Sociotropía: qué es y características de este tipo de personalidad

Veamos qué es la sociotropía y cómo lleva a invertir demasiado en las relaciones personales.

Sociotropía

Cada ser humano es único e irrepetible, pero existen algunas pautas que nos permiten agrupar diferentes personalidades.

La sociotropía es una de ellas. A continuación descubriremos en qué consiste este concepto, qué implicaciones psicológicas hay detrás y con qué se está relacionando. Profundizaremos también en diferentes estudios realizados para conocer este fenómeno.

¿Qué es la sociotropía?

La sociotropía se podría definir como un patrón de personalidad en el que hay una cualidad que resalta por encima del resto. Esta no es otra que una evidente propensión a dedicarle la mayor parte del tiempo y de los recursos a las relaciones con iguales hasta el punto que dicho comportamiento deja de ser natural y se convierte en patológico. Detrás de esta conducta se ocultaría una necesidad extrema de conseguir la aceptación de los demás.

Aquellos individuos que encajan en el marco de la sociotropía suelen mostrar comportamientos de afecto desmesurado hacia otras personas con las que en realidad no guardan una relación tan estrecha como para que socialmente sea adecuada esa conducta. Por lo tanto, ese sería un buen indicador para plantearse si dicho sujeto estaría sufriendo de esta condición.

Según algunos estudios, se ha comprobado que existe una diferencia por géneros en cuanto a la prevalencia de la sociotropía. En ese sentido, los datos parecen arrojar que las mujeres tienen más posibilidades de experimentar esta condición que los hombres. Además, se ha comprobado que esta condición afecta también al autocontrol del sujeto.

Por ello, cuando una persona es sociotrópica, tiende a gestionar sus conductas bajo la premisa de la aprobación externa y no del propio control, por lo que podría realizar comportamientos de exceso si así cree estar complaciendo a sus semejantes, pues este factor tendrá mucho más peso para ella que las posibles consecuencias personales de dichos actos.

Igualmente, también se ha comprobado que la sociotropía podría estar relacionada con traumas vividos en el pasado por el individuo que la sufre, y también con situaciones de estrés de tipo interpersonal, es decir, el que tiene que ver con las relaciones con otros individuos. Todos estos factores pueden influir en la posibilidad de que la persona desarrolle una depresión en el futuro, como vamos a ver a continuación.

La escala de sociotropía y autonomía

Si considerásemos la sociotropía como el extremo de una escala, al otro lado de dicho eje podríamos situar la autonomía del sujeto. Por lo tanto, la sociotropía sería la ausencia total de autonomía en una persona. De hecho, el emblemático psiquiatra, Aaron Temkin Beck, propuso la llamada escala de sociotropía-autonomía, conocida como SAS.

Beck desarrolló esta herramienta ya que consideraba que ambos extremos podrían correlacionar con la depresión. En ese sentido, tanto una excesiva dependencia social, que sería la sociotropía, como la búsqueda de una independencia total, que sería la autonomía llevada al extremo, pueden ser indicadores patológicos que, según Beck, tendrían una relación con el trastorno de la depresión.

Para crear la prueba del SAS se realizó un estudio psicométrico que finalmente proporcionó tres factores diferentes para poder medir la sociotropía. El primero de ellos tendría que ver con la preocupación generada en el sujeto el hecho de no ser aprobado socialmente, lo cual incluye elementos como la presión social por encajar en ciertos roles.

El segundo se referiría a la inquietud que surge en esta persona por querer acercarse socialmente al prójimo, teniendo en cuenta que siempre existe un grado de incertidumbre acerca de cómo reaccionará.

Por último, encontraríamos un deseo de complacer constantemente al resto de personas, lo que supondría el tercer factor del SAS para medir la sociotropía.

Igualmente, para medir la autonomía, es decir, el otro extremo, también se obtuvieron tres factores que los ítems del cuestionario se encargarían de medir. El primero de todos estimaría cómo sería el desempeño de la persona de una manera autónoma, sin necesidad de ayuda externa.

El siguiente correspondería al grado en el que este sujeto se aleja del control de los demás individuos. Por último, el factor con el que se completaría el SAS sería el que estaría midiendo el deseo de la persona de estar solo en lugar de estar acompañado. Esos son los seis factores, tres que miden la sociotropía y tres que miden la autonomía, que completarían esta escala.

A lo largo de los años, esta herramienta ha ido evolucionando. A día de hoy, son únicamente dos los factores que estarían midiendo la sociotropía. El primero de ellos corresponde a la sensación de necesidad, y además es el factor que correlacionaría con la sintomatología depresiva. El segundo es el de conectividad, referido a la valoración que la persona hace de su relación con los demás.

Relación de la sociotropía con la depresión

Ya hemos anticipado que autores como Beck descubrieron la relación que la sociotropía guardaba con otras patologías, especialmente con la depresión. En ese sentido, los datos parecen indicar que la sociotropía sería un patrón de personalidad con el que, estadísticamente hablando, el sujeto tendría una mayor probabilidad de sufrir depresión en un futuro, siempre que se diesen las condiciones para ello.

