En parte debido a la pandemia del coronavirus, el teletrabajo ya es una realidad en muchos hogares, para lo bueno y para lo malo. Y es que como cualquier nuevo hábito capaz de transformar por completo nuestro día a día, más allá de los aspectos positivos que nos pueda aportar, también supone un reto al que debemos adaptarnos.
Ejemplos de posibles fuentes de problemas asociados al teletrabajo son, por ejemplo, una mayor exposición a posibles distracciones y a la tentación de llevar un horario desestructurado. Si a esto le sumamos el hecho de tener hijos que cuidar, la cosa aún se complica más en lo relativo a su crianza. ¿Cómo compatibilizar ambos roles?
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Consejos para gestionar el teletrabajo y la crianza y educación de los hijos
En muchos casos, tener hijos en casa supone una situación compleja para quienes aún se están adaptando al teletrabajo. Por ello, aquí realizaremos un repaso a varios consejos útiles para teletrabajar con niños en casa al mismo tiempo que se les brinda una correcta educación.
1. Establecer horarios
Al igual que ocurre en el trabajo presencial, el establecimiento de horarios es un elemento esencial para el correcto funcionamiento de la actividad laboral y también para mantener en todo momento una organización física y mental.
Hábitos como levantarse, acostarse o iniciar la jornada laboral siempre a la misma hora nos permitirán estructurar bien la jornada y evitar acumulaciones de tareas por hacer, así como adquirir un ritmo de trabajo constante y con energía, habiendo descansado diariamente con las horas de sueño que necesitemos. Pero también hay que procurar tener referencias temporales para el inicio y el fin de todas las principales actividades de la jornada, entre la hora de levantarse y la de irse a la cama.
El establecimiento de horarios y pautas de trabajo debe ser cumplido por todos los miembros de la casa, incluyendo los pequeños. De este modo los hijos aprenderán que durante el día debe haber tiempo para trabajar pero también para jugar, y a la vez no se producirán incompatibilidades y desajustes entre los horarios de los pequeños y los de los adultos que los cuidan..
Integrando en su día a día la importancia de la organización del tiempo y de la disciplina, nuestros hijos adquirirán hábitos de trabajo muy útiles en el futuro para su vida académica y laboral.
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2. Crear un lugar de trabajo propio
Del mismo modo en el que es necesario tener unos horarios marcados diariamente, también lo es delimitar los espacios físicos de trabajo en casa, lugares donde pasaremos varias horas y estén preparados y acondicionados para ello. A fin de cuentas, será necesario crear contextos que nos permitan reunir toda nuestra capacidad de concentración.
En caso de no tener un despacho propio, se puede habilitar una de las habitaciones de la casa como despacho, en el que se dejará claro a los niños que no deben entrar durante el horario de trabajo (con la excepción de las urgencias o de los momentos en los que se sientan mal).
Este lugar de trabajo debe contar con todos los elementos que encontraríamos en un despacho u oficina normal: una buena iluminación (a poder ser con luz natural), orden y accesibilidad en los materiales de trabajo, ausencia de ruidos o pantallas que distraigan, etc.
Al igual que ocurre con los mayores, los hijos también deberán tener un espacio de trabajo propio donde poder realizar sus deberes y tareas escolares con la máxima comodidad, y también sin distracciones.
3. Dejar claro qué es el teletrabajo y las normas de casa asociadas a este
Con el objetivo de que los niños estén implicados en esta nueva situación es necesario que entiendan correctamente, y con un discurso acorde a su edad, que se trata de un período de trabajo en el que se requiere silencio y concentración.
Además, hay que procurar que entiendan que durante ese periodo hay que cumplir una serie de normas especiales aplicadas durante esas horas del día. Estas reglas deben ser más bien pocas y sencillas, para facilitar que las tengan siempre en mente y las puedan seguir de manera espontánea, sin tener que implicarse activamente en recordarlas.
4. Programar ratos de descanso
Es recomendable ofrecer alternativas de entretenimiento cuando el niño haya terminado sus tareas y tenga descansos. En estos periodos de descanso debe poder “desconectar” mentalmente de lo que ha estado haciendo, para recargar energías y tener buena capacidad de concentración cuando le toque volver a los estudiar o a seguir la siguiente sesión de clase.
Lo ideal es que se involucre en una actividad que le lleve a fijar la vista en otro objeto diferente a la pantalla de la que ha estado estudiando, tanto para aclarar la mente como para que sus ojos reposen tras haber estado enfocados siempre en un punto a la misma distancia.
5. Madrugar
Aprovechar las horas en las que los hijos duermen o hacen la siesta para llevar a cabo las tareas que requieren una mayor concentración también resulta práctico, y en este sentido, la mañana es la mejor opción, porque ayuda a preparar la jornada sin irse a la cama con la mente aún muy activa (lo cual suele dar problemas para conciliar el sueño).
6. Repartir las tareas del hogar
Otra buena forma de educar a los hijos en tiempos de teletrabajo consiste en incentivarlos a que participen en las tareas del hogar, y repartir en la medida de lo posible cada una de las obligaciones en todos los miembros de la familia, para que ese desempeño no quede solo en manos de los padres.
Esto puede ser perfilado como una rutina en la que tienen la oportunidad de mostrar su transición hacia la adolescencia y la adultez, asumiendo funciones como miembros de la familia.
Realizar en común todas las obligaciones de la casa es una buena forma de que los hijos empiecen a adquirir las nociones de responsabilidad y de trabajo en equipo para lograr un bien común.
7. Realizar actividades con ellos
Pasar tiempo con los hijos es esencial para su educación, y eso no queda satisfecho simplemente por pasar más horas bajo un mismo techo a causa del teletrabajo. Por eso se recomienda pautar algunos descansos para reunirse con ellos (a poder ser, en una sala distinta a la que dedicáis a trabajar o a estudiar) y ayudarles en todo lo que necesiten.
Durante el día podemos planificar actividades creativas y divertidas que nuestros hijos vayan realizando por su cuenta mientras nosotros trabajamos, como por ejemplo manualidades, dibujo, lectura o pintura, que pueden realizarse en distintas áreas de la casa a modo de talleres.
Existen muchas otras actividades que pueden hacerse con los hijos durante el día o bien cuando terminamos nuestra jornada laboral, como por ejemplo hacer ejercicio juntos, jugar a juegos de mesa en familia, comer juntos o bien ayudarles a repasar las lecciones para que interioricen bien lo aprendido.