Las tarjetas se han convertido en la forma de pago estrella entre personas de todas las edades. Son cómodas, fáciles de usar y no ocupan demasiado espacio en nuestras carteras.
Además, en los tiempos que corren son en el mejor método de pago por ser más higiénicas que el dinero en efectivo e, incluso, ya hay establecimientos en los que solo se puede pagar usando una tarjeta.
Pero pese a ser comunes no todo el mundo sabe qué implica tener una tarjeta de crédito y una de débito. Pese a que ambas expresiones se traten como sinónimas no lo son y esto lo vamos a descubrir a continuación viendo las diferencias entre la tarjeta de débito y la de crédito.
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Diferencias entre la tarjeta de débito y la de crédito: ¿cómo distinguirlas?
Las tarjetas de crédito y de débito son herramientas que se han convertido en comunes en el día a día de millones de personas. Es gracias a estos trozos de plástico que podemos pagar grandes cantidades de dinero de golpe sin necesidad de llevarlo todo encima en monedas y billetes. Este es uno de los principales motivos por los que cada vez más personas usan tarjetas, siendo un método muy práctico y no ser necesario tener que contar el dinero que se tiene que pagar antes de realizar la transacción.
Además, son consideradas como un método de pago muy seguro puesto que en muchas operaciones nos pide que tecleemos un número secreto, sobre todo si son pagos altos o transferencias. Prácticamente todos los bancos disponen de aplicaciones móviles para que gestionemos nuestra cuenta asociada a la tarjeta de forma virtual y, en caso de que nos la roben, podremos inhabilitarla antes de que el malhechor meta mano a nuestros ahorros.
Muchos son los que opinan que es cuestión de años que el dinero en efectivo sea totalmente sustituido por las tarjetas. De hecho, la pandemia por COVID-19 y las medidas higiénicas que la han acompañado ha hecho que la inmensa mayoría de establecimientos aconsejen a sus clientes el pago con tarjetas de crédito o débito, e incluso algunos ya no aceptan pagos en metálico.
Pero pese a que son muy usadas no todo el mundo es consciente de qué tipo de tarjeta tiene y cuáles son sus prestaciones. Debido a que las palabras “crédito” y “débito” se asemejan mucho y son usadas en contextos similares, muchas personas creen que tener una tarjeta de crédito y tener una de débito es lo mismo, o que simplemente hay compañías bancarias que prefieren llamar a las tarjetas de una u otra forma pero lo cierto es que sí hay diferencias entre la tarjeta de débito y de crédito, algunas muy importantes a tener en cuenta la próxima vez que usemos uno de estos trozos de plástico.
1. De dónde sale el dinero
La principal diferencia entre las tarjetas de débito y las de crédito es de dónde sale el dinero que usamos para pagar con ellas.
En la tarjeta de débito el pago es extraído del dinero que hay en la cuenta del titular. Las tarjetas de débito están asociadas al saldo que el cliente tenga en su cuenta corriente y, a la hora de pagar, el pago se carga directamente en la cuenta del titular. El propietario de la tarjeta de débito podrá pagar hasta llegado el límite de los fondos de su cuenta.
En cambio, la tarjeta de crédito nos permite pagar incluso si no tenemos dinero en nuestra cuenta. Este dinero que no tenemos nos lo da nuestro banco y, por lo tanto, es un préstamo y nos hemos endeudado con nuestra entidad financiera. El dinero que le debemos al banco se lo tendremos que devolver en el tiempo en el que nuestra entidad financiera nos haya indicado además de pagar un interés por él.
Para que nos den una tarjeta de crédito el banco tiene que estudiar nuestra situación económica, asegurándose de que no se la dan a alguien que no va a poder devolver ese dinero a corto o medio plazo. Se asegura de que seamos solventes y estudia nuestra viabilidad. Aunque nos la den, debemos tener en cuenta que la tarjeta de crédito también tiene un límite y no se podrá seguir pidiendo préstamos indefinidamente.
Las formas para devolver el crédito, esto es, el dinero que el banco nos ha prestado, son varias, siendo las principales las siguientes tres:
- A final de mes: Se realiza un día del mes siguiente, día el cual es conocido como día de la liquidación y se encuentra especificado en el contrato.
- Porcentaje. Cada mes se pagará un porcentaje del crédito.
- Cuota fija o “revolving”: consiste en pagar una cifra fija establecida.
2. Facilidad de obtención
Hay diferencias también en cuanto a la facilidad de obtención de una tarjeta de débito y una de crédito.
