Neofobia alimentaria: qué hacer cuando tu hijo rechaza alimentos nuevos

Consejos prácticos para ayudar a los niños a probar nuevos sabores.

Neofobia alimentaria

¿Tu peque suelta un "no me gusta" ante un plato que nunca había visto antes? No estás solo. Esa situación tiene incluso nombre: neofobia alimentaria. Se trata, segun su significado literal, del “miedo a probar alimentos nuevos”. En estos casos, incluso un método diferente de preparación o presentación puede llevar al rechazo por parte del niño antes de probar la comida.

La neofobia alimentaria es más frecuente en niños de 2 a 6 años. En esta etapa del desarrollo a menudo surge la llamada "rebelión del niño de dos años", que se manifiesta como un deseo de expresar autonomía, lo que puede exacerbar los comportamientos neofóbicos. Si bien este comportamiento generalmente se resuelve con la edad, en algunos casos puede persistir hasta los 11 años.

Las causas no se comprenden completamente, pero la explicación más extendida es evolutiva: los humanos primitivos evitaban alimentos desconocidos para prevenir un posible envenenamiento por toxinas.

Estas toxinas podían causar a los adultos un dolor estomacal tolerable, pero para los niños podían significar la muerte. Por eso, como explica un artículo publicado en 2024 en la revista especializada Nutrients, “este mecanismo en niños pequeños resalta el aspecto natural de la neofobia alimentaria como parte del desarrollo infantil normal”.

¿Neofóbico o quisquilloso?

Debe diferenciarse la neofobia de la quisquillosidad, que es una etapa típica del desarrollo infantil. Como señala a Psicología y Mente la nutricionista infantil Melisa Gomez, “en el caso del niño con neofobia alimentaria el principal problema que enfrentaremos será el rechazo hacia probar nuevos alimentos -o poco frecuentes en la dieta del niño- pero puede que con los alimentos que suele consumir crezca adecuadamente”.

“Mientras tanto, en el caso de un niño ‘quisquilloso’ o ‘selectivo’ solemos encontrar que el problema reside en la dificultad de comer una cierta cantidad o calidad de alimentos que le permita mantener el crecimiento o asegurar la ingesta suficiente de nutrientes”, apunta la nutricionista. Una de las consecuencias de la neofobia alimentaria puede ser la pérdida de beneficios debido a una dieta desequilibrada y la reducción del consumo de productos ricos en nutrientes valiosos.

En la actualidad, los niños con neofobia alimentaria tienen una dieta con alto contenido de grasas. Además muestran poca variación en el consumo de verduras y frutas, tan solo el 20% de las cantidades recomendadas, según un informe reciente de la Fundación Interamericana del Corazón y UNICEF.

Errores comunes

Tras el nacimiento, la lactancia materna suele promover la aceptación de distintos sabores ya que, a diferencia de la fórmula -que mantiene su sabor- la leche materna va cambiando en función de la dieta de la madre, explica Gómez.

Una vez que se inicia la alimentación complementaria, “el ofrecer alimentos uno a uno, sin adicionar sal ni azúcar, será de gran importancia para que esta educación del gusto o paladar vaya sucediendo sin interferencias”. Pero hay algunas prácticas que nos pueden alejar del resultado que buscamos, explica la nutricionista infantil. “Tal vez demorar la oferta de una dieta variada por miedo a que puedan presentar alguna alergia alimentaria, o por pensar que aun son pequeños, puede dificultar que cuando queramos ampliar la dieta nos cueste un poco más”, explica.

¿Es correcto obligarles a probar alimentos? Según el documento “Acompañar la comida de los niños”, elaborado por la Agencia de Salud Pública de la Generalitat de Cataluña, no. “Múltiples estudios indican que insistir a los niños u obligarlos (de maneras más o menos directas) para que coman un determinado alimento es contraproducente, y no conduce a una buena aceptación de aquel alimento”, señala el documento, elaborado en 2015.

Consejos prácticos

La nutricionista Melisa Gómez nos da algunas sugerencias para superar esta etapa. Para empezar, si se identifica con el cuadro de neofobia lo primero sería conservar la calma, puede tratarse de una etapa más que se supere en los próximos meses o años sin tener mayor impacto en la vida del niño.

Lo siguiente sería poner en marcha estrategias para acercar al niño a los nuevos alimentos de una forma amable y sin expectativas, de modo que tenga oportunidad de relacionarse con los mismos sin la presión de que tenga que probarlos. Esto puede lograrse a través de actividades como la cocina o la jardinería.

También, dependiendo de la edad, pueden leerse cuentos o conversar sobre alimentos y cuáles creen que sería interesante probar, visitar juntos un mercado para elegirlos, lavarlos en casa, cocinarlos o guardarlos, aunque ello no necesariamente traerá consigo que los prueben en este momento, sí que podrá facilitar que vayan desarrollando mayor confianza en torno a los mismos.

Por último, la nutricionista propone realizar también días temáticos o probar comidas de distintos lugares del mundo y todo aquello que invite a acercarse a las comidas desde una perspectiva más de curiosidad, de juego o de disfrute, que de imposición o necesidad.

¿Cuándo hace falta la ayuda de un profesional?

Según Gómez, sería oportuno acudir a un profesional cuando en lugar de afrontar las comidas con tranquilidad se siente tensión en torno a esta actividad diaria. También si detectamos que nuestro pequeño está rechazando grupos enteros de alimentos (por ejemplo no acepta ninguna verdura o ninguna fruta); si el crecimiento se detiene o si existe pérdida de peso. Otro motivo de consulta sería cuando surgen dudas sobre si comerá suficiente o no sabemos cómo afrontar la oferta de alimentos o el menú familiar, concluye la nutricionista.

Libros para educar el paladar

Ciertas lecturas pueden ser aliadas a la hora de ampliar los horizontes. En los libros “Disfruta Creciendo” y “En Boca de Todos”, Melisa Gómez habla al respecto y ofrece consejos prácticos para la alimentación en estas etapas. También “Se me hace bola” de Julio Basulto o “Te invito a comer” de Mapi Herrero, en el que se habla sobre el comportamiento alimentario habitual de los peques. Finalmente, para los más pequeños tenemos opciones de libros de cuentos como “Puaaaaj” de Melisa Gómez y Juan Llorca, “Vamos al mercado” de Conchi García o “Todos a la mesa” de Victoria Lozada.

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Rosario Gabino. (2025, abril 23). Neofobia alimentaria: qué hacer cuando tu hijo rechaza alimentos nuevos. Portal Psicología y Mente. https://psicologiaymente.com/psicologia/neofobia-alimentaria-que-hacer-cuando-tu-hijo-rechaza-alimentos-nuevos

Periodista

Periodista licenciada por la Universidad del Salvador de Buenos Aires, en Argentina. Ha trabajado para diferentes medios digitales, periódicos, radios y televisión. Durante 13 años trabajó para la BBC en Buenos Aires y Londres, donde se especializó en temas de salud, bienestar y psicología.

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