El alcohol es, en la actualidad, la droga legal más consumida a nivel mundial. Es la droga social por excelencia, y es difícil encontrar personas que no hayan bebido alcohol en su vida.
Pero eso está cambiando. Hace años que contamos con evidencia científica que desaconseja el consumo de alcohol, por su clara relación con varios tipos de cáncer y otras muchas enfermedades. La Organización Mundial de la Salud y la gran mayoría de instituciones sanitarias advierten de que no existe un consumo seguro de alcohol, y que la dosis más segura es 0.
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7 beneficios psicológicos de dejar de beber alcohol
Quedan muy atrás esos bulos sobre que una copa de vino al día era buena para el corazón. Falsos mitos financiados por empresas alcoholeras para seguir vendiendo su veneno.
Pero yo soy psicólogo, así que te voy a hablar de los beneficios psicológicos de dejar de beber alcohol (para siempre). Porque los hay (y son muchos).
1. Mayor claridad mental
El alcohol mata neuronas, destruye conexiones, daña la corteza cerebral, dificulta el riego sanguíneo en el cerebro. Estos efectos físicos tienen consecuencias directas en nuestra inteligencia, en nuestra memoria, en nuestra capacidad de concentración.
Y por supuesto que hay muchas personas extremadamente inteligentes que han bebido alcohol toda su vida. Pero no debemos caer en la falacia de que son inmunes a los daños neurológicos del alcohol. Simplemente, han conseguido todos sus éxitos a pesar del consumo de alcohol.
Si te viene a la cabeza una persona exitosa o famosa que bebiese mucho alcohol, piensa que el alcohol solo ha sido un techo de cristal en su vida. Ha limitado su potencial, ha limitado sus habilidades. El alcohol no suma, no aporta ventajas de ningún tipo, solo resta.
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2. Mejorarás tu autoestima
¿Por qué bebemos alcohol? En gran parte, por sus obvios efectos de desinhibición. El alcohol “apaga” temporalmente parte de la corteza prefrontal, parte responsable en gran parte de nuestras capacidades de auto-control.
La mayoría de la gente usa el alcohol para ignorar temporalmente las sensaciones de vergüenza, y así bailar en público, hablarle a la persona que nos gusta o permitirnos hacer la primera tontería que se nos pase por la cabeza.
El alcohol no da ningún poder mágico, simplemente facilita que hagamos ciertas cosas sin sentirnos mal por ello (hasta que llega la resaca). ¿Qué relación hay entre el consumo de alcohol y la autoestima? Pues que lo que comúnmente llamamos autoestima depende en gran medida de nuestra sensación de auto-eficacia. Conseguir cosas y ser conscientes de que hemos tenido algo que ver en ello.
Lo que hace el alcohol es darnos una falsa sensación de autoestima, como si Asterix se bebiera unos sorbos de su poción mágica para luchar con los romanos. Pero como Asterix tiene el poder de la poción mágica, no hace ejercicio ni entrena. Por lo que si los romanos llegan en un momento en que no tenga poción, no tendrá mucho que hacer contra ellos.
Cuando abusamos del alcohol para mantener a flote nuestra falta autoestima, nos arrebatamos a nosotros mismos la oportunidad de aprender a afrontar las situaciones sociales que nos dan miedo. La autoconfianza no es algo que obtengamos un día de repente. Es algo que construimos a partir de muchas interacciones. Así que, una consecuencia directa de dejar la bebida es mejorar nuestra autoestima y nuestras habilidades sociales sin necesitar drogarnos.
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3. Superarás la dependencia
El alcohol es adictivo, y muchísimas personas sufren de dependencia psicológica al alcohol, aunque no lo sepan todavía. Muchas dinámicas de consumo abusivo están normalizadas en nuestra sociedad, por lo que algunos casos de adicción pasan fácilmente desapercibidos.
Cuando estamos mal, nos agarramos al salvavidas que tenemos más cerca. Por eso, muchas personas que tuvieron un consumo recreativo de alcohol los fines de semana durante años, terminan escalando su consumo y desarrollando alcoholismo después de algún suceso emocionalmente intenso, alguna crisis. Como la muerte de un ser querido, un divorcio, una mala época...
