El orden de nacimiento de los hijos ha sido un campo de gran interés y debate en psicología. Algunos autores defienden que los puede ser un aspecto clave a la hora de comportarse y desarrollar la personalidad. En este contexto, es habitual describir a los hijos medianos como más cooperativos, sociables y honestos que el resto de hermanos. Sin embargo, ¿es esto cierto?
Para poder dar respuesta a esta cuestión, a lo largo de este artículo, hablamos sobre la teoría del orden de nacimiento y la evidencia científica relacionada con la cooperación. También exponemos qué otros factores pueden estar relacionados con la cooperación más allá del orden de nacimiento y qué cosas se pueden hacer para fomentarla en los hijos.
¿Qué dice la teoría sobre el orden de nacimiento?
Ya a principios del siglo XX, el psicólogo Alfred Adler planteó la idea de que el orden en que nacemos puede afectar a nuestro desarrollo como personas. Según su propuesta, los primogénitos parecen ser más responsables y enfocados al logro, mientras que los hijos menores tienden a ser más extrovertidos y creativos.
Adler planteaba que los hijos medianos tendían a adaptarse más con el fin de encontrar su lugar en la familia. Esto les hace, según el autor, desarrollar unas grandes habilidades de negociación. A su vez, dichas capacidades se suelen relacionar con una mayor sociabilidad y capacidad de cooperación dentro de la familia porque suelen tender a mediar entre los hermanos. Algunos estudios han corroborado esta idea.
No obstante, son muchos los autores que han mostrado sus dudas en relación con esta teoría y han planteado que hay otros factores que pueden interferir en la construcción de la personalidad y las conductas de cada hijo. Se considera que tanto el entorno como el estilo de crianza son claves.
Estudios científicos sobre la cooperación en los hermanos
Tal y como comentábamos previamente, las opiniones entre los autores están divididas. Por un lado, encontramos estudios que defienden la idea de que los hijos medianos tienden a ser más cooperativos que los hijos mayores y los pequeños precisamente porque se encuentran entre ambos.
En esta línea, se señala que en situaciones de conflicto, los hijos medianos tienden a mostrarse más predispuestos a colaborar, cooperar y que lo hacen de forma más honrada. Parece que esto se extrapolaría a situaciones sociales en las que se requieren estas habilidades y no únicamente a contextos familiares.
Sin embargo, es fácil encontrar otros muchos estudios en los cuales se examinan las posiciones del nacimiento de las personas y se determina que la relación con los rasgos de personalidad no es necesariamente consistente. En este sentido, se considera que factores como la cooperación pueden estar relacionados con aspectos culturales u otro tipo de cuestiones que van más allá del orden de nacimiento.
Al estudiar la cooperación de forma mas específica, se observa que es una habilidad que se desarrolla de forma temprana en la infancia. Se considera que depende de los estímulos sociales a los que la criatura se ve expuesta y que también interfieren factores como la edad y las dinámicas familiares.
Aunque estos estudios no niegan que los hermanos medianos puedan tener una mayor tendencia a la cooperación por el hecho de haber experimentado más interacciones de este estilo, la mayoría consideran que no deja de ser una destreza aprendida y que ha sido influenciada por el entorno social más que por su nacimiento.
Otros factores que influyen en la cooperación
En el apartado anterior ya hemos comentado que muchos autores sugieren que la cooperación es una habilidad aprendida que depende de muchos factores que van más allá de la posición en la cual se ha nacido.
Es importante tener en cuenta que a nivel familiar puede estar influyendo tanto el estilo de crianza como los valores y creencias con los que se educa. Todo ello va a influenciar también en las dinámicas que se adoptan entre los diversos miembros del núcleo y, por supuesto, van a impactar en el desarrollo de las personas.
Además, la interacción con el grupo de iguales y la educación en inteligencia emocional son factores que también deben tenerse en consideración porque van a tener un peso. La familia es importante, pero no es la única dimensión a contemplar.
¿Cómo podemos fomentar la cooperación en nuestros hijos?
Una actitud proactiva hacia la cooperación suele ser algo que muchos padres y madres desean para sus hijos. Afortunadamente, se puede fomentar desde casa teniendo en cuenta algunos aspectos.
En primer lugar, es importante que los adultos sean un ejemplo, es decir, que colaboren y trabajen en equipo para que los hijos puedan verlo y aprender. En este sentido, será necesario incorporar a los infantes en las tareas de casa y facilitarles opciones de colaboración fuera del hogar (deportes en equipo, por ejemplo).
Por otro lado, es necesario trabajar la educación en inteligencia emocional y empatía. A nivel familiar, es necesario trabajar la resolución de conflictos de forma pacífica y colaboradora para fomentar el apoyo entre hermanos.
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