Aunque actualmente se ha conseguido que la sociedad en general muestre un rechazo absoluto al consumo de drogas y ya no se considere como un hábito atractivo e interesante, todavía existe una gran cantidad de personas consumidoras de sustancias adictivas, sobre todo entre la población joven y adolescente.
Sin embargo, existen una serie de pautas o recomendaciones que podemos llevar a cabo desde nuestro rol de padres, familiares o amigos, para prevenir que los jóvenes se inicien en el consumo de drogas, así como para frenar el desarrollo de la adicción si esta ya ha comenzado.
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La adolescencia y el riesgo de consumo de drogas
La adolescencia y post-adolescencia es un periodo de la vida altamente confuso y complicado. El hecho de que todavía no tengamos una identidad plenamente formada, nos convierte es personas altamente influenciables y susceptibles, ya que durante esta época el objetivo más anhelado es el de poder encajar y sentirnos parte de algo.
Esta necesidad de encajar, unida a la influencia de nuestros iguales, los medios de comunicación, la televisión, la prensa y la propia actitud de rebeldía, junto con la necesidad de experimentar cosas nuevas; convierten a este periodo en un factor de riesgo para iniciarse y desarrollar una adicción a las drogas.
Es necesario especificar que, cuando hablamos de adicción a las drogas no solamente se hace referencia a las adicciones más graves o a las drogas más fuertes y destructivas, el consumo diario de drogas como el cannabis es cada vez más alto y a medio-largo plazo puede llegar a comportar también consecuencias nefastas.
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¿Por qué algunos jóvenes consumen drogas?
Tal y como mencionamos anteriormente, la adolescencia es una etapa de la vida sumamente comprometida en cuanto al consumo de drogas. No obstante, no existe un solo factor que provoque que un joven o adolescente se sienta atraído por cualquier tipo de droga.
La presión social o de grupo suele ser una de las principales causas por la cual una personas adolescente decide comenzar a consumir alguna droga. La necesidad de encajar y sentirse parte del grupo, así como la propia presión que este puede ejercer a la hora de consumir puede ser suficiente para iniciar el consumo.
Igualmente, esta etapa de la vida suele estar marcada por fuertes sentimientos de incomprensión y de confusión, así como la falta de autoestima o de seguridaden si mismo pueden generar altos niveles de frustración que pueden llevar al consumo de drogas como una vía de escape a estas emociones.
En otras ocasiones, el consumo de drogas se desarrolla como un acto de rebeldía. Una manera de manifestar el inconformismo que el adolescente experimenta con aquello que rodea. El consumo de drogas puede ser visto como una forma de desobediencia, tanto a los padres o tutores como al resto de la sociedad en general.
Finalmente, un escaso conocimiento de los efectos reales de cualquier tipo de drogas y la influencia de algunos medios que todavía muestran el consumo de estas como algo atractivo e incluso interesante, favorecen el atractivo y fascinación que estas causan sobre los jóvenes.
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8 pautas para prevenir el consumo de drogas en adolescentes
A pesar de todo esto, todavía existen cosas que los familiares, amigos o la sociedad en general puede llevar a cabo para ayudar a disminuir, e incluso evitar, el consumo de drogas por parte de los más jóvenes.
1. Informar
A pesar de que en la actualidad existen numerosas campañas llevadas a cabo por las instituciones y centros educativos en las que se trata de informar a los más jóvenes acerca de los riesgos del consumo de drogas, como familiares y personas con adolescentes a nuestro alrededor nos convertimos también en agentes directos de prevención.
Esto significa que no tenemos por qué esperar a que los adolescentes reciban información acerca de las drogas desde el exterior, nosotros mismos podemos informarnos bien y transmitir esa información, puesto que el hecho de que sea alguien cercano y de confianza quien la transmita también puede resultar positivo.
2. Desarrollar sus habilidades sociales
En una gran cantidad de casos, los adolescentes se inician en mundo de las drogas porque alguien de su propio grupo de amistad se las ofrece. En estos casos la falta de habilidades sociales, así como una escasa educación emocional y de técnicas asertivas provocan que, junto al temor a ser rechazado, el adolescente acepte el consumo.
Sabiendo esto, la educación en habilidades sociales que permitan a los jóvenes decir “no” sin ningún tipo de temor son fundamentales para prevenir que estos se inicien en el consumo.
3. Fomentar el desarrollo de una autoestima positiva
Si al miedo de no encajar unimos que una gran parte de los adolescentes no tienen una autoestima suficientemente alta o no se sienten lo suficientemente seguros consigo mismos, encontraremos en estos rasgos un factor de riesgo muy importante para el consumo de drogas.
Por lo tanto, ayudar al desarrollo de una autoestima alta que les aporte seguridad en si mismos, será también de gran relevancia a la hora de evitar que los jóvenes recurran a las drogas como forma para sentirse mejor con ellos mismos.
4. Desarrollar el sentido crítico
Un adolescente bien informado y con la seguridad suficiente, será mucho más capaz de desarrollar un sentido crítico frente al consumo de drogas. Si conseguimos que el joven juzgue a las drogas tal y como son, como tanto para la integridad física, como psicológica y social, haremos posible que este consiga negarse al consumo de cualquier tipo de estupefaciente o sustancia adictiva.
5. Favorecer el diálogo
Intentar hablar con los adolescentes, mostrar interés por sus preocupaciones, no juzgar y ganar su confianza, ayudará a que estos se sientan cómodos hablando con nosotros, nos cuenten sus problemas. De esta manera, nos será mucho más fácil ayudarlos a que los resuelvan positivamente y no tengan que recurrir a las drogas como una vía de escape o una forma de evitarlos u olvidarlos.
6. No intentar sobreprotegerlos
Aunque esta sobreprotección no sea más que un reflejo de la preocupación que los padres o conocidos sienten acerca de los hábitos de los más jóvenes, estas conductas tienden a ser contraproducentes.
Los jóvenes deben percibir en los padres, familiares o tutores una actitud de aceptación, un lugar al que recurrir cuando de sienten mal o angustiados y, para ello, deberemos transmitir que estamos abiertos a ello pero sin resultar un agobio.
7. No ser autoritarios
Al inicio del artículo comentábamos que la adolescencia se caracteriza por ser una época de rebelión, en la que ir en contra de lo impuesto o establecido es casi una necesidad vital.
Por lo tanto, los estilos de educación autoritarios en la que los padres o tutores impongan su opinión o su manera de vivir de manera intransigente no resultarán para nada efectivos a la hora de evitar el consumo de drogas. En todo caso siempre es mejor recurrir al diálogo y al consenso.
8. Ser coherentes con nuestros actos
Raramente podremos evitar que los adolescentes consuman cualquier tipo de drogas si estas también se consumen en casa. De la misma manera, para que el mensaje en contra de las drogas se transmita de la manera más efectiva posible, nuestra actitud en torno a ellas también ha ser estable y coherente.