Alejarte del alcohol lo antes posible acabará con las probabilidades de desarrollar un problema de conductas adictivas en el futuro.
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4. Recuperarás tu motivación
El alcohol, al igual que el resto de drogas adictivas, secuestra los mecanismos de recompensa del cerebro. Una de las razones por las que el alcohol y otras drogas son tan adictivas es que favorecen la liberación de dopamina y otros neurotransmisores asociados a la sensación de recompensa y al refuerzo.
Cuando abusamos de estos mecanismos durante mucho tiempo, el cerebro desarrolla tolerancia a los efectos de esos neurotransmisores, por lo que cada vez nos cuesta más y más experimentar la sensación de motivación sin consumir alcohol (y mayores cantidades cada vez).
Una persona que utiliza el alcohol todos los fines de semana o incluso diariamente, es probable que experimente esa falta de motivación en el resto de actividades de su vida. Abandonar el consumo de alcohol restaura los mecanismos cerebrales de la recompensa, y facilita que sintamos motivación y otras emociones agradables en el día a día y con frecuencia.
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5. Sentirás menos ansiedad
Otra razón por la que tantas personas consumen alcohol es como una forma de auto-medicarse ante las preocupaciones, la ansiedad o la tristeza. Si nuestros rituales de relajación habituales giran alrededor del alcohol, nos estaremos quitando la oportunidad de afrontar las situaciones estresantes por nosotros mismos, de manera natural.
El alcohol nos desconecta temporalmente de las emociones desagradables, nos hace dejar de sentir ansiedad a corto plazo, pero al precio de hacernos sentir más ansiedad a largo plazo. Porque cada vez que sintamos ansiedad, en vez de aceptarla y gestionarla de manera sana, acudiremos al alcohol, el salvavidas emocional que tenemos más cerca (por mera cuestión de costumbre).
6. Fortalecerás tus amistades
Muchas personas se van alejando de nosotros con los años. Cambian nuestros intereses, evolucionan, maduran, vamos priorizando otras cosas. Es algo que también pasa mucho con las “amistades” que solo se sustentan en el consumo de alcohol.
A menudo me cuentan en terapia cómo después de haber dejado el alcohol, se han dado cuenta de que estaban sosteniendo amistades bastante superficiales, incluso algo tóxicas. Personas con las que casi el 100% de los planes tenían que girar alrededor del alcohol. Y que si no había copas entre medias, no sabían realmente de qué hablar o cómo disfrutar del tiempo juntos.
Dejar de depender socialmente del alcohol también nos ayuda a “filtrar” mejor nuestras relaciones, y centrarnos solo en aquellas que de verdad nos aportan, que disfrutamos del tiempo compartido. Si lo piensas, el hecho de necesitar drogarte para aguantar una conversación con alguien, es una mala señal de la conexión que mantenéis.
7. Dormirás mucho mejor
El alcohol altera los ritmos circadianos del cerebro, entre ellos los complejos mecanismos del sueño. La mayoría de personas que dejan de beber alcohol mejoran su calidad de sueño con el tiempo, con todas las ventajas que eso conlleva para el resto de aspectos de la vida.
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¿Necesitas ayuda para dejar el alcohol?
Dejar el alcohol y volverse abstemios es una decisión muy valiente, porque significa enfrentarse a una gran parte de la sociedad que nos va a presionar para que sigamos bebiendo. Además, casi todas las personas han estado sometidas a años y años de marketing y de normalización del consumo de alcohol para celebrar y sentirnos bien. No es fácil liberarnos de la dependencia psicológica por el alcohol.
Luis Miguel Real Kotbani
Luis Miguel Real Kotbani
Psicólogo | Especialista En Adicciones
Soy Luis Miguel Real, psicólogo especialista en adicciones, y si crees que necesitas ayuda para dejar el alcohol, será un placer echarte una mano. Ponte en contacto conmigo y nos pondremos a trabajar lo antes posible.