La ley del desapego propone desapegarse de las cosas, no vivir dependiendo de algo o alguien para poder alcanzar así la felicidad. En este sentido, existen algunas prácticas que podemos realizar durante nuestra vida cotidiana para entrenar el desapego y aplicarlo a nuestro modo de vivir.
En este artículo hablaremos de la ley del desapego, qué se entiende por este concepto, en cuantas leyes se divide, qué propone cada una y cómo entrenar esta habilidad.
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¿Qué es el desapego?
En la actualidad es habitual vivir inmersos en una rutina; vivimos dentro de nuestra zona de confort, puesto que de este modo nos sentimos más seguros. Pero esta zona de confort es un arma de doble filo, ya que puede aportarnos tranquilidad pero al mismo tiempo no deja que avancemos o hagamos actuaciones que se salgan de lo habitual. La seguridad puede perjudicar nuestra posibilidad de progresar y alcanzar metas mayores, puede comportar que perdamos importantes oportunidades.
Pues bien, lo que nos propone la ley del desapego es desprendernos, liberarnos del miedo al cambio para así poder avanzar. El concepto de felicidad es complejo y puede suceder que nos cueste saber qué es para nosotros la felicidad o qué es lo que nos hace feliz. Existen muchos factores que pueden afectar en nuestra sensación de felicidad, estos los podemos dividir principalmente en bienes materiales y bienes mentales.
En lo referente a los bienes materiales se ha visto que si se cumplen con las necesidades básicas, que son las que nos permiten sobrevivir, el sujeto puede alcanzar la felicidad sin la necesidad de tener muchos bienes. En cambio, se ha observado que lo que termina aportándonos paz y tranquilidad es el adecuado estado mental, es decir, gozar de una buena salud mental.
El desapego consiste en dejar de vivir preocupados por lo que tenemos o por lo que nos falta y desaferrarse de las personas, establecer con ellas un vínculo más sano que nos permita vivir con honestidad siendo realmente nosotros, mostrándonos tal cual, sin miedo a perder.
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Las principales leyes del desapego
Ahora que conocemos mejor que propone el desapego, apuntando que debemos de dejar ir a un bien menor para recibir un bien mayor, del universo, nos será más fácil entender en cuántas leyes se divide el desapego.
1. Ser responsable de sí mismo
Un factor muy importante en nuestro día a día es ser responsables de nuestras propias acciones y de nuestro propio bienes. Debemos coger las riendas de nuestra vida y mirar por nuestro desarrollo, somos quienes tenemos que dirigir nuestra vida y actuar acorde a nuestros propósitos.
Vivimos en un entorno social, donde las relaciones con otras personas son importantes y nos son beneficios, pero al final quien responderá por nuestras acciones o elecciones somos nosotros mismos. Por este motivo, debemos restar importancia a opiniones o a la necesidad de sentirnos apoyados o aprobados y centrarnos en hacer lo que realmente queremos y nos hace feliz. Puesto que seremos nosotros quienes luchemos por nuestras metas, asegúrate que estas sigan lo que realmente quieres y deseas.
Es importante que nuestra felicidad no dependa de otras personas, de como ellas actúan, sino hacernos responsables nosotros mismos de ser felices, sin la necesidad de otras personas.
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2. Vivir el presente, aceptar y asumir la realidad
Otro factor importante para ser felices es vivir el presente, vivir centrados en el momento actual. Nuestra mente está constantemente activa, recordando o pensando en distintas cuestiones, del pasado, del presente y del futuro. En muchas ocasiones gran parte del tiempo lo dedicamos a recordar o preocuparnos por hechos, acontecimientos, que ya tuvieron lugar antes, perdiendo así la vivencia del presente.
Vimos preocupados por hechos que ya sucedieron y que poco podemos hacer para modificar y restamos importancia a sucesos actuales sobre los cuales sí podríamos actuar y controlar. Vivir focalizados en el pasado hace que perdamos cosas importantes del presente, sin poder así avanzar o progresar. El pasado nos retiene sin dejar que alcancemos la felicidad o el bienestar.
Así pues, debemos desapegarnos, desprendernos del pasado, siendo necesario aceptar lo que ocurrió y perdonar o perdonarse por ellos; solo así podremos pasar página y focalizarnos en lo que realmente importa, el presente, vivir el “aquí y ahora” que es lo que nos permitirá sentirnos autorrealizados y ser felices.
