La adicción afecta a personas de todas las edades, género y estatus socioeconómico. Por eso, ante las primeras señales de que alguien está desarrollando este tipo de trastorno, es importante buscar ayuda.
Ahora bien, para las personas no formadas en el ámbito de la salud, puede resultar complicado saber detectar trastornos por adicción. Por ello, en este artículo veremos cuáles son los principales signos de la adicción que muestran la necesidad de buscar ayuda profesional cuanto antes, así como el impacto que tienen en la vida de la persona afectada y de su entorno.
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Los signos de la adicción: ¿cuándo buscar ayuda profesional?
La adicción trae consigo varios signos físicos, psicológicos y sociales que pueden ser identificados. Aquí veremos en qué consisten, aunque hay que tener en cuenta que se trata de pautas para orientarse y que cada persona es diferente y tiene sus particularidades.
1. Falta de control ante alguna sustancia o comportamiento
Consumo abusivo de alcohol, de drogas estimulantes o de otras sustancias psicoactivas, incapacidad para resistirse a las compras, tiempo de ocio dedicado totalmente a mirar una pantalla… Son muestras de que la persona está viendo su libertad y autonomía condicionadas por un comportamiento que no aporta nada positivo pero que pasa a ser una de sus principales prioridades, o quizás incluso su prioridad principal.
Para saber si este criterio se cumple o no, es recomendable que lleves la cuenta de las ocasiones en las que aparece ese comportamiento repetitivo.
2. Mala gestión del tiempo
Las ganas de satisfacer la necesidad producida por la adicción no pueden esperar: esa es una de las características de cualquier trastorno por adicción. Es por eso que, en las personas que desarrollan estas alteraciones psicológicas y psiquiátricas, aparece la dificultad a la hora de gestionar el tiempo en áreas de la vida que no tienen que ver con esa clase de actividades.
De esta manera, surge la tendencia a obsesionarse con la conducta que es la raíz de la adicción y todo el horario pasa a supeditarse a la improvisación por tal de evitar el síndrome de abstinencia en sus diferentes manifestaciones.
3. Aislamiento familiar
Otra de las señales de alerta asociadas a la adicción es la falta de preocupación y el alejamiento de los familiares más cercanos, siendo la sustancia/comportamiento su elección prioritaria, a la hora de decidir a qué dedicar el tiempo.
Al fin y al cabo, estas necesidades impuestas por el trastorno suelen poder ser satisfechas en solitario, al margen de la interacción social, y cuando requieren de la presencia de alguien más (por ejemplo, en la ludopatía) el trato es superficial y ceñido a cumplir roles muy determinados (cliente y proveedor de servicios, o jugadores que compiten entre sí, etc.).
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4. Dificultades en el trabajo y/o estudios o falta de interés en ello
Los proyectos a largo plazo pierden imòrtancia para la persona adicta, que le da mucha más importancia a los impulsos y a los objetivos a corto plazo (a la práctica, ligadas a la adicción).
Algunos ejemplos de este patrón de comportamiento son la costumbre de llegar tarde, la falta de atención en las actividades a realizar, la disminución del rendimiento, etc.
5. Dificultades en las relaciones personales (de amistad o amor)
Del mismo modo en el que las relaciones familiares se ven dañadas por la adicción, ocurre lo mismo con vínculos afectivos de otro tipo, como las amistades.
Las personas adictas llegan con frecuencia a un punto en el que tienen problemas de liquidez, lo cual les lleva a pedir dinero que en ocasiones no pueden devolver, y como la prioridad es poder seguir cubriendo la necesidad de satisfacer la adicción, se ven en la obligación de mentir para cubrir sus espaldas en estos casos. Esto puede llevar a la destrucción de las relaciones.
6. Falta de interés en actividades sociales/ocio
Otra característica es la falta de atención a actividades saludables y placenteras de la vida, la renuncia a las actividades sociales, recreativas u ocupacionales, para pasar a centrarse en la sustancia o comportamiento que ha escogido;
7. Descuido en la higiene personal
El cuidado personal deja de ser importante, ya que requiere tiempo y la adicción va en contra de preservar un buen nivel de bienestar en términos generales, con lo cual pierde sentido preocuparse por la imagen que se da, la higiene, etc.
8. Problemas con la salud física
Entre estos problemas son frecuentes, por ejemplo, la falta de energía y motivación, los problemas para dormir, el aumento o pérdida de peso, las dificultades con la concentración y la memoria, los cambios de humor, etc.
9. Cambios drásticos en el comportamiento hacia la familia y los amigos
Por ejemplo, llama la atención la falta de interés en estar con ellos, la irritabilidad, la agresividad, la búsqueda de aislamiento social, etc. La persona no es capaz de aportar explicaciones covincentes acerca de este cambio de comportamiento, y en ocasiones incluso se muestra enfadada cuando se le pregunta por esto.
10. Dificultades económicas
Otra señal de que hay una adicción es, como ya hemos visto antes, la falta de capacidad en la gestión del dinero, y la acumulación de deudas y créditos. Este es un elemento que, como consecuencia, produce la parte del deterioro de la calidad de vida de la persona que no tiene que ver con el deterioro físico causado directamente por el trastorno.