Correlación ilusoria: qué es este sesgo, y cómo nos lleva a errores

Este fenómeno psicológico nos lleva a cometer errores frecuentemente, y da origen a los prejuicios.

Correlación ilusoria

¿Conoces el fenómeno de la correlación ilusoria? Se trata de una tendencia de respuesta muy particular, y a la vez, de un error que cometemos en nuestro procesamiento de la información, que nos lleva a establecer relaciones entre dos variables que, o bien no tienen una relación tan fuerte, o bien directamente no tienen relación.

Dicho sesgo cognitivo explicaría, en gran parte, el origen de los estereotipos. Pero, ¿de qué forma? En este artículo te contamos en qué consiste la correlación ilusoria, cómo funciona, por qué aparece, qué relación tiene con los estereotipos y, además, introducimos un concepto muy relacionado con ella y que te puede interesar: los heurísticos mentales.

Correlación ilusoria: un sesgo cognitivo

Todos y todas tenemos sesgos cognitivos, un tipo de efecto psicológico. Los sesgos cognitivos son tendencias de respuesta mantenidas de forma sistemática en cualquier situación; su función es la de ajuste y adaptación, aunque se caracterizan por conducirnos a errores (aunque no siempre), ya que nos desvían del procesamiento mental “normal”, racional o lógico.

Es decir, dichos sesgos crean distorsiones o juicios inexactos, y pueden hacer también que interpretemos la realidad de forma ilógica. Uno de estos sesgos es el denominado “correlación ilusoria”, estudiado sobre todo por la psicología social (de hecho, podemos enmarcarlo en dicho campo de estudio).

¿En qué consiste?

Originariamente, el término de correlación ilusoria fue acuñado por Chapman y Chapman (1967). En cuanto a su definición, se trata de aquella tendencia a basarnos únicamente en casos confirmatorios de nuestras ideas o hipótesis, a la vez que ignoramos los casos no confirmatorios.

A través de la correlación ilusoria, buscamos (e incluso “creamos”) asociaciones o correlaciones entre diferentes variables que confirmen nuestras creencias, y acabamos percibiendo la relación entre dos o más variables como más fuerte de lo que en realidad, es. A veces, incluso, dicha relación realmente no existe.

Este sesgo cognitivo tiene una aplicación social en los estereotipos, que son percepciones exageradas y fundamentadas en pocos detalles que tenemos de algunas personas que comparten ciertas características. En cierta forma, los estereotipos son un mecanismo de economía mental, que nos permiten “simplificar la realidad” y economizar recursos cognitivos, lo que conduce, lógicamente, a errores.

Así, en este sentido, a través de la correlación ilusoria sobreestimamos las conductas infrecuentes en grupos minoritarios (por ejemplo, pensar que todas las personas gitanas roban porque una sola de ellas nos ha robado). Normalmente, aplicamos la correlación ilusoria (muchas veces de forma inconsciente) a comportamientos negativos. Más adelante profundizaremos un poco más en la relación entre estereotipos y correlación ilusoria.

Los heurísticos mentales

Para entender el concepto de correlación ilusoria, conviene que antes conozcamos el concepto de heurístico mental. Los heurísticos mentales se pueden considerar “atajos mentales” de nuestro pensamiento.

A modo genérico, podríamos decir que consisten en reglas mentales que utilizamos, inconscientemente y de forma automática, para transformar un problema complejo en uno más simple. Los heurísticos nos ayudan a simplificar las cosas, a responder más rápido y a buscar soluciones eficientes.

Relación con el heurístico de disponibilidad

En 1973, Tversky y Kahneman hablaron de la correlación ilusoria como uno de los posibles errores que podemos cometer al aplicar un heurístico concreto, denominado heurístico de disponibilidad.

El heurístico de disponibilidad, por su parte, consiste en una especie de “atajo mental” que utilizamos para evaluar algo, y que hace que nos basemos en la información que tenemos más disponible mentalmente, lo que ayuda a optimizar nuestro esfuerzo/trabajo mental, evitando que gastemos tiempo innecesario en el proceso.

Así, cuando utilizamos el heurístico de disponibilidad, accedemos al material mental más reciente o de más fácil acceso en nuestra mente (es decir, a material que tenemos más “a mano”), y nos basamos en dicho material para realizar un juicio o crear una opinión respecto a un tema.

