qué ocurre? ¿Cómo podemos solucionarlos?
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Mejorar las relaciones trabajando en uno mismo
La única forma de conseguir cambios en nuestras vidas es a través de nuestro propio cambio personal. Al fin y al cabo, no podemos controlar el mundo ni a los demás, pero sí podemos aprender a conocernos a nosoros mismos, descubrir cómo gestionamos las situaciones y cómo gestionarlas mejor.
Uno de los errores más habituales que cometemos es pensar que nuestro bienestar depende solo de nuestra relación con nosotros mismos, y no es así. Al ser seres sociales, nuestro bienestar también depende, en parte, de la calidad de nuestras relaciones con los otros. De hecho, no hay mayor herramienta de autoconocimiento que las relaciones personales (nos conocemos verdaderamente a través de un encuentro con el otro).
Vivimos en un mundo individualista y orientado al consumo y al materialismo. Nuestro propio contexto social ha motivado que las relaciones personales cada vez sean más complicadas (ante más individualismo, más egoísmo, menos capacidad para conectar con el otro, más miedo e inseguridad). ¿Es necesario entonces tener relaciones para sentirte bien y feliz? Las personas con la que te relaciones (tu pareja, amistades, familia, etc.) no te darán la felicidad... pero el hecho de que esas relaciones sean positivas sí ayudará, y mucho.
En los últimos 10 años he acompañado como psicólogo y coach a personas en sus procesos de cambio, y en un número importante de casos existían dificultades en sus relaciones personales, bien como causa principal o como causa secundaria de otro problema. Muchas de esas personas tenían dificultades para conectar con los demás, se aislaban, o sí tenían relaciones pero las vivían desde el conflicto. En muchas ocasiones me han preguntado: "Rubén, ¿dónde está el problema? ¿Por qué me resulta tan difícil la relación?". El problema no es de carácter, sino de cómo hemos aprendido a gestionar ciertas situaciones y a la visión que tenemos de nosotros. Vamos a profundizar en el problema, y de ahí, a la solución (que será lo que realmente cambie tu vida).
Causas del problema en tus relaciones personales
Las dificultades que tenemos en nuestras relaciones personales son múltiples y darían más para un libro que para un artículo; sin embargo, pueden resumirse en dos en función del estado emocional que nos condiciona.
Por un lado etán las dificultades que surgen a través de un estado emocional activo y desagradable, como es la ira: discusiones frecuentes, necesidad de control, una comunicación imperativa, fruto de las expectativas, exigencias o falta de acuerdos. Este tipo de dificultades nos llevan a conflictos con todo tipo de relaciones personales.
Por otro lado, tenemos las dificultades que aparecen cuando te condiciona un estado emocional muy paralizante y también desagradable, como es el miedo y la inseguridad: no saber poner límites, tener miedo al qué dirán, paralizarte a la hora de conocer a una persona (o ni siquiera intentarlo), etc.
Todas las dificultades que podamos tener en nuestras relaciones se engloban en estos dos grupos. ¿Por qué ocurre? Antes de profundizar en los factores, te dejo un vídeo donde te cuento de primera mano las causas principales de los problemas en las relaciones personales y sus soluciones.
Las causas psicológicas principales de estas dificultades son las siguientes.
1. Dificultades de comunicación
No dices lo que quieres, lo que no quieres, lo que puedes o lo que no puedes. Por miedo al rechazo del otro, a su enfado o al qué dirán, no te comunicas de forma asertiva sino que cedes ante lo que quieren los demás. Esto causa aislamiento y una desagradable sensación de no ser tú o no estar viviendo tu propia vida. También puede ocurrir al contrario: comunicarnos de forma impetuosa, imperativa o según coacciones, lo cual refleja una necesidad de tener el control (señal de una forma disfuncional de gestionar el miedo y la inseguridad).
2. Culpa
La culpa es en realidad un miedo a cómo tus acciones hayan podido afectar o afecten a los demás. En este caso, el problema está en que tu bienestar está condicionado por factores externos que no puedes controlar (los sentimientos del otro, sus pensamientos, etc.).
3. Inseguridad y miedo
Debido a lo que temes que puede pasar en tus relaciones (o en tu intento de relación), decides paralizarte. Esto es una paradoja. Precisamente por la predicción que hacemos a través del miedo, fomentamos lo que tememos: el rechazo y el aislamiento.
4. Control e ira
El control y la ira es una manifestación más del miedo y la inseguridad. En lugar de paralizarte, tratas de tener el control de tus relaciones a través de expectativas y exigencias, así como de decepciones. Esto ocasiona conflictos frecuentes, discusiones, o te lleva a ver al otro cada vez de forma más negativa.
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Mejorar la calidad de tus relaciones personales a través de tu propio cambio
Sea cual sea tu caso, la solución para mejorar la calidad de tus relaciones personales está siempre en vivir un proceso de cambio personal en el que entiendas qué estás sintiendo, qué emoción te condiciona, cómo la estás gestionando ahora, y sobre todo, cómo puedes aprender a gestionarla de forma funcional para que en lugar de limitarte o perjudicarte, te ayude a conectar mejor con el otro (comunicación asertiva y empática), aprendas a gestionar el miedo al rechazo y mejores tu capacidad para aceptar las diferencias, llegar a acuerdos y conectar con el otro de forma empática (sin coaccionar o imponer).
Somos seres emocionales y sentimos emociones cada segundo del día. Las emociones te influyen en todas las áreas de tu vida: en tus acciones, interpretaciones, decisiones, en tu forma de comunicarte y relacionarte. Tenerlas a tu favor en lugar de en tu contra te ayuda a vivir con una mayor aceptación, confianza y curiosidad en lugar de con miedo, ira, inseguridad o culpa.
Este es el cambio que mejora tus relaciones personales, ya que te ayuda a potenciar la confianza, atreverte a conectar con el otro y a expresar lo que sientes y necesitas, así como a acompañar al otro de forma empática (como ocurre en el caso de las amistades, la familia o el ámbito profesional).
Ahora voy a hacerte una propuesta especial. Si quieres vivir ese proceso de cambio personal o dar un primer paso, te invito a que visites empoderamientohumano.com. Allí encontrarás una opción para agendar una sesión exploratoria conmigo, que descubramos cuál es el problema en tu caso, encontrar una solución y ver cómo te puedo acompañar. En tu cambio personal está el cambio que necesitas para que todo lo demás mejore. Si tus relaciones funcionan, todo lo demás será más fácil.