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3. Busca ser libre y permite ser libre también a los demás
Para alcanzar el bienestar y ser felices es importante también aprender a ser libres y estar bien siéndolo. Desapegarnos no quiere decir vivir solos o sin relacionarnos con otros, sino vivir en sociedad de manera libre. Para lograr estar bien con otra persona es necesario primero estar bien con uno mismo. Por esta razón, decidimos estar con alguien porque queremos y porque nos aporta cosas positivas, porque nos suma, pero no porque lo necesitamos o no podemos estar solos.
Es importante diferenciar entre querer estar con alguien y necesitar estar con alguien, el tipo de relación que estableceremos será muy distinta. Tenemos que evitar la sensación de depender de alguien, de necesitar estar acompañado, puesto que como dijimos en la primera ley, debemos ser auto-responsables y ser quienes guíen nuestra propia vida.
Asimismo, igual que debemos trabajar nuestra libertad, es importante que liberemos también a los demás y no actuemos como guías o salvadores de otros sujetos, tenemos que dejar que ellos mismos se hagan responsables de su propia vida. Debemos desestigmatizar estar solos; no tener pareja no es sinónimo de soledad, hay otros muchos factores que influyen en nuestro bienestar y en nuestra felicidad. Es más, estar soltero muchas veces es la mejor opción para poder trabajar en uno mismo, desarrollarnos y conseguir sentirnos autorrealizados.
4. Asumir que van a haber pérdidas
Esta afirmación “van a haber pérdidas” puede chocar o preocuparnos, pero debemos ser consciente de ellos, ya que vivimos en un mundo donde estamos constantemente sometidos a cambios. Con pérdidas nos referimos tanto a pérdidas materiales como figurativas. Es decir, si valoramos el concepto tiempo, vemos como este pasa constantemente y perdemos horas y años de nuestra vida.
No debemos valorar esta idea como algo negativo o catastrófica, sino como algo normal que sucede a todo el mundo y debemos aprender a vivir con ello. Todo lo que conocemos o al menos todo en lo que podemos pensar es finito, tiene un principio y un fin y, por tanto, debemos ser consciente de ello y asumir que habrá pérdidas.
El desapego nos facilita esta aceptación de las pérdidas, ya que como hemos mencionado, las leyes vinculadas con este concepto nos proponen una mayor focalización en nosotros mismos y vivir sin la necesidad de estar ligado a otra persona o depender de alguien más. Asimismo, lo importante será disfrutar de lo que tenemos en el momento presente en la actualidad sin preocuparnos por lo que pasará, restándole importancia a las posibles pérdidas.
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Cómo vivir según la ley del apego
De este modo, presentados los beneficios que nos puede comportar la práctica del desapego, es interesante plantearnos la aplicación de esta ley en nuestro día a día para poder alcanzar un mayor nivel de felicidad o bienestar. Hay acciones que podemos realizar con el propósito de vivir con mayor desapego.
1. Visión holista o abierta de lo que sucede
Si observamos los distintos sucesos de nuestra vida de manera global, sin centrarnos y focalizarnos en aspectos en concreto, será más fácil adaptarnos mejor ante el cambio o las pérdidas y poder practicar el desapego con mayor facilidad.
2. Ser quien decida y tome nuestras propias actuaciones
Volvemos a mencionar la importancia de vivir en sociedad y relacionarnos con las demás personas, pero siempre teniendo en cuenta que nosotros somos los que tenemos la última decisión. Podemos escuchar consejos y valorar las distintas opiniones que nos dicen los sujetos de nuestro entorno, nuestro círculo cercano, pero al final tenemos que escoger nosotros qué queremos hacer, ya que tanto si nos equivocamos como si acertamos seremos nosotros los únicos responsables. De esta forma, sé tú quien dirige tu vida y hazte responsable de ella.
3. Dejarse llevar
Esta premisa de dejarse llevar la vinculamos principalmente con vivir el presente. No queremos decir con esto que actuamos de forma impulsiva, sin pensar, sino simplemente que restemos importancia a preocupaciones pasadas o futuras y nos centramos en disfrutar de los hechos positivos, buenos, que se están dando en el momento presente. A veces perdemos oportunidades o dejamos de beneficiarnos de los sucesos presentes por pretender tener todo pensado y planeado, pero es imposible controlar o prever 100 % lo que pasará, por este motivo sé feliz con lo que tienes sin estar continuamente anticipando.
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