Está claro que tener pareja es una de las experiencias que nos cambian la vida, algo que cambia nuestra manera de ver las cosas.
Quizás por eso, si no prestamos atención, puede ocurrir que ciertas dinámicas de la relación se vuelvan dañinas y que no nos demos cuenta de ello hasta que ya llevamos tiempo sufriendo las consecuencias. Algo que habría sido relativamente fácil de ver observando desde fuera, se vuelve casi invisible cuando estamos dentro, involucrados en ese noviazgo o matrimonio.
Así pues… ¿cómo saber si hay dependencia emocional en una relación de pareja? A fin de cuentas, este es uno de los problemas más graves por los que puede pasar una relación afectiva, entre otras cosas porque nos lleva a caer una y otra vez en los mismos errores y hace que algo que nos perjudica pase a ser visto como algo normal, o incluso romántico.
En este artículo veremos varias claves para detectar este tipo de problemas que surgen cuando hay una asimetría de poder en la relación.
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Cómo saber si hay dependencia emocional en la pareja
La teoría dice que cualquier relación amorosa debería ser entre iguales. Que, incluso si cada individuo tiene sus gustos, preferencias y habilidades, no debería darse la situación en la que una de las personas ande siempre “a remolque” de la otra. Sin embargo, hay algunos factores que complican poner en práctica esta norma tan básica, y por eso es relativamente frecuente ver parejas disfuncionales por culpa de la dependencia emocional.
El primer factor es la idea de amor romántico, basada en la metáfora de la media naranja, según la cual necesitamos, literalmente, estar con una persona concreta. La conclusión lógica a la que lleva esto es que, cuando estamos en una relación de pareja con alguien y por consiguiente creemos que hemos encontrado a nuestra otra mitad, realicemos todo tipo de sacrificios para minimizar las posibilidades de que esa historia de amor se termine. Y lo hacemos de manera acrítica, porque en este contexto, sufrir es algo prácticamente heroico, porque lo hacemos por el bien de ambos.
Por otro lado, algo que también sesga nuestra manera de analizar la calidad de nuestras relaciones de pareja es el tiempo que le hemos dedicado. Muchas veces, cuanto más hayamos sacrificado en el pasado para estar con alguien, más tenderemos a justificar los fallos de esa relación, dado que afrontar la existencia de esas disfuncionalidades de manera totalmente objetiva puede llegar a ser muy incómodo. Esto no significa que llevar muchos años de matrimonio con una persona imposibilite que cortemos esa relación, pero es un factor que nos lleva a alargar el malestar si no intentamos “compensarlo” mediante otras estrategias psicológicas.
Y, por supuesto, el primer paso para impedir que la dependencia emocional en el ámbito de la pareja nos dañe está en saber reconocer este problema. Por eso, a continuación veremos diferentes señales de alerta que ayudan a darse cuenta del carácter asimétrico de una relación amorosa.
Se trata de signos que hemos descrito desde el punto de vista de la persona dependiente, que es la que sale más perjudicada. Eso sí, que sea importante que la parte dañada se dé cuenta de lo que ocurre no significa que todo lo que ha estado pasando sea su culpa.
1. La posibilidad de decepcionar a la otra persona nos asusta mucho
En normal mostrar atención e interés por lo que nuestra pareja piensa sobre nosotros, y también lo es tener ciertos miedos e inseguridades leves acerca de la impresión que estamos dando cuando convivimos con ella. Pero una cosa es eso, y otra muy distinta es andar buena parte del tiempo en estado de alerta por si algo de lo que pudiésemos hacer llegase a poner triste o a enfadar a nuestra pareja.
La presencia de esta preocupación constante por no decepcionar al otro denota que se le da credibilidad absoluta a su criterio en detrimento del nuestro. Todos somos humanos y podemos errar, incluida nuestra pareja.
2. Se intenta no dar motivos para estar celoso o celosa
Los celos de baja intensidad y frecuencia son algo relativamente común en las parejas que funcionan bien, dado que apenas afectan al comportamiento de las personas involucradas. Lo que no resulta tan normal no saludable es limitar nuestro estilo de vida por miedo a que nuestra pareja se ponga celoso o celosa, algo que suele significar reducir o eliminar nuestra vida social fuera del noviazgo o del matrimonio.
Si hay criterios claros para establecer que alguien ha roto ciertos compromisos en los que se fundamenta la relación, eso es responsabilidad de quien es infiel. Pero si lo que hay es simple y llanamente celos, eso es problema de quien los experimenta en primera persona. Esta idea tan simple es comprendida y asumida por quienes están inmersos en relaciones saludables.
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3. Se normaliza que a veces se quiera dar “lecciones” al otro
Otra señal propia de las relaciones en las que hay dependencia emocional es que se ve como algo normal que se busque castigar al otro cuando se considera que ha hecho algo mal.
En las relaciones que funcionan bien, la idea de partida es que al existir una relación entre iguales, nadie debería adoptar el rol de maestro en cuestiones morales; si algún comportamiento no ha gustado, se habla de ello comunicándolo de manera asertiva y directa
4. Hay dependencia económica por parte de uno de los dos, y se asume como normal
La dependencia emocional no surge en abstracto; siempre nace condicionada por factores materiales y objetivos. Uno de los más frecuentes es, por ejemplo, si la persona emocionalmente dependiente tiene recursos económicos muy limitados y la otra no.
Esto es así porque quien sufre vulnerabilidad económica probablemente tiene problemas a la hora de imaginar opciones realistas de vivir de manera autónoma, sin depender de nadie. En este sentido, si la otra persona aporta estabilidad material, probablemente todos los planes de futuro de la víctima de dependencia pasen por imaginarse al lado de esa persona. Así, en los casos en los que existen asimetrías en la relación, el hecho de que una de las dos personas no tenga recursos para vivir por su cuenta ni siquiera es visto como un problema.
5. La autoestima solo mejora cuando la otra persona dice o hace algo
Quienes tienen una buena autoestima, son capaces de reforzarla a través de diferentes vías. Sin embargo, en las relaciones de dependencia emocional, el valor de uno mismo viene dado por cómo se comporte hacia nosotros la persona con la que hemos creado un vínculo amoroso.
¿Qué hacer?
Si sospechas que estás en una relación de pareja en la que hay dependencia emocional, lo más importante es ser consciente de que esto es un problema que merece ser abordado con ayuda profesional.
En Cribecca Psicología contamos con un equipo de psicólogos expertos en terapia de pareja con amplia experiencia a la hora de ofrecer asistencia psicológica a noviazgos y matrimonios en crisis a causa de esta dinámica. Nos encontrarás en la Avenida de la Innovación, Sevilla, y a través de nuestros datos de contacto.
Referencias bibliográficas:
- Cabello, F.; Cabello, M. & del Río Olovera, F. (2018). Avances en Sexología Clínica.
- Morgan, J.P. (1991). What is codependency? Journal of Clinical Psychology 47(5): 720 - 729.