Aunque no son tan conocidas para la mayoría de personas como los lóbulos cerebrales, las regiones subcorticales del encéfalo cumplen funciones igualmente importantes. En concreto, las áreas que conocemos como ganglios basales son fundamentales para el movimiento, entre otros aspectos.
Uno de los núcleos que forman los ganglios basales es el globo pálido, el más pequeño de todos. A continuación veremos la estructura y las funciones del globo pálido, así como los trastornos que se relacionan con lesiones en esta región, entre los que destaca la enfermedad de Parkinson.
¿Qué es el globo pálido?
El globo pálido también es conocido como paleoestriado. Es una estructura subcortical compuesta por sustancia gris (es decir, somas de neuronas, dendritas sin mielina y células gliales) que se desarrolla a partir del diencéfalo, aunque forma parte del telencéfalo. Por tanto se localiza en la parte anterior del cerebro, en la cara interna del lóbulo frontal.
Forma parte del sistema extrapiramidal, una red neural que controla y regula los movimientos involuntarios. Los tractos extrapiramidales envían proyecciones principalmente a las motoneuronas inferiores de la médula espinal que se ocupan del movimiento, los reflejos y la postura.
Esta estructura está más desarrollada en los primates que en otros animales; en particular, la región interna del globo pálido sólo se encuentra en los humanos y en nuestros parientes más cercanos.
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Los ganglios basales
El pálido es una de las estructuras que constituyen los ganglios basales, un conjunto de núcleos subcorticales íntimamente relacionados que se localizan alrededor del tercer ventrículo. Los ganglios basales cumplen funciones relacionadas principalmente con los movimientos voluntarios y los automáticos.
Los núcleos que forman los ganglios basales, además del globo pálido, son los siguientes:
- Cuerpo estriado: recibe información de los otros ganglios basales, la integra y la envía a zonas superiores del cerebro.
- Núcleo caudado: tiene conexiones con el lóbulo frontal y está implicado en la motivación y en la respuesta de alarma.
- Sustancia negra: relevante para el control de la motricidad fina; forma parte del sistema de recompensa cerebral debido a que tiene muchas sinapsis dopaminérgicas.
- Núcleo accumbens: como la sustancia negra, forma parte del sistema de refuerzo, por lo que tiene un rol clave en el desarrollo de adicciones.
- Putamen: esta estructura interviene en los movimientos automatizados, especialmente los de la cara y las extremidades.
- Núcleo subtalámico: conecta el mesencéfalo y el tálamo y regula la motricidad.
- Sustancia roja: esta región es importante para la coordinación en general y la de las extremidades superiores en particular.
Estructura y anatomía
El globo pálido está compuesto principalmente por neuronas muy grandes y con un gran número de ramificaciones dendríticas. El aspecto del globo pálido es peculiar a causa de la abundancia de dendritas y su inusual longitud.
El nombre de esta estructura se debe a que la atraviesan muchos axones mielinizados que conectan otras regiones de los ganglios basales con el globo pálido, dándole el tono blanquecino característico de las áreas cerebrales con alta densidad de sustancia blanca.
Se suele dividir el globo pálido en dos partes: la interna o medial y la externa o lateral. El globo pálido interno recibe eferencias del cuerpo estriado y proyecta aferencias al tálamo, que las enviará a la corteza prefrontal. La parte externa contiene neuronas gabaérgicas y actúa en conjunción con el núcleo subtalámico.
Funciones del globo pálido
La función principal del globo pálido es la regulación de los movimientos no conscientes. En este sentido su rol consiste en modular los impulsos excitatorios del cerebelo mediante sinapsis del neurotransmisor GABA, el compuesto inhibitorio más relevante del sistema nervioso.
La acción conjunta del cerebelo y el pálido permite el mantenimiento de la postura y la realización de movimientos armoniosos. Si el globo pálido no funciona correctamente se produce una afectación de la marcha, la motricidad manual y muchas otras conductas ordinarias.
Este rol se debe sobre todo al globo pálido interno y a sus conexiones con estructuras cerebrales superiores. Esta región del pálido recibe aferencias del cuerpo estriado provenientes de los ganglios basales y las envía al tálamo, que regula funciones corporales básicas como la alerta y el sueño y permite que la información sensorial y motora llegue al córtex.
La parte lateral del pálido, en conjunción con el núcleo subtalámico, interviene en la regulación de los ritmos fisiológicos del organismo, especialmente en relación al resto de estructuras de los ganglios basales.
Trastornos relacionados
Las lesiones en el globo pálido provocan trastornos motores puesto que interrumpen las conexiones de las vías extrapiramidales. Así, la afectación de esta estructura puede causar síntomas como temblores, espasmos, bradicinesia (lentitud de movimientos), rigidez, distonía (contracciones incontrolables), convulsiones o ataxia (falta de coordinación muscular).
El trastorno más claramente asociado con daños en el globo pálido es la enfermedad de Parkinson, que provoca una degeneración de las estructuras subcorticales, entre ellas los ganglios basales.
Algunos síntomas típicos del Parkinson, como los temblores de reposo, la rigidez muscular y los problemas posturales, quedan explicados por la lesión del pálido y/o del cerebelo. No obstante, a medida que progresa esta enfermedad provoca lesiones también en otras partes del encéfalo; esta es la causa del deterioro cognitivo progresivo que se encuentra en estos pacientes.