Cómo manejar y superar una ruptura amorosa, en 8 claves

Salir de estas experiencias sin dejar que reduzcan nuestras posibilidades de ser felices es clave.

Cómo superar una ruptura amorosa
Varias ideas para vencer a la tristeza y a la melancolía.Unsplash.

Las rupturas amorosas son experiencias por las que seguramente pasamos o hemos pasado todas las personas. Se trata así mismo de experiencias que pueden provocar mucho malestar, al menos para alguna de las partes involucradas. ¿Cómo podemos superar dicho malestar?

Aunque es una pregunta compleja, ya que en gran medida depende de los recursos emocionales de cada persona, y de la historia de cada pareja, en este artículo veremos algunas estrategias útiles para manejar y superar una ruptura amorosa.

¿Por qué son difíciles las rupturas amorosas?

Es normal que cuando llega el momento de cerrar algún ciclo, por ejemplo, cuando nos tenemos que despedir de algo o alguien, nos lleguen muchas sensaciones poco agradables. Tristeza, angustia, miedo, ansiedad, enojo son algunas de las más comunes. Estas últimas se presentan sobre todo cuando el ciclo ha sido cerrado por parte de alguien más, es decir, cuando nos ha tocado aceptar una decisión que no del todo compartimos.

A pesar de que, como hemos dicho, se trata de una experiencia bastante común, lo que es también común es no saber cómo afrontarla. Esto es normal, porque estamos normalmente acostumbrados a evitar las sensaciones negativas y las circunstancias que nos provocan malestar. No obstante, creer que podemos evitarlas por completo tiene como consecuencia que difícilmente aprendemos a tolerar dichas circunstancias y las emociones que las acompañan.

Si además tomamos en cuenta que estamos frecuentemente socializados bajo la lógica del amor romántico, donde prevalece la idea de que el amor es sufrimiento; el proceso de pasar por una ruptura se complica. Así mismo, y en tanto que ruptura, este es un proceso que implica una experiencia de duelo, en donde frecuentemente pasamos por de la etapa de negar el cierre, a la de enojarnos y buscar culpables, para finalmente a aceptarlo. Pero, ¿cómo podemos pasar más fácilmente de la negación a la aceptación?

8 claves para manejar y superar una ruptura amorosa

Afortunadamente hay varias cosas que podemos hacer, aun cuando el momento difícil ya está ocurriendo. Algunas de estas cosas pueden acomodarse a unas personas, y no a otras. Es decir, no funcionan igual para todos; se trata de probarlas y encontrar comodidad de acuerdo con nuestros propios procesos.

Dicho esto, a continuación explicamos 7 claves que pueden ser útiles para manejar y superar una ruptura amorosa.

1. Busca tu red de apoyo

Tanto en el caso de una ruptura amorosa como en cualquier proceso de duelo, es muy importante tener una red de apoyo, es decir, personas que acompañen y escuchen nuestros momentos difíciles y nos ayuden a compensar la sensación de pérdida o de soledad. Pueden ser familiares o amigos y generalmente se trata de personas que también han acompañado el proceso de enamoramiento, aunque no necesariamente.

Suele pasar que cuando nos enganchamos en el amor romántico tomamos distancia con nuestras redes de apoyo, con lo cual es a veces complicado regresar a buscarlas una vez terminada la relación. Es complicado porque implica entre otras cosas asumir nuestra vulnerabilidad y también aceptar si nos hemos equivocado. No obstante, el regreso a la familia y los amigos puede ser un paso importante para pasar por el proceso de duelo más fácilmente.

2. Realiza cambios significativos

También es común que cuando estamos en una relación de pareja acumulemos objetos, regalos, fotos, recuerdos, entre una serie de elementos materiales que simbolizan la relación y el vínculo afectivo. En tanto que se trata de objetos que significan cosas importantes para nosotros, se trata también de cosas que nos pueden alargar el proceso de negación y de enojo, y por lo mismo nos complican llegar al proceso de aceptación.

