¿Pasas por un duelo? Estas 5 claves te ayudarán a afrontarlo mejor

El duelo se define como la reacción ante la pérdida de un ser querido, aunque también puede estar asociado con la pérdida de un objeto demasiado significativo para una persona, una etapa de la vida o un evento particular en la existencia (Martínez, 2015).

Como lo señalan Rogina y Quilitch (2006), cuando se hace referencia a la pérdida de una persona, se genera una experiencia demasiado compleja que genera importantes repercusiones a nivel físico, emocional, conductual y social, debido al desarrollo de sentimientos asociados con la ausencia de esa persona, y también con una repentina incertidumbre ante el futuro que lleva incluso a cuestionar el mismo sentido de la vida.

¿Cómo pasar por un duelo?

Las maneras de asimilar el duelo varían de manera importante dependiendo de las historias de vida de cada persona, experiencias y personalidad, aspectos que en conjunto generan un sistema particular de afrontamiento, es decir, una manera única de reaccionar ante situaciones adversas que generan como resultado la muerte de un ser querido.

Sin embargo, de manera general, existen claves que pueden ayudarnos a mejorar nuestros sistemas de afrontamiento y nuestras maneras de asimilar el duelo. Si bien es cierto que el duelo no se puede superar totalmente, porque siempre se va a percibir la ausencia de la persona y siempre existirán recuerdos de su vida y de los momentos que pasó junto a nosotros, es importante que si estás experimentando un duelo cuentes con una serie de apoyos, enfoques y opciones que te permitan sentirte cada vez mejor.

1. No reprimas el dolor

Es importante que puedas sentir y expresar tu dolor, en lugar de reprimirlo, lo cual es clave para aceptar que el ser amado ya no está, que la pérdida es irreparable, que es normal sufrir y que la expresión de todas tus emociones se establece como un requisito crucial para tu progresivo fortalecimiento, para la aceptación de los hechos, para entender la inevitabilidad de la muerte y, sobre todo, para valorar cada vez más tu propia vida y la de las demás personas que están a tu lado.

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2. Busca la compañía de las personas que aprecias

Es importante que entiendas que tu dolor y tu aflicción tiene un impacto en los demás. Por ello, necesitas de la compañía de las personas que quieres, pues debido al enorme dolor asociado con el duelo, a la significatividad de las emociones que genera, se establece como una experiencia que debe ser compartida y acompañada.

Es normal que las personas que han tenido una pérdida de este tipo valoren más la compañía de sus familiares y de sus amigos, pues cuentan con un apoyo emocional que les permite desahogarse, recordar las cosas y los momentos buenos que pasaron con esa persona que se ha ido, tener a alguien con quien hablar en los momentos más difíciles, compartir emociones y construir de manera conjunta nuevas posibilidades de afrontamiento.

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3. El duelo no es una enfermedad

Si bien el duelo se asocia con manifestaciones que son similares a las que se presentan en los cuadros clínicos de la depresión, como la sensación de abatimiento, una tristeza profunda, la desilusión, apatía y desapego de la vida, lo primero que tienes que entender es que el duelo no es una enfermedad sino una reacción natural ante un evento doloroso. No estás sufriendo de una enfermedad, sino que por el contrario estás desarrollando una serie de reacciones que son adaptativas ante la pérdida de alguien muy significativo para ti.

Este proceso de adaptación no solo es natural sino que es absolutamente necesario para que puedas expresar tu dolor y salir adelante. Y como el duelo no es una enfermedad tampoco hay una cura determinada, solo una serie de procesos de aceptación, adaptación y resiliencia que te pueden ayudar a sentirte cada vez mejor.

4. No te abandones a la sensación de duelo

Aunque es importante que puedas expresar tus emociones y sufrir el dolor como medio de adaptación y aceptación, es clave también que en este proceso sigas desarrollando tus actividades cotidianas de autocuidado, dentro de las cuales se destacan los hábitos de aseo y cuidado personal, así como comer, hidratarte bien y dormir adecuadamente.

Es importante que prestes atención a tu cuerpo, ya que las experiencias traumáticas pueden generar como resultado gastos excesivos de energía. Por eso debes cuidarte más, hacer ejercicio, participar en actividades recreativas y tratar de mantener la mente despejada.

Esto es muy importante pues en el duelo se presentan de manera casi que incontrolada y aleatoria diversas sensaciones que van más allá del sufrimiento, y que se conectan, por ejemplo, con la culpa, la rabia, el miedo o la vergüenza. Por tanto, es clave que cuides de tu salud, que sigas haciendo las actividades que te gustan y que te distraigas sin con ello tratar de negar lo que ha sucedido.

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5. Date tiempo para volver a desempeñarte bien en todas tus actividades

No existe algo así como un tiempo específico en el cual se termina el duelo o se supere, pues ello depende de cada persona y de cada situación. En cualquier caso, es importante que no te apresures demasiado a volver a tus actividades, pues es normal que tus capacidad cognitivas y tus habilidades se encuentren reducidas debido al impacto emocional que has tenido.

Es importante respetar el ritmo del duelo, teniendo en cuenta que hay días que te vas a sentir mejor, pero hay otros en los cuales va a parecer que retrocedes. Puedes ir incorporando tus actividades normales poco a poco, estableciendo nuevos mecanismos de adaptación y siempre permitiéndote tus momentos de soledad para reflexionar y recordar a esa persona.

En medio de todo este proceso es importante que siempre recuerdes al ser querido que se ha ido, de la mejor manera posible. Solo tú sabes cuál es la forma más significativa de honrar tu relación con ella, de valorar la vida que tuvo y los momentos que compartieron.