Algunas personas tienen problemas para terminar una relación y quedarse solas. No se dejan tiempo a sí mismas para superar la ruptura y pasar por el duelo, temiendo las emociones que, de forma natural, se dan en este proceso.
Las relaciones que se encadenan una tras otra reciben el nombre de relaciones liana y pueden ser síntoma de un profundo miedo a la soledad. Veamos más a fondo qué las causa y cuáles son sus consecuencias.
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¿Qué son las relaciones liana?
Las relaciones liana son aquellas que se encadenan una tras otra, es decir, justo cuando se acaba de terminar una relación anterior, se comienza una nueva. No hay tiempo suficiente entre relaciones para que se haga una introspección o reflexión sobre qué fue mal en la anterior.
Motivadas por la creencia de que un clavo sacará otro clavo, las personas que caen en dinámicas de relaciones liana intentan evitar al máximo sentir el dolor propio de la ruptura.
Se las llama “relaciones liana” porque recuerda a lo que hacía Tarzán, yendo de una liana con otra. No suelta la anterior hasta que no tiene la otra bien cogida para evitar caerse. Y es precisamente eso lo que hacen las personas que encadenan relaciones, temen caer en las emociones propias del duelo por una ruptura, así que por ello empiezan una nueva relación.
El problema es que, por mucho que se lo crean, un clavo nunca sacará otro clavo. En realidad, lo dejará más adentro y, cuantas más relaciones liana se tengan, más al fondo y mayor será el dolor de cada una de las relaciones fallidas.
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¿Por qué caemos en este tipo de relaciones?
Normalmente, las personas que caen en dinámicas de relaciones liana tienen dificultades para gestionar las emociones que les provoca la separación de una relación. Al no poder tolerar el sentimiento de vacío propio de las rupturas tienden a buscar otra relación para desconectar de la emoción.
Lo que no saben es que, realmente, es necesario sentir ese sentimiento de vacío tras una ruptura para poder recomponerse y poder hacer una futura inversión emocional con otra persona. Además, el duelo tras una ruptura es un proceso necesario, del que se aprende, se crece y se madura.
Otra de las razones por las que las personas pueden establecer relaciones liana es la intolerancia a la soledad. Son individuos que tienen un profundo miedo a la soledad y que hacen de salir con alguien parte de su forma de ser.
Cuando rompen, sienten que pierden esa parte de su identidad, no saben quiénes son sin una relación. Como se definen como personas que salen con otras (por ejemplo, el novio de, la chica de…), cuando dejan de serlo su identidad se resquebraja.
También cabe decir que este tipo de relaciones han sido motivadas por los muchos mitos existentes en torno a la idea del amor, especialmente sobre el amor romántico que tanto daño ha hecho. Muchas personas se creen que la felicidad depende exclusivamente de tener pareja, diciéndose cosas como “soy más feliz en pareja”, “solo se puede ser feliz con novio/a” “encontrar el amor es lo más importante para ser feliz”, “estamos hechos para estar en pareja” y demás creencias de por el estilo.
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Consecuencias de las relaciones liana
La primera de las consecuencias de las relaciones liana es que nos privamos de pasar el duelo con la relación anterior. Esto hace que perdamos la oportunidad de aprender y prepararnos psicológica y emocionalmente para otras relaciones futuras. Como estamos desesperados por empezar un nuevo romance, dejamos de ser selectivos y corremos el riesgo de sumergirnos en relaciones abusivas.
Pasar por una ruptura es doloroso. Las emociones desagradables como la tristeza, la rabia y la frustración son normales y es necesario vivirlas durante los meses posteriores a la ruptura para poder salir como una persona más fuerte. Pretender de no vivirlas introduciéndonos en una nueva relación, aunque no las sintamos en el mismo momento, hará que se terminen enquistando en nuestro interior y provocándonos todavía más daño cuando emerjan cuando, la próxima vez que rompamos o no consigamos pareja de inmediato.
Las relaciones liana limitan nuestro autoconocimiento y satisfacción, porque no nos permitimos pasar un tiempo a solas con la persona más importante de nuestras vidas: nosotros mismos. Esto hace que haya una falta de conocimiento porque, como nos definimos a través de la relación o hacemos que gran parte de nuestra identidad sea la de ser la pareja de alguien, nos olvidamos por completo de nosotros mismos ni profundizamos en quiénes somos.
Otra de las consecuencias de caer en dinámicas de relaciones liana es que nos privamos de crecer y aprender nuevas habilidades. Si al romper una relación empezamos de inmediato otra, no nos damos espacio para reconocer los errores y prepararnos para la siguiente relación. Las emociones que no hemos procesado las acabaremos volcando con la siguiente pareja, como la inseguridad, los celos y la desconfianza.
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¿Cómo saber si estoy en una relación liana?
Saber si estás inmerso en este tipo de dinámicas es complicado, pero no imposible. Las relaciones liana se caracterizan porque pasa muy poco espacio de tiempo entre ellas. Son relaciones que, debido a su escaso nivel de profundidad, a duras penas superan el año de duración, con muy pocas excepciones.
Uno de los de los rasgos que más nos pueden indicar que somos propensos a las relaciones liana es que vemos que se repiten patrones. Cuando estamos con la nueva pareja, esta parece llenar ese vacío que nos dejó la anterior, pero en los momentos que estás sin él o ella reaparecen los sentimientos de tristeza y soledad. Esto puede interpretarse como que la herida de la relación anterior todavía está abierta, que no fue debidamente procesada en un duelo y que iniciamos nuestro actual relación demasiado pronto.
Otro de los aspectos que más nos pueden indicar que somos propensos a las relaciones liana es que tenemos mucha necesidad de estar con la pareja, y no solo eso, sino que además pretendamos que pase por momentos importantes de forma prematura. Por ejemplo, nada más salir con un novio o novia ya queremos irnos a conocer a su familia, vivir juntos, adoptar una mascota, hacer un gran viaje o incluso comprometerse.
Además de todas estas pistas de que podríamos ser propensos a las relaciones liana, podemos averiguarlo averiguando si se dan los siguientes tres puntos:
- Estar intentando cambiar a la pareja para que se parezca a nuestro ex.
- Pensar recurrentemente en la relación anterior.
- Salir de una relación e iniciar otra en menos de un mes.
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