Las pruebas psicológicas para medir todo tipo de constructos son muchas y muy variadas. La mayoría de ellas se sirve de cuestionarios o entrevistas que la persona evaluada debe completar o rellenar siguiendo una serie de pautas; mientras que otras, de naturaleza mucho más práctica, instan a la persona a realizar una serie de ejercicios prácticos los cuales reflejan todo un abanico de habilidades y capacidades cognitivas.
Una de estas pruebas es el test de la Torre de Hanoi, una actividad que en sus orígenes fue concebida como un problema matemático pero que con el paso del tiempo se introdujo en el campo de la evaluación psicológica para medir procesos mentales propios de las funciones ejecutivas.
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¿Qué es el Test de la Torre de Hanoi?
Existen un gran número de pruebas concebidas para la evaluación de habilidades como la capacidad de planificación y el funcionamiento ejecutivo. Una de ellas es el Test de la Torre de Hanoi. La prueba mide algunos aspectos de las funciones ejecutivas puesto que, para completarla, la persona necesita prever y resolver la incógnita de manera cognitiva, antes de realizar ningún movimiento.
Este test fue creado en el año 1883 por el matemático de origen francés Edouard Lucas. Lucas se inspiró en un templo hinduísta, así como en la historia de su creación, para elaborar las características de la prueba, así como las tres torres que componen el test. Estas características se han mantenido prácticamente intactas desde el momento de su creación. No obstante, no fue hasta 1975 cuando empezó a utilizarse con el objetivo de entender el comportamiento de las personas y evaluar las diferentes habilidades y estrategias durante la resolución de un problema.
Las características de las que hablábamos anteriormente, y que le han otorgado cierta fama a esta prueba, son tanto la rapidez como la facilidad de aplicación, así como la sencillez de la evaluación, del análisis de los resultados y de la interpretación de estos.
La persona que realiza el test de las Torres de Hanoi debe solucionar un problema de transformación para el cual necesitará cierto esfuerzo mental, el cual le servirá para alcanzar la respuesta mediante una serie de movimientos. Para la resolución del enigma se requiere la utilización de un razonamiento complejo en resolución de problemas y mecanismos de aprendizaje.
¿En qué consiste la prueba?
El fin del Test de las Torres de Hanoi es trasladar la torre de discos a lo largo de tres varillas que se encuentran frente de la persona, desde la configuración inicial a una configuración final indicada por el evaluador. Esta torre està fraccionada en bloques o discos, los cuales el paciente deberá mover para restaurar de nuevo la torre en su posición final.
La segunda varilla consiste en una torre de “apoyo” que le permitirá a la persona colocar los discos de manera temporal. No obstante, uno de los requerimientos de la prueba es que la persona debe realizar el menor número de movimientos posible y con el menor número de fallos.
Además, la prueba se elaboró con tres condicionantes que restringen los movimientos que puede hacer o no la persona. Estas restricciones son:
- La persona no tiene permitido colocar un disco de gran tamaño encima de otro disco de tamaño menor.
- La persona solamente puede realizar movimientos en el mismo orden en el que lo discos están colocados. Empezando siempre con el disco que encuentra en primer lugar.
- Los discos siempre tienen que estar en uno de los tres ejes. Es decir, la persona no se los puede quedar en la mano o dejar sobre la mesa
Cualquier movimiento o tentativa que suponga tener que saltarse cualquiera de estas dos condiciones será contabilizado como error y comunicado a la persona. En la variante digital de la prueba, el programa directamente impide realizar cualquiera de estos movimientos y, además, se notifica mediante una señal auditiva.
Características técnicas del test
Al igual que todas las pruebas utilizadas en evaluación psicológica, el Test de Torres de Hanoi posee una serie de características técnicas tanto a nivel de administración de la prueba, población, material, etc.
1. Población objetivo
El test de las Torres de Hanoi puede administrarse tanto en población infantil, adolescente y adultos, adaptando en cada caso los niveles de dificultad de la prueba.
2. Material
El material consiste en tres pequeñas torres compuestas por una estaca cada una y tres fichas de distintas dimensiones.
3. Administración
El desarrollo de la prueba consiste en que la persona deberá cambiar la disposición de los discos desde la configuración inicial hasta la final llevando a cabo la menor cantidad de movimientos y con el menor número de errores.
La dificultad de la prueba puede variar e ir aumentando, utilizando desde 3 hasta 9 discos diferentes.
4. Puntuación
El evaluador deberá recoger la cantidad de movimientos que la persona realiza hasta conseguir la configuración final. De la misma manera, deberá contabilizar el número de errores y la cantidad de tiempo que la persona necesita para resolver el problema.
Las puntuaciones se conmutan y transforman en una puntuación total final que refleja la capacidad de la persona para resolver el problema. Finalmente, se interpreta que un número bajo de movimientos y errores es un reflejo de una buena ejecución.
¿En qué contextos se administra?
Aunque no es particularmente conocido, el test de Torres de Hanoi es un instrumento de evaluación básica y práctica, por lo que su administración puede ser útil en una gran cantidad de campos. No obstante, los contextos en los más se utiliza son:
- Clínicas psicológicas.
- Centros de orientación laboral y selección de personal.
- Centros de enseñanza.
- Contextos militares y de defensa.
¿Qué mide la prueba?
Tal y como se comentaba al inicio del artículo, el objetivo del test de las Torres de Hanoi es realizar una evaluación de las funciones ejecutivas de la persona. Concretamente, de la capacidad de planificación y resolución de problemas.
Las funciones ejecutivas hacen referencia a todas la tareas mentales complejas que la persona necesita realizar para planificar, organizar, dirigir, verificar y evaluar las conductas o comportamientos necesarios para la adaptación al medio y la resolución de problemas.
Los procesos mentales propios de las funciones ejecutivas son:
- Memoria de trabajo.
- Planificación.
- Razonamiento.
- Flexibilidad.
- Inhibición.
- Toma de decisiones.
- Estimación temporal.
- Ejecución dual.
- Capacidad para realizar varias tareas a la vez.
No obstante, en el test de las Torres de Hanoi pretende hacer hincapié en la evaluación de la capacidad de planificación y de resolución de problemas.
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