La Psicología es una ciencia muy amplia, y precisamente por eso, quienes se dedican a ella no pueden permitirse el lujo de pretender abarcarlo todo: para ofrecer un servicio de calidad, hay que especializarse.
Ahora bien… ¿Cuáles son las funciones de cada una de estas ramas de la Psicología? En muchos casos, las tareas de quienes se dedican a una de ellas difieren mucho del día a día en el trabajo del resto de psicólogos especializados. En este caso, vamos a centrarnos en explicar qué hacen los psicólogos infantiles al poner en marcha sus conocimientos y su experiencia para ayudar a las personas.
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¿Qué es la Psicología Infantil?
La Psicología Infantil es el estudio de los procesos psicológicos propios de los niños y niñas y la intervención sobre ellos allí donde existan problemas, para mejorar la calidad de vida de los menores y de sus cuidadores y familiares. Aunque pueda parecer lo contrario por su nombre, en la práctica esta rama de la Psicología también engloba las experiencias de los y las adolescentes, motivo por el que muchas veces esta disciplina es llamada “Psicología Infanto-Juvenil”.
Así, podríamos decir que en general la Psicología Infantil investiga e interviene sobre los patrones de conducta de los menores, sobre su manera de gestionar sus emociones y pensamientos, y también ofrece apoyo a los cuidadores y a las familias para que, desde casa, sean capaces de generar un contexto adecuado en el que el niño o la niña pueda desarrollarse adecuadamente, teniendo en cuenta sus características y necesidades.
También es importante saber que aunque esta definición sea muy amplia, en la práctica, la mayoría de los psicólogos infantiles orientan su trabajo hacia el ámbito clínico y/o sanitario ya sea realizando terapia, dando apoyo a familias con hijos con trastornos del desarrollo, etc. Ahora bien, es relativamente común que colaboren con escuelas e institutos, formen parte de los servicios de psicología perinatal de un centro de salud, que intervengan en el ámbito del trabajo social, etc.
Por otro lado, aunque ambas disciplinas se solapan en parte, no debemos caer en el error de creer que la Psicología Infantil y la Psicología Educativa son lo mismo; por un lado, el contexto de lo educativo va mucho más allá de la etapa de la infancia, y por el otro, los psicólogos infantiles trabajan con situaciones y experiencias que no están directamente relacionadas con el modo en el que un menor experimenta los procesos educativos (de educación formal o de educación informal) en los que está involucrado.
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¿Cuáles son las funciones del psicólogo infantil?
Yendo más a lo concreto, las tareas que definen el día a día de los psicólogos infantiles son, en general, las siguientes (aunque no todo profesional tiene por qué dedicarse a todas ellas).
1. Dar asistencia a padres y madres
Parte del trabajo más común de los psicólogos infantiles tiene que ver con informar y dar asistencia psicológica a padres y madres con dudas acerca del bienestar de su hijo o hija, o acerca de los métodos de crianza más eficaces y adecuados. Esta clase de tareas puede ser realizada tanto en sesiones privadas pidiendo hora en la consulta, o bien a través de programas generales de formación y sensibilización, como cursos, charlas y talleres.
2. Establecer programas y protocolos de bienestar infantil en centros escolares
Esto incluye aplicar modelos de prevención y gestión del bullying, asistir en las tareas de comunicación con los padres y madres, detectar señales de trastorno del neurodesarrollo o trastornos del aprendizaje, velar por que los centros escolares cumplan los estándares de inclusión y apoyo psicosocial a la diversidad funcional, etc.
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3. Facilitar el diagnóstico de trastornos en la etapa infantil y juvenil
La formación de los psicólogos infantiles les permite detectar rápidamente signos y síntomas de posibles trastornos mentales, del desarrollo o neurológicos que puedan afectar al proceso de crecimiento psicológico de los más pequeños, dando lugar así a un diagnóstico temprano.
4. Intervenir en terapia infanto-juvenil
Los trastornos psicológicos que afectan a los niños y a los adolescentes tienen una serie de características que requieren la atención de psicólogos especializados en estas franjas de edad.
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