Cada vez son más los estudios que se realizan con el objetivo de comprender mejor el papel que juega la flora intestinal en nuestra salud. No es de extrañar, entonces, que empiecen a investigar también la posible relación entre la microbiota intestinal de la madre y el feto que está gestando.
En este artículo veremos por qué es tan importante la microbiota materna y cómo esta se transmite al feto. Esto nos permite comprender con mayor profundidad cuál es el impacto de dicha interacción y las implicaciones que existen tanto para la madre como para el feto.
La importancia de la microbiota intestinal materna
Se entiende que los conceptos flora o microbiota intestinal hacen referencia al conjunto de microorganismos (bacterias, hongos y virus) que viven en el intestino de forma normal. La mayoría de dichos microorganismos no sólo no son dañinos sino que resultan beneficiosos para la salud. La flora intestinal está implicada en funciones como la digestión, el sistema inmunológico, la producción de vitaminas y de ácidos grasos esenciales.
Durante el embarazo, la flora intestinal de la madre experimenta cambios significativos relacionados con adaptaciones metabólicas, hormonales e inmunológicas. Todos estos cambios son influenciados por diversos aspectos como pueden ser la alimentación, el estrés, la ingesta de medicamentos e incluso la genética. Se cree que estos cambios permiten que el feto reciba nutrientes esenciales para su desarrollo.
En condiciones normales favorecen el desarrollo del feto. Sin embargo, es de vital importancia que se encuentren en equilibrio puesto que se ha observado que el desequilibrio microbiano, también conocido como disbiosis, puede estar relacionado con ciertas complicaciones como la preeclampsia, la diabetes gestacional y el parto prematuro.
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Transmisión de la microbiota materna al feto
Es importante tener en cuenta que la transmisión de la flora intestinal materna al feto todavía está en proceso de investigación. Hasta hace relativamente poco, se creía que el embrión se desarrollaba en un medio estéril y que era después del parto cuando se iniciaba la colonización.
No obstante, los estudios más recientes señalan que la microbiota materna podría llegar al feto atravesando la barrera placentaria. Esto es importante para el desarrollo del bebé durante su gestación porque influye tanto en su desarrollo intrauterino como extrauterino.
El mecanismo exacto mediante el cual esto sucedería todavía no es conocido a ciencia cierta. Parece ser que la colonización microbiana en el útero podría ser posible puesto que se han detectado bacterias en el líquido amniótico, la placenta y el meconio del recién nacido.
Por otro lado, tanto el parto vaginal como la lactancia materna son las dos principales vías de transmisión. El bebé entra en contacto con la microbiota materna en el canal de parto y esto puede influenciar en su flora intestinal. Del mismo modo, mediante la leche materna se transmiten prebióticos que favorecen el crecimiento de bacterias beneficiosas en el intestino del bebé.
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Impacto de la microbiota materna en el desarrollo fetal
Tanto la medicina perinatal como la neurociencia están mostrando un gran interés en esta temática. De hecho, investigaciones recientes han demostrado que la microbiota materna puede influir tanto en el desarrollo como en la función cerebral del bebé.
Hoy en día se sabe que los microorganismos intestinales están relacionados, entre otras cosas, con la producción de serotonina y otros neurotransmisores. Además, también se relaciona con la producción de otras sustancias que tienen un impacto directo en el sistema nervioso, en la formación de nuevas células y en la plasticidad cerebral. Todo ello es crucial para el desarrollo cognitivo de la criatura.
En este sentido, se considera que los cambios en la microbiota materna durante el embarazo pueden afectar tanto a la disponibilidad de nutrientes para el feto como a la regulación y expresión genética, hecho que está directamente relacionado con el desarrollo cerebral del embrión.
Se han realizado estudios con ratones en los cuales se ha observado que la microbiota materna tiene un impacto en el comportamiento y desarrollo cerebral de las crías. Se veían alteraciones en las áreas relacionadas con el estrés y las emociones. Si bien es cierto que los estudios con humanos son pocos y se requiere más investigación, parece que podría haber relación entre la flora intestinal materna y un mayor riesgo de padecer trastornos del neurodesarrollo.
Por último, es interesante señalar que la evidencia señala que la microbiota materna también puede tener un impacto sobre el metabolismo de la criatura. En adición, se relaciona también con el sistema inmunológico del feto y una mayor regulación de la respuesta inflamatoria (que puede afectar al desarrollo cerebral).
Implicaciones para la salud de la madre y del feto
Tal y como hemos visto a lo largo del artículo, la microbiota intestinal materna juega un papel crucial durante el embarazo tanto para la madre como para el desarrollo embrionario. Es necesario intentar mantenerla lo más equilibrada posible con el fin de minimizar riesgos para la salud madre (preeclampsia, diabetes gestacional, infecciones, etc.) y, del mismo modo, reducir las probabilidades de parto prematuro.
En cuanto a la salud del bebé, los estudios disponibles señalan que una flora intestinal equilibrada en la madre puede contribuir a un óptimo desarrollo neurológico y cognitivo para el feto. Además, se relaciona con otros aspectos como la salud digestiva de la criatura y el sistema inmunológico. No obstante, no se puede obviar el hecho de que todavía es necesaria más investigación en humanos.
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