El uso de pantallas en las escuelas, como pizarras digitales, proyectores, ordenadores y tablets, ha aumentado de manera significativa en las últimas décadas. Sin embargo... ¿Es esto bueno o malo? En general, muchas veces se pasa por algo que existen beneficios de la educación sin pantallas en las aulas.
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Las pantallas no son siempre malas en el contexto educativo
El uso de pantallas en el aula puede ofrecer algunas ventajas que mejoran la calidad tanto de la enseñanza como del aprendizaje.
En primer lugar, algunos dispositivos electrónicos conectados a Internet permiten que los profesores accedan a una amplia gama de recursos educativos en línea.
También facilitan que la información se presente de manera visual, beneficiando sobre todo a los alumnos con menos imaginación o capacidad de pensamiento abstracto para que aprendan de manera dinámica conceptos complejos mediante imágenes, videos, gráficos, entre otros.
Las pantallas permiten que se presente el contenido en diversos formatos enriqueciendo así la experiencia e incluyendo diferentes estilos de aprendizaje.
Por último, los vídeos educativos o presentaciones interactivas pueden hacer que las lecciones más complejas sean más atractivas; por lo tanto es posible que se reduzca el trabajo en casa, ya que se aprenderá gran parte en clase.
Cabe destacar que para que estas ventajas se den es importante que el uso de pantallas en el aula sea equilibrado, asegurando que la tecnología esté integrada de manera efectiva en el proceso de aprendizaje. En general, no hay que integrarlas en las dinámicas educativas constantemente, sino solo para ofrecer material que explique de manera audiovisual leciones difícies de explicar solo con palabras.
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Los beneficios de la educación sin pantallas
A pesar de las diferentes ventajas que tiene el uso de estos aparatos, las desventajas de la educación con pantallas también deben ser consideradas y abordadas de manera correcta.
Por un lado, las distracciones aparecen cuando en las pantallas se puede acceder a contenidos no relacionados con la lección, como por ejemplo redes sociales. Las pantallas pueden ser UNA fuente de distracción para los estudiantes y afectar negativamente a la concentración y rendimiento. No todos los estudiantes pueden tener acceso a dispositivos electrónicos fuera del aula, creando así una brecha digital entre aquellos alumnos que pueden usar de manera continuada en casa tecnologías y los que no.
Cabe destacar que hoy en día el fácil acceso a las tecnologías crea una dependencia excesiva que puede llevar a una falta en el desarrollo de habilidades tradicionales como por ejemplo escribir a mano en lugar de con ordenador. Cuando se usan dispositivos electrónicos, pueden darse interrupciones técnicas como por ejemplo que la conexión a internet no funcione o que el equipo se enlentezca interrumpiendo así la fluidez de la enseñanza.
Además, la exposición prolongada a pantallas puede causar fatiga visual, por lo que es importante tener en cuenta la salud ocular de los estudiantes y pautar descansos considerables para evitar problemas relacionados con ello. Puede verse afectada también la comunicación cara a cara y la interacción social entre los estudiantes por dedicar demasiado tiempo al uso de dispositivos.
Por otro lado, el uso inapropiado de electrónicos puede acarrear problemas de conducta. Cuando se usa en exceso estos, los estudiantes pueden tener el móvil en las clases mientras que el profesor está explicando, interfiriendo así a la dinámica del aprendizaje. La dependencia de las presentaciones multimedia y del uso de móviles puede interferir en el desarrollo de habilidades de escucha activa.
En cuanto a la privacidad y seguridad, el uso de éstos puede causar preocupación en cuanto a la privacidad de los datos de los estudiantes, sobre todo cuando se usa servicios basados en la nube. Los costos en cuanto a la implementación y el mantenimiento de los dispositivos puede resultar costoso para aquellas instituciones educativas con recursos financieros limitados.
Es importante que tanto las instituciones educativas como los educadores aborden de manera efectiva estas desventajas con estrategias de gestión y equilibrio entre el uso de dispositivos y métodos de enseñanza más tradicionales. Para mantener ese equilibrio, los docentes deben formarse en prácticas que integren las nuevas tecnologías de manera eficaz.
Tomas Santa Cecilia
Tomas Santa Cecilia
Psicologo Consultor: Master en Psicología Cognitivo Conductual
¿Cómo usar dispositivos electrónicos en centros educativos?
La integración de dispositivos electrónicos en las aulas es beneficiosa si se realiza de manera planificada y equilibrada. Algunas recomendaciones sobre cómo usar los dispositivos pueden ser:
- Objetivos claros: definir objetivos para el uso de dispositivos, además de determinar cómo van a mejorar el aprendizaje.
- Formación del personal: formar adecuadamente a los maestros sobre cómo aprovechar al máximo los dispositivos en las aulas.
- Equidad en el acceso: garantizar que todos los estudiantes tengan acceso a los dispositivos y a internet. Tener en cuenta opciones para proporcionar dispositivos a los alumnos que no tengan en casa.
- Uso responsable: educar a los estudiantes para que usen las tecnologías de manera ética y segura.
- Actualización continua: mantenerse actualizado sobre los avances tecnológicos y ajustar las estrategias.
- Seguridad: propones medidas de seguridad y protección de datos de los estudiantes.
- Colaboración: fomentar la colaboración entre los estudiantes y se usan además para mejorar la comunicación entre padres, profesores y estudiantes.