Es importante entonces tomar un tiempo de distancia con esos objetos. Esta distancia puede traducirse en deshacernos de ellas, pero también puede traducirse en cambiaras de lugar o guardarlas por un momento. Hay que tomar en cuenta que deshacerse de ellas provocará sensaciones desagradables, por lo que puede ser mejor realizar esto poco a poco. Es decir, deshacernos de una cosa a la vez, o empezar por moverlas de lugar, luego guardarlas y finalmente tirarlas; o no, según cómo nos sintamos en nuestro proceso.

3. Crea nuevos hábitos

Relacionado con lo anterior, es común que al estar en una relación de pareja creemos nuevos pasatiempos, nuevos gustos e incluso nuevos intereses. Desprenderse de todo eso es difícil porque se trata de actividades que interiorizamos y que ponemos en práctica cotidianamente. El desprendimiento implica entonces realizar cambios fuertes, que definitivamente no pueden ocurrir de una día para otro. Es importante no dejar de mantenernos activos y de buscar cosas nuevas que hacer, aún cuando el ciclo de pareja ya haya terminado.

4. Recuperar viejos pasatiempos

No necesariamente tenemos que crear hábitos nuevos. Funciona también el recuperar los hábitos que teníamos antes de estar en la relación de pareja. Si funciona o no depende en gran medida de cuánto tiempo ha durado la relación, y de qué tanto hemos cambiado en el transcurso de ésta.

No obstante, puede ser un buen ejercicio el pensar en retrospectiva y tratar de recordar las actividades que disfrutamos antes de iniciar la relación, así como intentar acercarnos a esas actividades. Es decir, explorar un poco y ver qué podemos volver a disfrutar y qué no.

5. Respeta las decisiones

Mientras estamos en el proceso de negación y en transición hacia la aceptación es común que intentemos hacer lo que sea necesario para “recuperar” la relación. Suele pasar esto especialmente si no hemos sido nosotros los que hemos tomado la decisión. Así pues, es frecuente que nos empeñemos en hacer por posible para que la otra persona “se enamore de nuevo”, o en otras palabras, caemos fácilmente en la lógica de “luchar por amor”.

Aquí es importante no confundir “recuperar” o “enamorar” con “acosar”. Y tampoco confundir “amor” con “posesión”, “presión” u “obligación”. Aunque el proceso de duele puede ser muy difícil de aceptar, es importante respetar los cierres y las decisiones que se han tomado.

6. Practicar la tolerancia a la frustración

Hay que asumir que las relaciones y los vínculos afectivos conllevan el riesgo de sentir malestar. No podemos culpar a otros de ese malestar, es común que mientras estamos en el proceso de aceptar el fin del ciclo busquemos la responsabilidad en la otra persona, tanto de haber terminado como de hacernos sufrir o de aliviar ese sufrimiento. Para poder llegar a la aceptación hay que tomar responsabilidad sobre nuestro propio malestar e intentar buscar alternativas y herramientas más allá de la persona con la que hemos compartido una relación.

7. Escribe cómo te sientes

Algo más específico que puede funcionar a algunas personas para cerrar su proceso es despedirse escribiendo una texto a quien han tenido que dejar. Dado que muchas veces es difícil decir lo que sentimos, pero no porque sea difícil dejamos de sentirlo, una medida posible para desprendernos es escribirlo. Esto puede ser en formato de una carta de despedida, que puede ser o no entregada a la otra persona, o puede ser simplemente un texto que nos permita expresar emociones que a veces no reconocemos si sólo las pensamos o si sólo intentamos hablarlas.

8. Toma tu tiempo

Es importante recordar que procesar una pérdida o fin de ciclo requiere un tiempo. Por la misma razón no es necesario presionarnos a superar estos cambios de un dia para otro. Algunas personas pueden tomar un día y otras pueden tomar muchos más.

Muchas veces ese proceso se alarga y se vuelve más tormentoso cuando tenemos la idea de que ya hemos pasado varios días y seguimos en la misma situación. Esto no significa que no tomemos responsabilidad sobre nosotros mismos, pero sí quiere decir que cuando hemos vivido una experiencia tan significativa, es normal que nos tome un tiempo también significativo el aprender a ver esa experiencia de una manera distinta.

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