Como suele decirse, en todos los hogares existen problemas y conflictos, y lo que une a una familia es su capacidad para solucionarlos. Sin embargo, no todos los problemas tienen la misma magnitud. En ocasiones, las familias no llegan a una solución y, por lo contrario, el conflicto se hace más grande y tiene unas consecuencias peores. Vivir en un entorno constantemente problemático puede ser muy peligroso para el desarrollo adecuado de los niños.
Por ello, cuando los conflictos, sobre todo en padres divorciados y en los que es complejo gestionar la custodia de los niños, aparece una figura esencial para una buena convivencia. Los coordinadores parentales están destinados puramente para ayudar en la resolución y gestión de los problemas y conflictos entre padres y colaborar en términos judiciales para llegar a soluciones. En última instancia, el objetivo principal del coordinador parental es facilitar el máximo bienestar de los niños.
En este artículo, vamos a ver qué es un coordinador parental para comprender en profundidad su rol y su utilidad. La infancia es un proceso crítico para un buen desarrollo y adecuación, y una figura como esta puede ahorrar muchos problemas de niños que crecen en entornos conflictivos.
¿Qué es un coordinador parental?
Para comprender en profundidad qué es un coordinador parental, de dónde surge y con qué objetivos, es importante desglosar su conceptualización y entender las responsabilidades clave que tiene esta figura. En términos simples, un coordinador parental es un profesional neutro que actúa como mediador entre padres divorciados o separados, enfocado en facilitar sobre todo la comunicación efectiva y el conjunto de decisiones que puedan tomarse en torno a los hijos. Su objetivo es, principalmente, el de buscar la mejor comunicación posible y el mayor beneficio para los hijos.
Su rol principal implica la gestión de los conflictos entre padres, asegurando que las disputas entre estos no se traduzcan en un entorno prolongado y perjudicial para los niños. El coordinador parental no tiene una intención de reemplazar la autoridad parental o asumir el cuidado y educación de los niños, pero sí busca establecer una colaboración constructiva por el bien familiar y del funcionamiento del hogar. Esta figura facilita la implementación de acuerdos previos y, cuando hace falta, propone soluciones equitativas para las cuestiones en torno a las que se esté discutiendo.
Este profesional desempeña por lo tanto un papel activo en la reducción de tensiones emocionales al brindar un espacio seguro para todos los miembros del núcleo familiar para expresar sus preocupaciones y, al mismo tiempo, enfocarse en soluciones prácticas para el máximo de problemas posibles.
La imparcialidad es fundamental para el éxito del coordinador parental, quien debe evitar tomar partido y trabajar hacia un bienestar general familiar. En la práctica, el coordinador parental puede intervenir en una variada gama de áreas, desde la planificación de horarios de visita parentales, hasta la resolución de disputar sobre la educación y salud de los hijos. Además, también suele actuar como un punto de contacto central, minimizando la necesidad de que los padres se pongan en contacto cuando puede dar lugar a situaciones tensas o incluso, violentas.
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Habilidades y características del coordinador parental
Como venimos comentando, el coordinador parental está equipado con un bagaje muy diverso y, al mismo tiempo, concreto, de habilidades para abordar cualquier disputa o situación conflictiva que pueda surgir entre padres en cuanto al cuidado y atención de sus hijos. El éxito de un coordinador parental está en la posesión de estas habilidades y características específicas que le permitan abordar eficazmente las complejidades emocionales y legales de las situaciones familiares en conflicto.
1. Neutralidad e imparcialidad
Un coordinador parental siempre debe mantener una posición neutral, evitando tomar partido en las disputas como a favor o en contra de algún punto de vista. En las discusiones, el coordinador parental tiene el papel de mediar entre progenitores, y la imparcialidad es esencial para ganarse la confianza de ambas partes y fomentar un entorno más equitativo y respetuoso.
2. Comunicación efectiva
Como venimos comentando, la comunicación efectiva, la capacidad para comunicarse clara y eficientemente, es crucial. El coordinador parental actúa como un puente de comunicación entre ambos puntos de vista, facilitando el intercambio de información y asegurando que las preocupaciones de ambas partes se comprendan plenamente.
3. Empatía y sensibilidad
Entender las emociones y preocupaciones que atañen a padres e hijos es esencial. La empatía permite al coordinador parental abordar situaciones conflictivas con sensibilidad, promoviendo un ambiente de trabajo colaborativo. El coordinador parental debe ser empático y sensible para entender el daño que entrañan este tipo de intercambios y evitar situaciones dolorosas a largo plazo.
4. Habilidades de resolución de conflictos
La capacidad para abordar y resolver disputas de forma efectiva es fundamental. El coordinador parental debe emplear técnicas de resolución de conflictos que fomenten acuerdos mutuos y minimicen las tensiones. Un buen coordinador parental también debe ser capaz de prevenir los posibles futuros conflictos y antecederse a ellos para evitar unas consecuencias sobrepasadas.