Según el psicólogo social y profesor Scott Plous (1993), “cuanto más accesible sea un suceso, más frecuente y probable parecerá”. Además, Plous también especifica que a mayor viveza de la información, más convincente será, y mejor recuerdo tendremos de la misma. Por otro lado, cuanto más evidente nos resulte algo, más causal nos parecerá (es decir, mayor probabilidad de pensar que “eso” causa cierto fenómeno).

¿Cómo funciona la correlación ilusoria?

De esta forma, cuando aplicamos el heurístico de disponibilidad, podemos cometer diferentes errores (sesgos cognitivos). Uno de ellos es el de la correlación ilusoria, que implica utilizar únicamente (o de forma prioritaria) la información que tenemos más disponible.

En este caso, es la correlación o asociación entre diferentes estímulos o variables (siguiendo el ejemplo anteriormente mencionado “gitanos” y “delincuentes”), la que se muestra más disponible en nuestra mente, lo que hace que recordemos de forma mucho más intensa dicha asociación.

Esto se traduce en lo ya mencionado, y es sobreestimar la frecuencia de aparición de dicha asociación. Así, pensamos que esta asociación se da con mucha más frecuencia de lo que en realidad se da.

Relación con los estereotipos

Hemos visto que existe una relación entre estereotipos y correlación ilusoria, pero… ¿en qué consiste exactamente dicha relación?

Según diversos estudios de psicología cognitiva, la correlación ilusoria sería en realidad uno de los mecanismos explicativos implicados en el origen de los estereotipos. Es decir, en cierto modo, la correlación ilusoria originaría los estereotipos.

¿Cómo actúan los estereotipos a través de este mecanismo (o, como producto de éste)? Según Mullen y Johnson (1990) y la investigación actual, las personas sobreestimamos la correlación entres dos variables que suelen ser distintivas y diferentes en los demás (por ejemplo ser gitano, de clase baja, homosexual…); esto hace que desarrollemos estereotipos de carácter negativo hacia ciertos grupos sociales (como los mencionados).

¿Por qué aplicamos la correlación ilusoria?

Como hemos ido viendo, por un lado, la función de los heurísticos es simplificar nuestra tarea a la hora de resolver un problema o de analizar una situación. Sin embargo, a veces fruto de éstos se originan errores, como sería el caso de la correlación ilusoria.

Pero, ¿por qué cometemos este error o sesgo cognitivo? Los sesgos cognitivos muchas veces actúan de forma inconsciente y automática, o bien porque tenemos un procesamiento de la información sesgado (por razones aún más profundas), o bien porque nuestra mente quiere economizar los recursos mentales; éste segundo caso explicaría el origen de los estereotipos.

Para las personas (o al menos, para nuestra mente), es mucho más fácil (que no correcto, ni justo, ni lógico) pensar que “todas las personas de “X” colectivo o categoría social son así”, que pensar que “Pepe es así, Juan es asá, Paula es de ésta otra manera…”.

Así, se trataría de un mecanismo de economización de recursos, aunque lógicamente en él intervienen también otros factores: el racismo, la herencia social, las falsas creencias, el tipo de personalidad de cada uno/a, etc.

Referencias bibliográficas:

  • Ariely, D. (2008). Predictably irrational: The hidden forces that shape our decisions. New York, NY: HarperCollins.
  • Mullen, B. y Johnson, C. (1990), Distinctiveness-based illusory correlations and stereotyping: A meta-analytic integration. British Journal of Social Psychology 29, 11-28.
  • Plous, S. (1993). Psychology of Judgment and Decision Making. McGraw-Hill, NY.
  • Triglia, A. (s.f.). "Heurísticos": los atajos mentales del pensamiento humano. Psicología y Mente.
  • Tversky, A. y Kahneman, D. (1973). Availability: A heuristic for judging frequency and probability. Cognitive Psychology, 5, 207-232.

Graduada en Psicología por la Universitat de Barcelona, con Máster en Psicopatología Clínica Infantojuvenil por la Universitat Autònoma de Barcelona. Especializada en Trastornos del Neurodesarrollo. Actualmente trabaja como Psicóloga infantil en la Associació Catalana del Síndrome X Frágil. Autora del libro "Vivir de memoria" (Editorial Círculo Rojo, 2018). Aficionada del deporte y la lectura.

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