Los ganglios basales son una serie de partes del cerebro situadas en las profundidades del encéfalo que resultan de gran importancia para la realización de diversas funciones. Se trata de un conjunto de diversas estructuras y subestructuras, las cuales pueden ser agrupadas en función de sus conexiones entre ellas.
Una de dichas estructuras o más bien conjunto de ellas es el denominado núcleo lenticular, el cual resulta especialmente relevante en la gestión de la motricidad, así como en el aprendizaje y la motivación.
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El núcleo lenticular: partes y características
El núcleo lenticular es una estructura subcortical del encéfalo, situado en la parte interna de este. Este núcleo forma parte de los ganglios basales, un conjunto de estructuras configuradas por materia gris (es decir, se trata principalmente de somas y dendritas neuronales).
También llamado núcleo extraventricular del cuerpo estriado, el núcleo lenticular está configurado por tres segmentos, si bien dichos tres segmentos se pueden dividir principalmente en dos estructuras; putamen (que sería el segmento más externo) y globo pálido (que recogeria los segmentos medio e interno).
Así, puede considerarse que el núcleo lenticular es la unión de otras dos estructuras propias de los ganglios basales, putamen y globo pálido.
Esta estructura cuneiforme está en contacto con la cápsula interna, que la separa del tálamo y el caudado, y con la cápsula externa que la separa del claustro y la ínsula. Se conecta con la el citado tálamo, la corteza cerebral y el conjunto de estructuras que configuran el tronco del encéfalo.
Funciones asociadas a esta estructura subcortical
El núcleo lenticular, al igual que el conjunto de estructuras que conforman los ganglios basales, es una estructura o conjunto de estructuras de gran importancia para el correcto funcionamiento vital del ser humano. Concretamente se ha observado que tiene gran importancia en las siguientes áreas.
1. Motricidad
Uno de los aspectos en los que más se ha investigado y que se conoce desde hace más tiempo es la gran importancia que tiene el núcleo lenticular en la motricidad y la gestión y coordinación del movimiento. Su principal tarea en este sentido pasa por la adaptación del movimiento a las situaciones que se estén viviendo y por el ajuste a las demandas situacionales.
2. Mantenimiento de la postura
El núcleo lenticular participa no solo en la realización de movimientos concretos, sino que también tiene relación con el mantenimiento de la postura. Daños en el núcleo lenticular pueden generar dificultades en la marcha, descoordinación o temblores incontrolables.
3. Automatización de movimientos
La automatización de movimientos también se ve afectada por el núcleo lenticular, al permitir que se adquiera habituación a su realización.
4. Aprendizaje
El núcleo lenticular tiene influencia en los procesos de aprendizaje. Concretamente ayuda a generar aprendizaje procedimental. Además de ello, a través de sus diversas conexiones el núcleo lenticular contribuye en la creación de categorías a la hora de organizar y estructurar el mundo.
5. Motivación
Al igual que otras áreas como el núcleo caudado, el núcleo lenticular también contribuye en gran medida en vincular lo racional con lo emocional, permitiendo que ambos tipos de informaciones puedan ser integradas. Esto se traduce en que gracias a sus conexiones podemos vincular un conocimiento o estímulo a una emoción, lo que puede motivarnos o desmotivarnos.
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Trastornos vinculados al núcleo lenticular
La presencia de alteraciones y lesiones en los ganglios basales puede tener repercusiones devastadoras sobre la salud del organismo, así como disminuir sus capacidades más básicas. Algunas de las alteraciones que se vinculan a daños en el núcleo lenticular son las siguientes.
1. Demencias subcorticales
La degeneración progresiva causada por este tipo de demencias tiende a iniciarse en diferentes estructuras subcorticales, siendo una de las más frecuentes los ganglios basales. Las demencias producidas por el Parkinson o por la Corea de Huntington son dos de las más conocidas, las cuales cursan con descoordinación de la marcha, realización de diferentes movimientos espasmódicos sea en reposo o durante la realización de movimientos y una pérdida de memoria y capacidades ejecutivas.
2. Trastornos psicomotrices
Trastornos como el de tics o el de Gilles de la Tourette, o la propia enfermedad de Parkinson sin que ésta tenga porque causar demencia, también se ven influidos por la alteración de los ganglios basales.
3. Trastorno obsesivo-compulsivo
El TOC también se ha visto vinculado en parte con la hiperactivación de los ganglios basales, especialmente el núcleo caudado y el putamen (formando este último parte del núcleo lenticular).
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4. TDAH
El TDAH es otro de los trastornos que se ve influido por la presencia de daños en el núcleo lenticular, dificultando el mantenimiento de la motivación y potenciando la aparición de tics y agitación.
Referencias bibliográficas:
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Carlson, N.R. (2014). Fisiología de la Conducta (11 Edición). Madrid: Pearson Educación.
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Kandel, E.R.; Schwartz, J.H. & Jessell, T.M. (2001). Principios de neurociencia. Cuarta edición. McGraw-Hill Interamericana. Madrid.