Para muchos estudiantes, el problema no es tanto cómo hacer para aprobar o no, sino cómo hacer para estudiar sin aburrirse. Y es que es un hecho que la diversión no es en sí uno de los valores que se promueva en la educación. No es, desde luego, el objetivo principal de este tipo de aprendizaje: desarrollar conocimientos y habilidades requiere esfuerzo y tiempo. Pero nunca está de más hacer lo posible por pasar un rato agradable.
Así pues, en este artículo veremos justamente varios consejos para estudiar sin aburrirse, de modo que se aproveche la experiencia tanto para aprender como para vivir un reto estimulante, y no aparezca esa sensación de que se ha perdido el tiempo.
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Cómo estudiar sin aburrirse, paso a paso
En una época en la que cada vez más hay más información y resulta más factible formarse en todo tipo de técnicas y saberes, estudiar resulta vital. Sin embargo, no todos lo tienen igual de fácil que el resto a la hora de ponerse manos a la obra y abrir los libros y las libretas de apuntes.
Para algunas personas, invertir el tiempo y esfuerzo necesarios para estudiar durante jornadas constantes es complicado. Los motivos pueden ser diversos, y en ocasiones ocurre incluso aunque se sienta interés por el tema sobre el que se quiere aprender. Por ejemplo, a veces el material en el que está contenida la información es muy críptico, no hay una manera de valorar el progreso, con lo cual la motivación disminuye.
Sea como sea, es posible poner de nuestra parte para que la situación cambie y el estudio pase a ser algo que nos estimule intelectualmente, yendo más allá de la simple memorización. Veamos cómo contribuir a ello, paso a paso.
1. Presta atención al entorno de estudio
Hay elementos ambientales que dificultan la tarea de concentrarse en el estudio. Revisar este aspecto es el primer paso a seguir, ya que no hacerlo nos expone al riesgo de no poder concentrarnos.
Elementos en los que fijarse especialmente son el nivel de ruido, el tipo de luz (mejor la luz natural, y mejor también evitar la luz de fluorescente), la comodidad de la silla y de la mesa frente a ella, y la presencia o ausencia de elementos que nos puedan distraer (televisores encendidos, música alta, etc.).
2. Planifica el rato de estudio
Debes reservarte un tiempo a dedicar solo al estudio, de modo que eso sea lo prioritario. Para que compense, este rato debe durar entre 15 y 40 minutos. Pasados los 40 minutos, es preferible hacer pausas de unos cinco o diez minutos, para poder volver a estudiar con fuerzas renovadas.
3. Establece objetivos
Plantéate retos relacionados con el número de páginas a estudiar, de modo que solo puedas descansar al haber llegado a ese punto. Para ello, claro está, esas metas deberían ser razonables y, muy importante, a corto plazo.
Si fijas metas muy lejanas en el tiempo, es más fácil que pierdas el interés por ellas. Mucho mejor si puedes llegar a ellas en cuestión de minutos o de pocas horas. En este último caso, fíjate sub-objetivos de minutos, para compartimentar aún más el progreso y hacer que pases más veces por la situación agradable de alcanzar lo que querías.
4. Usa técnicas de mnemotecnia
Estas técnicas nos llevan a memorizar datos por rutas mentales alternativas a las que resultan convencionales. Por ejemplo, invéntate pequeñas canciones para rimar con los elementos de un listado, o asocia palabras con sensaciones o imágenes que te recuerden a ellas. El desarrollo de estas técnicas es como un arte, y resulta en sí mismo algo estimulante y entretenido.
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5. Hazte exámenes mentales
Este es probablemente uno de los mejores consejos para estudiar sin aburrirse, por su espontaneidad. En cualquier momento, aleatoriamente, plantéate una pregunta acerca del contenido que has estado estudiando, y responde a esa pregunta lo mejor que puedas.
Esta no solo es una manera de activarte mientras estudias; además, resulta una excelente manera de hace que los recuerdos queden bien consolidados en nuestra memoria, ya que contribuye a repasar mentalmente lo que se ha visto, y a detectar lagunas de conocimiento y errores.
6. Estudia en grupo
Cuando ya hayas empezado a estudiar, empieza a quedar periódicamente con otros estudiantes. En ese contexto, fácilmente hablaréis sobre los contenidos vistos, pondréis en común dudas e inquietudes, e incluso se puede dar un componente lúdico y humorístico a las sesiones de estudio, lo cual está bien siempre que no suponga constantes interrupciones.
De ese modo aparecerá una cierta sensación de competitividad, que puede llevarnos a dar lo mejor de nosotros mismos. La presión de grupo nos lleva a no querer ser los rezagados, y eso nos lleva a ver el estudio como una pista por la que hay que avanzar, progresando, desde un sentido de deportividad que resulta motivador.