Todo el mundo valora tener tiempo libre, un tiempo que podemos ocuparlo con nuestras aficiones, salir a pasear, quedar con los amigos o, simplemente, aprovechar para descansar del ritmo frenético que supone la vida de todo trabajador.
La relación entre felicidad y tiempo libre parece que es directamente proporcional. A medida que nuestro tiempo libre crece, también lo hace nuestra sensación de bienestar pero, ¿hasta qué punto? ¿Existe un límite?
¿Es malo tener mucho tiempo libre? Esta ha sido una cuestión abordada experimentalmente en la última década y cuyos datos reveladores vamos a descubrir a continuación.
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¿Es malo tener mucho tiempo libre?
La mayoría de los trabajadores viven el ritmo frenético del día a día. La mayor parte de nuestros días está ocupado por las obligaciones laborales, las cuales nos hacen sentir que no tenemos tiempo para nada. Nos decimos a nosotros mismos que necesitamos más vacaciones, que ojalá los findes fueran de tres días o, cruzando los dedos, consigamos salir antes del trabajo.
La palabra “negocio” viene del latín “nec” y “otium”, significando literalmente “no ocio”, motivo por el cual asociamos que cuántas más horas de trabajo tengamos menos tiempo tendremos para disfrutar de nuestras aficiones, familia, amigos y descanso, actividades que nos traen bienestar y satisfacción. Es por este motivo que la mayoría tiene en su cabeza la idea de que tener más tiempo libre implica ser más felices, pero... ¿Qué tiene de cierta esta afirmación? ¿Acaso puede ser malo tener demasiado tiempo libre?
Ha sido esa cuestión la que ha motivado a que el grupo de Marissa Sharif, compuesto por investigadores de las universidades de California y Pensilvania, haya realizado una investigación poniendo el foco de atención en averiguar hasta qué punto las horas libres implican bienestar y felicidad.
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Ni demasiado ni demasiado poco
Si bien investigaciones previas ya habían apuntado que tener demasiado poco tiempo libre implica insatisfacción y falta de bienestar, tener demasiado tiempo no es bueno siempre. En la investigación de Sharif, titulada The Effects of Being Time Poor and Time Rich on Life Satisfaction (Los efectos de tener mucho y poco tiempo libre en la satisfacción vital) los investigadores analizaron los datos obtenidos de una muestra de cerca de 35.000 personas.
En la primera parte de esta investigación, se analizaron los datos de 21.736 ciudadanos estadounidenses que participaron en el American Time Use Survey entre los años 2012 y 2013, en el que los participantes indicaron qué habían hecho las 24 horas anteriores de contestar el cuestionario, indicando el tiempo del día y la duración de cada actividad que habían realizado, además de reportar su grado de bienestar.
Los investigadores hallaron que, a medida que el tiempo libre aumentaba, también lo hacía el bienestar, pero habiendo un límite: a las dos horas se mantenía, y cuando se tenían cinco horas de tiempo libre empezaba a reducirse notoriamente.
En otra fase de su investigación, Sharif et al. (2018) también analizaron la información obtenida de 13.639 estadounidenses que participaron en el National Study of the Changing Workforce entre los años 1992 y 2008. En la encuesta había todo tipo de preguntas relacionadas con el trabajo, pero algunas se dirigían a averiguar cuál era la cantidad de tiempo de ocio que poseían los participantes. Entre estas preguntas se encontraban:
“De media, los días que estás trabajando, ¿cuántas horas/minutos pasas en actividades de tiempo libre?”
“Considerando todas las cosas, ¿cómo te sientes acerca de tu vida estos días? Dirías que te sientes: 1. Muy satisfecho, 2. Algo satisfecho, 3. Algo insatisfecho, 4. Muy insatisfecho”
Otra vez, el grupo de Sharif encontró que altos niveles de tiempo libre fueron asociados significativamente con altos niveles de bienestar, pero seguía habiendo un límite. Las personas que superaban ese límite de tiempo libre no manifestaban un mayor bienestar a partir de ese punto, significando que más tiempo libre no es sinónimo de más felicidad. Es como en el cuento de Ricitos de oro: ni la silla pequeña ni la silla grande la hacen feliz, solo la mediana.
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Tiempo libre, bienestar y productividad
Para comprender mejor este fenómeno, los investigadores llevaron a cabo dos experimentos online involucrando a una muestra de más de 6.000 participantes. En el primer experimento se pidió a los voluntarios que se imaginaran teniendo una determinada cantidad de horas libres cada día durante un período de seis meses.
Los participantes fueron aleatoriamente asignados para tener poco (15 minutos al día), moderado (3,5 horas al día) y mucho (7 horas al día) tiempo libre. Se pidió a los participantes que indicaran cuáles creían que iban a ser sus grados de disfrute, felicidad y satisfacción.
Los participantes de los grupos con poco y mucho tiempo libre reportaron que creían que tendrían menor bienestar en comparación con el grupo moderado. Los investigadores encontraron que aquellos que tenían poco tiempo de ocio se sentían más estresados que aquellos que tenían tiempo libre moderado, contribuyendo a un menor bienestar, mientras que los que tenían mucho tiempo libre se sentían más improductivos que los del grupo moderado, lo cual también reducía su bienestar subjetivo.
El segundo experimento consistió en averiguar el potencial rol de la productividad. Para ello, pidieron a los participantes que se imaginaran teniendo tiempo libre moderado (3,5 horas) y alto (7 horas) al día, pero también se les pidió que se imaginaran invirtiendo ese tiempo en actividades productivas (p. ej., hacer ejercicio, aficiones o correr) y actividades improductivas (p. ej., mirar la televisión o usar el ordenador).
Los investigadores vieron que los participantes con mayor tiempo libre indicaron menores niveles de bienestar cuando hacían actividades improductivas. En cambio, quienes hacían actividades productivas, incluso cuando se les había asignado en el grupo de quienes tenían mucho tiempo libre, se sentían satisfechos y con niveles de bienestar similares a los que tenían las personas del grupo de tiempo libre moderado.
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Jubilación y desempleo
Si bien en un principio la investigación se había orientado en encontrar cuál era la relación entre el bienestar subjetivo y las horas de tiempo libre disponibles, el hecho de investigar sobre cómo las personas invierten su tiempo de ocio y en qué medida influye en su bienestar también supuso hallazgos reveladores. Su investigación sugiere que tener días enteros de tiempo libre a rellenar puede conducirnos a un sentimiento de infelicidad.
Teniendo en cuenta esto, la investigación pone en relieve la necesidad de aprender a gestionar adecuadamente el tiempo libre, sobre todo cuando uno se encuentra pasando por períodos tales como la jubilación o estar en el paro.
Las personas que se encuentren en este tipo de situaciones puede correr el riesgo de sentirse profundamente insatisfechas, infelices y sentir que pierden el tiempo, motivo por el cual es muy recomendable rellenar el tiempo vacío con actividades como asistir a cursos de formación, apuntarse a idiomas, hacer deporte o realizar cualquier actividad que tenga una organización en el tiempo.
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