La Inteligencia Artificial es un gran ejemplo de cómo ha evolucionado la humanidad en los últimos años, tanto que nos da vértigo comprobarlo.
Sin embargo, ¿podemos opinar lo mismo sobre el conocimiento de la mente humana? ¿Qué decir sobre el tratamiento de la salud mental que ahora tanto nos preocupa? ¿Y qué pasa con las adicciones en concreto?
Veamos con detalle este último punto. Empecemos por preguntarnos: ¿desde cuándo están las adicciones en nuestra historia?
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Los orígenes de la adicción
Según un estudio del Santa Fe College en Florida, un ancestro del Homo sapiens ya consumía alcohol hace diez millones de años. Parece ser que las frutas fermentadas que caían de los árboles alcanzaban una graduación similar a la del vino.
Hay evidencias arqueológicas que apuntan a que las hojas de coca se masticaban hace 8.000 años en Perú. Y parece ser que los Sumerios hace 7.000 años ya consumían opio, al que nombraban como la “planta del placer”.
Es cierto que sustancias como estas no solo se usaban con fines lúdicos sino también con propósitos medicinales, e incluso formaban parte de rituales religiosos. El caso es que las drogas, legales o ilegales, han estado siempre presentes en la vida de los seres humanos, incluso antes de que existiéramos como tales.
Pero, ¿Por qué algunas personas son más propensas a abusar de esas sustancias? ¿En realidad es una enfermedad?¿Será la genética?¿Es una solución a un problema de malestar emocional?
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Nace el concepto de adicción
La definición de la adicción como enfermedad física y psicológica dado por la OMS es de 1956, relativamente reciente.
La bisnieta del líder revolucionario Leon Trotsky, Nora Volkow, directora del Instituto Nacional sobre el Abuso de Drogas en Estados Unidos, tiene muy clara su postura: “La adicción no se trata de un problema de voluntad, sino de una enfermedad crónica que debe tratarse como cualquier otra”.
Parece ser que cada vez se le da menos importancia a los aspectos de la genética en cuanto a las adicciones y más valor a las vivencias, sobre todo a las que acontecen en la infancia. La Epigenética, una disciplina que ha ganado fuerza en los últimos años, lo corrobora y la Neurociencia, que no para de crecer, también. Cualquier persona con adicciones te puede decir que al principio el consumo se busca por placer, sin duda una de las fuerzas más poderosas que impulsan a los humanos.
Luego va disminuyendo la intensidad de esa sensación, hasta que al final el mal hábito se mantiene para evitar el dolor.
La relación entre la dependencia y las emociones
El reputado médico canadiense Gabor Mate, que durante años dirigió un centro de drogadicción en Vancouver, va en una dirección distinta al concepto de enfermedad, afirmando que: “La adicción es una respuesta al dolor emocional”. Según este autor, el concepto de enfermedad crónica hace sentir mal a quien lo sufre, pues no olvidemos que es algo que se ha ocasionado a sí mismo y que además va a sufrir toda la vida.
Su postura es muy diferente, quizás más humana, más empática. Por éso se ha convertido en un referente a nivel mundial. La culpa es la emoción predominante de estas personas, seguida de la vergüenza y la impotencia por no poder escapar de esa prisión. ¿Es justo culparlos aún más?
Gabor Mate no duda en afirmar que en realidad no se están tratando las causas reales de las adicciones. Cree que la pregunta que deberíamos hacernos no es “¿por qué la adicción?” sino “¿por qué el dolor?”. Dice que toda adicción tiene su origen en los traumas, siendo su papel aliviar la sensación de vacío y darnos un sentido de conexión con los demás.
Científicos de todo el mundo ya están apuntando hacia la misma dirección. Un ejemplo es el psiquiatra Bessel van der Kolk, fundador del Centro de Trauma en Massachusetts.
En su libro de éxito internacional El cuerpo lleva la cuenta, afirma que el trauma no es solo un hecho del pasado; sino una huella que quedó en la mente, el cuerpo y el cerebro, con consecuencias tan graves que impiden que se pueda vivir el presente. Según sus palabras: “¿A alguien le sorprende que las propias personas que han sufrido un trauma no puedan soportar recordarlo y que a menudo recurran a las drogas, el alcohol o la automutilación para bloquear algo tan insoportable de saber?”
Las personas afectadas por traumas infantiles son mucho más numerosas de las que creemos y no ignoremos que muchos traumas quedan en el olvido, reprimidos en el inconsciente, por lo que buscan ser aliviados de las peores formas.
Marisa Grueso López
Marisa Grueso López
Psicóloga y Psicoanalista
Si la sociedad fuera capaz de avanzar en la toma de consciencia de lo importante que es la infancia, es posible que se garantice un mejor desarrollo emocional a las generaciones futuras. No creo que haya un mayor acto de prevención de las adicciones que tomar consciencia de esta realidad.
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