5. Conocimientos legales y psicológicos
Una comprensión sólida de las cuestiones legales relacionadas con la custodia, orden de visitas y posibles denuncias o trámites judiciales entre progenitores, permite al coordinador parental abordar las complejidades de cada caso de forma concreta. Además, tener conocimientos psicológicos ayuda a mantener el cuidado emocional de las personas y familias intervenidas.
6. Paciencia y resistencia al estrés
Las situaciones a las que un coordinador parental se enfrenta pueden ser emocionalmente muy intensas. Por ello, la paciencia y capacidad para manejar el estrés son vitales para un buen desarrollo de sus funciones. El coordinador parental debe mantener la calma y enfocarse en soluciones constructivas, incluso en circunstancias desafiantes.
##Beneficios de la coordinación parental Como venimos comentando, la coordinación parental no solo actúa como un puente de comunicación entre figuras parentales. Además, una buena intervención del coordinador parental genera una serie de beneficios tangibles para todas las partes involucradas, especialmente para los hijos que son el foco central de la atención. Algunos de estos beneficios principales son:
1. Reducción de conflictos
Uno de los beneficios más evidentes de la coordinación parental es la reducción de conflictos entre los padres. Al proporcionar un canal estructurado para la comunicación, el coordinador parental minimiza las confrontaciones directas, creando un entorno más estable.
2. Mejora en la comunicación
Facilitando la comunicación efectiva, el Coordinador Parental promueve un diálogo más saludable entre los padres. Esto puede llevar a acuerdos más claros y a una comprensión compartida de las necesidades y deseos de los hijos.
3. Decisiones centradas en el bienestar infantil
La coordinación parental enfoca las decisiones en el mejor interés de los hijos. A través de la intervención del coordinador, se pueden tomar decisiones más informadas y equitativas, teniendo en cuenta el bienestar emocional y físico de los niños.
4. Implementación efectiva de acuerdos
El coordinador parental desempeña un papel crucial en garantizar la implementación efectiva de los acuerdos previos. Esto ayuda a prevenir malentendidos y conflictos adicionales derivados de la falta de claridad.
5. Apoyo a la adaptación de los hijos
Al crear un entorno más estable y colaborativo, la coordinación parental facilita la adaptación de los hijos a las nuevas dinámicas familiares. Esto puede reducir el impacto emocional y contribuir al desarrollo saludable de los niños.
¿Cómo convertirse en coordinador parental?
Llegar a ser coordinador parental implica una combinación de educación, formación y adquisición de habilidades específicas. Aunque los requisitos pueden variar según la jurisdicción y las organizaciones específicas de cada país, hay pasos generales que aquellos interesados en asumir este rol suelen seguir. Es importante partir de la base que, en el derecho español, esta figura no tiene una regularización. Sin embargo, sí existen leyes que amparan este trabajo y que facilitan su implementación. A continuación, te proponemos algunos de los pasos a seguir para convertirse en coordinador parental:
1. Educación y formación específica
La educación de la mayoría de los coordinadores parentales proviene de campos como la psicología, el trabajo social o el derecho. Además, los coordinadores parentales requieren de formación específica en mediación y resolución de conflictos. Muchas organizaciones ofrecen programas de certificación en coordinación parental para asegurar su adecuación a estos empleos.
2. Experiencia práctica
La adquisición de habilidades prácticas es vital para lanzarse al mundo laboral de la coordinación parental. Antes de obtener el primer trabajo, es aconsejable buscar practicas o trabajo supervisado para conocer estos entornos desde un punto de vista de observación y aprendizaje.
3. Conocimiento legal y ético
Los coordinadores parentales deben conocer y comprender la legislación relacionada con la custodia, divorcios, visitas y temas relacionados. Ya que los coordinadores parentales operan dentro de los marcos legales y éticos, deben garantizar una intervención justa, equitativa y que se ajuste a la legislatura de cada país.
4. Actualización continua
Como en cualquier rama profesional, la coordinación parental requiere una constante actualización en torno a la formación en dinámicas familiares y legislación parental. Los coordinadores parentales suelen participar en programas de desarrollo profesional para mantenerse actualizados sobre las mejores prácticas y posibles cambios legales que pueda haber en el contexto en que trabajen.
Conclusiones
En conclusión, el coordinador parental emerge como un elemento crucial en la gestión de conflictos familiares tras una separación. Su capacidad para fomentar la comunicación, reducir tensiones y priorizar el bienestar infantil destaca su relevancia. Con habilidades específicas y un enfoque centrado en la imparcialidad, estos profesionales contribuyen significativamente a la construcción de entornos familiares estables. En un mundo en constante cambio, la coordinación parental se erige como una herramienta esencial para preservar la armonía y promover relaciones saludables en tiempos de transición.
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