¿Quiere esto decir que todas las personas que se engloban dentro de la sociotropía van a sufrir depresión en algún momento de su vida? No. Lo que estos estudios afirman es que estas personas tienen una probabilidad mayor de padecer esa enfermedad que aquellos que no se encuentran en el grupo de la sociotropía.

Lo siguiente que podríamos preguntarnos es a qué se debe esa mayor probabilidad de tener depresión. Los investigadores han hipotetizado que las personas sociotrópicas sostienen su autoestima en las relaciones con otros individuos, de ahí que necesiten esa constante aprobación en sus iguales. La cuestión es que, cuando estas personas experimentan la quiebra de una relación social, lo que está dañando automáticamente por extensión es su propia autoestima.

Esto provoca que las personas con sociotropía experimenten una sensación de pérdida mucho más profunda que una persona más autónoma, cuando ve desaparecer una relación con otro individuo. Esta vivencia de pérdida y de abandono afectará de lleno a la autoestima del sujeto y provocará ese aumento en la probabilidad de sufrir una depresión que veíamos antes.

Investigaciones sobre la sociotropía

Según las investigaciones psicológicas que se han realizado, algunos autores sitúan el origen de la sociotropía en una combinación de rasgos de personalidad de corte introvertidos sumados a unas capacidades de asertividad limitadas. Lo que esto provoca es que la persona en cuestión oriente sus conductas a satisfacer a los demás. Lo prefiere antes de generar una hipotética situación que suponga su abandono.

Lógicamente, otro factor importante a la hora de generar la sociotropía son los rasgos de timidez de la persona. De hecho, características tan importantes de los individuos sociotrópicos como son el miedo a verse rechazados por otros sujetos o una dependencia de las relaciones con el prójimo, provienen en gran medida de este rasgo.

Las investigaciones realizadas con la escala SAS de Beck revelaron una cuestión a tener en cuenta. Cuando estamos estudiando a sujetos que además de englobarse en la sociotropía también lo están haciendo en la timidez, encontramos la paradoja de que estas personas estarían teniendo un profundo conflicto interior, puesto que una parte de ellos les empuja a acercarse a los demás y entablar relaciones mientras que otra promueve justo lo contrario.

A estas personas, su timidez les hace tener problemas para lograr relacionarse con el prójimo, pero la sociotropía, al mismo tiempo, les obliga a ello, pues necesitan de la aprobación social. Se trata, por lo tanto, de una situación especialmente desgastante, pues constantemente están cayendo en una lucha interna que dirige sus conductas y en la que siempre hay una parte que no está de acuerdo con la elección de las mismas.

En esos casos, parece que las conclusiones a la que llegaron a los estudios realizados apuntaban a la posibilidad de que la sociotropía tuviera también un importante papel como predictor de una sintomatología de corte negativo que tiene que ver con situaciones en las que la persona requiere del uso de la asertividad o bien tiene que entablar conversaciones con otros sujetos, pues son eventos en los que esas dos partes de su personalidad chocan.

También se han realizado estudios en los que la sociotropía parece predecir un alto nivel de ansiedad en la persona. Es lógico pensar que una persona que dedica una gran cantidad de recursos a tratar de que sus relaciones interpersonales sean satisfactorias para los demás va a tender a experimentar una gran ansiedad debido a todo este proceso.

Efectivamente, dichos estudios mostraron una correlación positiva entre ansiedad y sociotropía en toda una variedad de situaciones de carácter social, es decir, en las que están involucradas tanto ese individuo como otro y las relaciones entre ellos.

Referencias bibliográficas:

  • Castelló, J. (2000). Análisis del concepto dependencia emocional. I Congreso Virtual de Psiquiatría.
  • Fernández-Rey, J., Madrid, H.M., Pardo-Vázquez, J.L. (2004). Sesgos de procesamiento de información emocional en individuos sociotrópicos. Psicothema.
  • Toro, R.A., Arias, H.A., Avella, S. (2013). Procesamiento de información congruente sociotrópica y autonómica en sujetos con sintomatología depresiva y ansiosa. Revista Vanguardia Psicológica Clínica Teórica y Práctica.
  • Toro, R.A., Arias, H.A., Sarmiento, J.C. (2016). Sociotropía y autonomía: ¿evidencias para la hipótesis de especificidad de síntomas en depresión? Psicología Clínica.

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Luis Martínez-Casasola Hernández. (2021, enero 28). Sociotropía: qué es y características de este tipo de personalidad. Portal Psicología y Mente. https://psicologiaymente.com/personalidad/sociotropia

Luis Martínez-Casasola (Madrid, 1988) se licenció en Psicología en la UAM y cuenta con un máster en Psicología Forense por la URJC y el COP de Madrid, así como con una especialización en recursos humanos. Tras varios años de experiencia en la redacción de contenidos web, ahora colabora como divulgador para medios especializados en el ámbito de la Psicología y la salud.

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