La heroína está clasificada como una droga recreativa debido a la sensación euforia que produce. Es derivada de la morfina y su uso frecuente está asociado a la tolerancia y una fuerte dependencia física.
Se trata, además, de uno de los tipos de drogas más dañinos de los que se utilizan actualmente, y está vinculada a la transmisión de muchas enfermedades por el modo en el que se suministra.
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¿Cómo funciona la heroína?
La heroína inyectada, cae directamente al torrente sanguíneo, si es fumada desciende por el conducto respiratorio y ahí llega a la sangre, sube al cerebro a través de la barrera hematoencefálica y entonces la droga entra en contacto con los receptores sensibles a la heroína, lo cual hace que la persona sienta una intensa euforia.
Es decir, de algún modo la heroína queda encajada en partes de neuronas que están diseñadas para reaccionar al entrar en contacto con sustancias producidas naturalmente por el cuerpo. Esto genera una reacción en cadena que afecta de lleno a las partes del cerebro responsables de la aparición de la sensación del placer.
El efecto directo de la heroína tiene de 3 a 4 horas de duración, pero lo importante de esta droga es tanto los efectos que produce una dosis como los efectos de la abstinencia.
Los efectos de la heroína
Por supuesto, además de la sensación de euforia y bienestar que aparecen justo en el momento del consumo, la heroína produce otros efectos que son de carácter adverso.
Los dolores y molestias de la abstinencia duran 3 días, a partir de las 12 horas sin consumir la heroína aparecen las náuseas y diarrea, vómitos y problemas de respiración. A partir de las 24 horas empieza la arritmia cardíaca, dolor en los huesos, problemas pulmonares, fiebres, irritación general, mal humor, depresión, y más adelante solo empeora.
El descenso del nivel de heroína afecta todo el cuerpo. Por su efecto, el hipotálamo (responsable de nivelar la temperatura corporal) deja de funcionar bien y se producen cambios de calor a frío, el sistema nervioso genera temblores en los músculos, se sienten nauseas y el diafragma desciende, provocando que el estómago se contraiga y que se vomite repetidamente.
Si la heroína es fumada produce problemas respiratorios debido a que la droga produce una mucosidad que obstruye los pulmones. Con el tabaco se produce el mismo efecto, pero esta mucosidad se expulsa tosiendo; en el caso de la heroína, la droga inhibe el acto reflejo de la tos y los pulmones se llenan de mucosidad hasta que la droga desaparece. Con el tiempo se dañan los tejidos y se merma su capacidad de combatir enfermedades; en este caso una neumonía podría ser letal para el consumidor.
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¿Cómo se produce la tolerancia?
El cerebro de las personas lucha por mantener un estimulo sano de sustancias químicas al consumir la droga. Con el tiempo, los receptores sensibles a la heroína dejan de funcionar, mientras que el cerebro trata de compensar el flujo de droga, poco a poco la heroína produce un efecto cada vez menor y el cuerpo va necesitando dosis más grandes para mantener el equilibrio bioquímico.
¿Por qué aparece la resistencia al tratamiento?
Cuando la persona está bajo EL efecto de la heroína, la droga presiona a la persona adicta hacia la búsqueda del interés propio e inmediato.
Los seres humanos realizamos actividades positivas para la supervivencia, como; comer, tener relaciones sexuales, dormir, ir al baño, etc. Estas actividades de supervivencia hacen que las neuronas liberen en el cerebro las sustancias químicas de placer; las endorfinas.
En el cerebro del adicto se forman nuevas rutas neuronales, que conectan directamente la heroína y el placer. Con el tiempo el cerebro se confunde y empieza a considerar esos atajos al placer como atajos de la supervivencia. En ese momento nuestro sistema nervioso empieza a demandar la droga por encima del resto de necesidades.
Es en este estado en el que se le da prioridad a la heroína por encima de todo lo demás. Es por esto que vemos personas eligiendo la droga por encima de familiares, trabajo, bienestar físico, etc.
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Tratamiento para la abstinencia
A la hora de tratar la abstinencia existe un medicamento que tiene como componente la Buprenorfina. La Buroprenorfina se adhiere a los receptores cerebrales a los que suele adherirse la heroína, quitando la necesidad de la droga sin producir su efecto.
El efecto contrario se logra porque el paciente la ingiere cuando aún hay heroína en el organismo, La Buprenorfina bloquea el efecto de la heroína existente, creando un bajón en el estado de ánimo y un aumento significativo de los efectos de la abstiencia. Esta se le brinda al paciente cuando inicia la abstinencia.
Es importante que el paciente sea sincero y tome la Buroprenorfina cuando empieza la sudoración y los bostezos; si lo tomara antes, la abstinencia solo tiende a empeorar. Esto debe ir indispensablemente acompañado por un asesoramiento médico y por la asistencia psicológica.