El día 3 de Junio de 2005 fue el día en que se legalizó el matrimonio entre personas del mismo sexo en España, tras modificarse el Código Civil a través de la Ley 13/2005 del 1 de Julio. Si bien existían con anterioridad leyes en algunas comunidades autónomas que permitían la unión de hecho, sería a partir de este día en que parejas de gays y lesbianas podían contraer matrimonio reconocido legalmente, siendo este un hito histórico en nuestro país.
Sin embargo, a pesar de la persecución que ha padecido la población homosexual a lo largo de la historia, no es el primer tipo de unión entre personas del mismo sexo que ha existido.
Ya desde la antigüedad se conocen diferentes tipos de uniones entre dos hombres o dos mujeres (siendo lo primero más habitual), como por ejemplo en China o la Antigua Roma. E incluso durante épocas en que la homosexualidad era mal considerada y más perseguida, como en la Edad Media, podemos encontrar este tipo de enlaces. Se trata de la adelphopoiesis, o adelfopoiesis. En este artículo hablaremos sobre este curioso ritual.
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La adelfopoiesis
La adelfopoiesis hace referencia a un tipo de unión reconocida y practicada por la Iglesia en que se unía tanto a nivel religioso como legal a dos personas del mismo sexo. Generalmente se trataba de dos hombres, aunque también existen casos de mujeres que practicaron este tipo de unión.
Dicha unión comprometía a ambas partes a cuidar el uno al otro, compartir bienes, trabajos y tareas e incluso familia (de tal manera que incluso ante el fallecimiento de uno el otro permanecía vinculado a la familia de su compañero/a). Al igual que en una boda convencional, se prometía fidelidad y una unión eterna hasta la muerte. La adelfopoiesis permitía pues compartir bienes, vivir juntos, vincular familias, heredar bienes e incluso la posibilidad de ser enterrados juntos.
Técnicamente, el propósito original de la adelfopoiesis no era la de sellar una unión de tipo romántico sino que pretendía hacer referencia más bien a una especie de adopción o hermanamiento legal (de hecho, es conocida en latín como fraternitas iurata o ordo ad fratres faciendum). Es el caso amistades muy profundas, algunas relaciones de maestro y aprendiz o compañeros de armas (un amor más bien amical y no romántico). Asimismo, no se contemplaba la existencia de consumación carnal, algo que sí validaba los matrimonios de la época.
Pero no hay duda de que lo cierto es que en la práctica consiguió que parejas de personas del mismo sexo que se amaran de forma romántica y erótica pudieran tener una unión de tipo legal.
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Realizado a lo largo del tiempo
Este ritual se mantuvo durante la Edad Media hasta prácticamente la Edad Moderna, a pesar de que no era practicado con frecuencia. Aunque no era muy común y parece haberse practicado más en territorios orientales, lo cierto es que era un ritual oficiado, reconocido y validado por la Iglesia e incluso existen hasta santos que la practicaron, siendo ejemplo de ello los santos Cosme y Damián.
No se conoce exactamente el motivo por el que se dejó de practicar este ritual, si bien una posible explicación podría atribuirse a una reacción contraria a la unión entre personas que sentían atracción romántica y sexual hacia personas del mismo sexo.
El ritual
El acto y la celebración en cuestión que se llevaban a cabo eran semejantes a los que se incluyen en una boda. Los contrayentes se reunían con sus familias en la iglesia, y el ritual procedía de la siguiente manera:
Ambos contrayentes se colocaban delante del altar de cara a la cruz, poniéndose el mayor de ambos a la izquierda. Tras ello, el sacerdote (si bien en algunos casos no era necesario, siendo únicamente imprescindible informar a la comunidad) pronunciaba diversas liturgias referidas a la tolerancia, amor y respeto, tras lo cual y delante del atril rezaban para que su unión fuera amorosa.
Tras ello ambos contrayentes se comprometían frente al altar atándose ambos juntos con un cinturón (ambos por dentro del mismo). Se pronunciaban los votos, recibían la comunión de la misma copa y se concluía la ceremonia con besos entre ambas partes. Posteriormente, el evento era anunciado en sociedad.
¿Interés fraternal o romántico?
La adelfopoiesis ha sido vista como una precursora del matrimonio entre parejas del mismo sexo, lo que siendo un ritual reconocido por el estamento eclesiástico ha generado el enfrentamiento entre diferentes posturas al respecto. De hecho, autores como Boswell defienden que la homosexualidad fue aceptada por la Iglesia en Europa hasta el siglo XIII, interpretando este ritual como ejemplo de ello.
Otras voces críticas están en contra de esta consideración, ajustándose estrictamente al sentido que la institución eclesiástica daba en aquel momento a este tipo de uniones como un juramento de lealtad y hermandad sin ningún tipo de connotación romántica o sexual.
En cualquier caso, aunque la adelfopoiesis no era vista como un elemento en que el amor erótico y romántico tuviera lugar, su aparición implica la posibilidad de llevar a cabo una unión de este tipo, siendo algo que puede hacer pensar en una apertura mental en este aspecto que posteriormente se perdería con el paso de los siglos.
Referencias bibliográficas:
- Boswell, J. (1996). Las boda de la semejanza: uniones entre personas del mismo sexo en la Europa premoderna. Barcelona: Muchnik Editores.
- Florenski, P. (1914). La columna y el fundamento de la Verdad. Ensayo de teodicea ortodoxa en doce cartas.