El Modelo de Rescorla-Wagner: qué es y cómo explica el aprendizaje

Una explicación sobre una de las facetas del aprendizaje, basada en el condicionamiento clásico.

Modelo de Rescorla-Wagner
Un modelo fundamental del paradigma conductista.

En 1972, Robert A. Rescorla y Allan R. Wagner plantearon un modelo teórico muy relevante para la psicología del aprendizaje. Se trata del Modelo de Rescorla-Wagner, basado en el condicionamiento clásico y en el concepto de sorpresividad.

Aquí conoceremos las características de este modelo y qué pretende explicar.

Modelo de Rescorla-Wagner: características

El Modelo de Rescorla-Wagner fue expuesto en 1969 en una serie de conferencias sobre condicionamiento clásico en Canadá. Se trata de la teoría más influyente del condicionamiento clásico, y la que más cantidad de investigación ha generado.

Los autores, inicialmente le dieron el nombre de Variaciones en la efectividad del reforzamiento y del no-reforzamiento, pero posteriormente fue reconocido como el Modelo de Rescorla-Wagner (1972).

El modelo se basa en el condicionamiento clásico o pavloviano, más allá del aprendizaje asociativo de estímulos contingentes. El objetivo del Modelo de Rescorla-Wagner es predecir y describir los cambios (ensayo por ensayo) de la fuerza asociativa que une un estímulo (o más) condicionado con el estímulo incondicionado.

La idea central del modelo es la competencia que se da entre varios estímulos por asociarse al estímulo incondicionado. Además, resalta otros conceptos que veremos a continuación.

La fuerza asociativa

En el modelo se plantea el condicionamiento como una variación en la fuerza asociativa que relaciona estímulos condicionados con incondicionados. Los parámetros esenciales son sus respectivas intensidades o su “saliencia” (concepto central del modelo).

Esta fuerza asociativa es una variable interviniente o intermediaria, que integra estímulos y respuestas. Se infiere matemáticamente a través de la medición de la respuesta condicionada.

Por otro lado, la fuerza asociativa es limitada (valores de 0 a 100). Una vez que un EI deja de ser sorprendente porque ya lo predice un EC con un 100% de seguridad (fuerza asociativa de 100), ya no hay necesidad de seguir aprendiendo, ni siquiera para predecirlo con otro EC.

Sorpresividad del estímulo incondicionado

Según el modelo, se producirá condicionamiento o aprendizaje cuando el estímulo incondicionado (EI) sea inesperado (sorpresividad del EI). Es decir, el animal aprende sobre un EC cuando el EI es inesperado.

De esta forma, si el EI es sorprendente, el animal se fijará en los estímulos condicionados que lo preceden, es decir, aprenderá para poder predecir mejor en un futuro que el EI se aproxima, a partir de los ECs. Según Rescorla y Wagner, este aprendizaje es una capacidad tremendamente útil para la supervivencia en los animales.

En cambio, si el EI no es inesperado (no causa sorpresa), no será posible seguir aprendiendo.

Si relacionamos la sorpresividad con la fuerza asociativa ya comentada, sabemos que cuanto más sorprenda un EI que aparezca después del EC, menos fuerza asociativa tiene ese EC con ese EI (porque si nos sorprende, es que esperábamos que no iba a aparecer el EI). En otras palabras, el EI da la fuerza asociativa al EC en función de la sorpresividad.

¿Cómo se produce el aprendizaje?

Así, como hemos visto, el condicionamiento clásico se produce a consecuencia de las variaciones cuantitativas en la fuerza asociativa entre estímulos condicionados (ECs) e incondicionados (EIs).

Las variaciones dependen de una discrepancia positiva o negativa entre la fuerza asociativa que tiene el organismo en un momento dado y la verdadera asociación que se presenta en el ambiente entre los ECs y los EIs.

Estas variaciones consisten en cambios que cuanto mayores sean, mayor condicionamiento o aprendizaje producirán.

Modelo posterior: la teoría de Mackintosh

La primera teoría que surge como competencia del modelo de Rescorla-Wagner fue la teoría de la atención de Mackintosh (1975). Dicha teoría no supone que el aprendizaje dependa de la discrepancia de la fuerza asociativa entre un estímulo condicionado respecto un valor constante del estímulo incondicionado.

En lugar de ello, plantea que el valor del estímulo condicionado no es constante para el organismo sino que cambia a través de la experiencia.

La teoría de Mackintosh plantea que la preexposición a un estímulo dificulta su condicionamiento posterior (la aparición de la respuesta condicionada). Es decir, los animales, si están expuestos a un EC antes del condicionamiento con el EI, acaban “interpretando” que ese EC es irrelevante.

Mackintosh también sugirió que los animales tratan de conseguir información en el ambiente que les permita predecir la aparición de acontecimientos biológicamente relevantes (EI’s).

Referencias bibliográficas:

  • Pérez-Acosta, A. (2001). El modelo Rescorla: Wagner a los veinte. Teoría y fundamentos. Revista psicologíacientífica.com
  • Pérez-Acosta, A, Rozo, J. y Baquero, H. (2003). Hitos de la perspectiva molar del condicionamiento clásico. Psicología desde el Caribe, 12, 2-12.

Graduada en Psicología por la Universitat de Barcelona, con Máster en Psicopatología Clínica Infantojuvenil por la Universitat Autònoma de Barcelona. Especializada en Trastornos del Neurodesarrollo. Actualmente trabaja como Psicóloga infantil en la Associació Catalana del Síndrome X Frágil. Autora del libro "Vivir de memoria" (Editorial Círculo Rojo, 2018). Aficionada del deporte y la lectura.

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