Las de débito son las más sencillas de conseguir, puesto que para tener una solo necesitamos tener una cuenta con dinero o que el banco nos abra una. Dependiendo del tipo de cuenta que tengamos con nuestro banco, nuestra cuenta corriente puede estar conformada con una cartilla y una tarjeta de débito o, directamente, solo tener la tarjeta de débito como método para extraer y usar dinero.
En el caso de las tarjetas de crédito esto es un poco más complicado. Dado que ningún banco nos va a dar su dinero así como así, las entidades financieras se aseguran antes de darnos una tarjeta de crédito de que somos personas que les podremos devolver el dinero que nos dejen. Si el banco no opina que seamos solventes no nos va a dar una tarjeta de crédito; en caso de que sí determinará el límite de dinero máximo que nos prestará.
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3. Comisiones
Otra diferencia interesante entre ambos tipos de tarjeta está en las comisiones que se pagan por cada una de ellas. Esto depende de cada banco y se suele cobrar una comisión anual por cada tipo de tarjeta. No obstante, la comisión que suele ser más económica es la de las tarjetas de débito. Como cada banco es distinto, las comisiones que nos puedan cobrar por las tarjetas es un aspecto muy importante a consultar antes de hacerse cualquier tipo de tarjeta en cualquier tipo de banco.
4. Sacar dinero en los cajeros
Hay diferencias también entre estos dos tipos de tarjetas a la hora de sacar dinero en los cajeros.
Por regla general, si se utiliza la tarjeta de débito en un cajero de la propia entidad financiera no se tendrá que pagar ningún tipo de comisión. La tarjeta de débito funciona igual que lo hacen las cartillas de toda la vida, e incluso hay cuentas corrientes que solo disponen de tarjetas para poder obtener dinero en efectivo en estas máquinas.
En cambio, si se saca dinero con la tarjeta de crédito, el banco cobrará intereses cuando se pague el saldo de la tarjeta, que suelen ser bastante elevados llegando a un 20% anual. La entidad financiera nos cobrará intereses por adelantarnos ese dinero, ya que la retirada de efectivo con nuestra tarjeta de crédito se hace contra la línea de crédito que nos ha concedido el banco, no contra nuestra propia cuenta corriente.
Es por este motivo que nunca se recomienda utilizar la tarjeta de crédito para sacar dinero de un cajero, aunque sea un cajero de nuestro propio banco. Solo se debe hacer en caso de que haya un motivo de fuerza mayor y no se tenga nada de saldo en la cuenta.
5. Descuentos y seguros
Un punto a favor de las tarjetas de crédito es que, a la hora de realizar compras, existen tarjetas que nos ofrecen descuentos en algunos establecimientos, nos dan puntos asociados a las compras o nos ofrecen ventajas en función de la cantidad mensual gastada. Además, las tarjetas de crédito suelen contar con una serie de seguros gratuitos como por ejemplo protegernos en caso de que compremos un objeto defectuoso, mientras que las tarjetas de débito no tienen este tipo de seguros ni tampoco ofrecen descuentos.
Resumen
Tanto las tarjetas de débito como las de crédito son muy prácticas en nuestra vida cotidiana. Las tarjetas de crédito son una buena opción en caso de necesitar financiación para imprevistos o compras de costo elevado, pero también es necesario entender que ese dinero que nos da el banco se tendrá que devolver y, hasta que esto no se haya hecho, estaremos en deuda con nuestra entidad financiera. No controlar lo que se paga con las tarjetas de crédito puede suponer acabar gravemente endeudado.
En cambio, las tarjetas de débito solo son una forma rápida de pagar con nuestro propio dinero sin necesidad de recurrir al dinero en efectivo. Usar estas tarjetas implica ir gastando dinero de nuestra propia cuenta corriente y, una vez este se haya acabado, no podremos pagar con la tarjeta hasta que no hayamos vuelto a inyectar dinero en nuestra cuenta. Esto hace que tenga la desventaja de que, si nos quedamos escasos de dinero en una situación puntual, no podamos pagar pero también tiene la ventaja de que no nos endeudamos con el banco.
Referencias bibliográficas:
- Tolentino-Morales, J. (2016). Crédito vs débito: ¿qué tarjeta le conviene? México. El Economista. Extraido de: https://www.eleconomista.com.mx/finanzaspersonales/Credito-vs-debito-que-tarjeta-le-conviene-20160202-0159.html.
- Gil, S. (s. f.). Diferencia entre tarjeta de débito y crédito. Economipedia. https://economipedia.com/definiciones/diferencia-entre-tarjeta-de-credito-y-debito.html.
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