El átomo, la unidad constituyente más pequeña de la materia, tiene la propiedad de un elemento químico. Así pues, podemos afirmar que absolutamente cualquier ser vivo u objeto presente en la Tierra está formado, en su estructura más básica, por alguno de los elementos que encontramos al acudir a una tabla periódica.
Desde luego, resulta chocante reflexionar sobre nuestra composición más basal: al fin y al cabo, todos los seres vivos somos carbono, hidrógeno, oxígeno y nitrógeno. Aún así, más allá de esto, la vida requiere de interrelaciones complejas y otros compuestos para llevarse a cabo de forma efectiva y funcional.
Aquí entran en juego términos más específicos desde un punto de vista nutricional, como pueden ser los macronutrientes, micronutrientes, vitaminas y oligoelementos, pues los seres vivos somos capaces de sintetizar compuestos, pero también requerimos de elementos presentes en el medio.
Como es natural, todo este conglomerado puede causar confusión hasta en el mayor de los expertos, y por ello, hoy nos centramos en una unidad funcional realmente interesante: los oligoelementos.
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Oligoelementos: pequeños pero esenciales para el organismo
Desde un punto de vista químico, podemos definir a un oligoelemento como una serie de bioelementos presentes en pequeñas cantidades en los seres vivos. Para encuadrar su importancia desde un punto de vista nutricional, antes tenemos que recorrer, de forma somera, el terreno de los nutrientes. Vamos a ello.
Micronutrientes y macronutrientes
Un nutriente es un producto químico procedente del exterior de la célula que esta necesita para realizar sus funciones vitales. Traducido a un lenguaje más amable, este concepto podría definirse como una serie de sustancias que nos alimentan. Los nutrientes se pueden dividir en grandes grupos:
- Macronutrientes: proteínas, lípidos e hidratos de carbono. Suministran la mayor parte de energía metabólica del cuerpo.
- Micronutrientes: se encuentran en concentraciones mucho menores en los alimentos y requerimos de menos cantidad de ellos para nuestras funciones.
Es este último grupo el que hoy nos atañe, pues dentro de los micronutrientes encontramos a las vitaminas y los oligoelementos (también llamados minerales de forma indistinta en muchas fuentes bibliográficas).
Una vez introducidos ambos términos, es de esencial importancia conocer que vitaminas y oligoelementos no son términos intercambiables. Una vitamina es una molécula, es decir, una serie de átomos organizados en un orden específico, mientras que un oligoelemento (como su propio nombre indica) es un cuerpo simple, o lo que es lo mismo, está formado por un único tipo de átomos.
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La variedad de oligoelementos y sus funciones
Podemos afirmar que los oligoelementos se encuentran en su forma elemental, es decir, sin combinar, en forma de elementos químicos. Si bien no vamos a encontrar a ninguna proteína, lípido o vitamina en la tabla periódica, los oligoelementos sí que estarán presentes en ella. Estos importantes elementos tienen, al menos, cinco funciones esenciales en el cuerpo del organismo:
- Algunos son partes esenciales de los centros catalíticos (proceso por el cual se aumentan las velocidades de procesos químicos) necesarios para la vida.
- Participan en la atracción de moléculas de sustrato y su conversión en productos finales mediante reacciones metabólicas.
- Pueden servir como aceptores o donantes de electrones en reacciones de óxido-reducción.
- Cuando se presentan como sales minerales tienen importantes funciones estructurales.
- Regulan y equilibran funciones biológicas: respiración, digestión, actividad hormonal y expresión génica, entre otras.
Como hemos podido ver, las funciones de los oligoelementos son múltiples e inabarcables en un solo espacio. A continuación, te ponemos algunos ejemplos específicos. No te los pierdas.
1. Flúor
El elemento químico número 9, situado en el grupo de los halógenos en la tabla periódica de los elementos. Este oligoelemento ayuda a la fijación de calcio en los huesos, además de mantener un buen estado del esmalte dental (lo que previene la aparición de procesos infecciosos de origen bacteriano).
2. Yodo
El elemento químico número 53, de nuevo, en el grupo de los halógenos. El yodo tiene función tiroidea, es decir, forma parte de las hormonas tiroxina y triyodotironina, fabricadas en la glándula tiroides. Estos grupos hormonales regulan el metabolismo celular, por lo que con otros compuestos, influyen en el crecimiento del organismo y otros procesos biológicos.
3. Hierro
Estamos ante el elemento químico número 26, el cuarto metal de transición más abundante de la corteza terrestre. Dentro de nuestro cuerpo, el hierro es el constituyente vital de la hemoglobina, una hemoproteína de la sangre que se encarga de transportar el oxígeno a las células y tejidos. Por ello, interviene en la respiración celular y en otros muchos procesos: glucólisis (oxidación de la glucosa para la obtención de energía), oxidación de ácidos grasos y síntesis del ADN, entre otros.
4. Manganeso
El elemento número 25, un metal situado en el grupo 7 de la tabla periódica. Es constituyente de ciertas enzimas, destacando entre ellas el superóxido dismutasa de manganeso (Mn-SOD) que, por ejemplo, ha demostrado ser un supresor tumoral del cáncer de mama. Diversas investigaciones exploran el terreno del manganeso y las alergias, pues parece que su suplementación puede llegar a paliar los síntomas de estos procesos en algunos casos. Aún así, estas hipótesis requieren de muchas más pruebas experimentales para ser confirmadas.
5. Níquel
De número atómico 28 y situado en el grupo 10 de la tabla periódica, el níquel es otro oligoelemento que forma parte del 87 % de las hidrogenasas, enzimas esenciales en el metabolismo microbiano. Actúa como biocatalizador, participa en el crecimiento y defensa del organismo, favorece la absorción de hierro y estabiliza las moléculas de ADN y ARN.
6. Otros oligoelementos
Te hemos puesto cinco ejemplos de oligoelementos con una función detallada, pero cabe destacar que existen muchísimos más, igual de importantes que los que te acabamos de nombrar. A continuación, te ponemos algunos ejemplos más, relacionados con un término funcional clave.
- Cobre: estimula el sistema inmunitario.
- Cobalto: componente de la vitamina B12.
- Zinc: metabolismo de proteínas y ácidos nucléicos.
- Boro: estructura de la pared celular en vegetales.
- Cromo: metabolismo de la glucosa.
- Selenio: antioxidante y quimiopreventivo.
- Silicio: estructura de huesos, piel, cabello y uñas.
- Litio: actúa sobre el sistema nervioso.
- Vanadio: relación con la insulina.
- Molibdeno: desintoxicación.
¿Cuántos existen?
En total, te hemos presentado un total de 15 oligoelementos, si bien la lista variará en función de los criterios de cada autor. Por ejemplo, el litio, el estaño, el boro, el bromo o cadmio (algunos presentes en la lista y otros no) son elementos fuente de debate, pues no está clara su esencialidad en el cuerpo humano.
Por otro lado, algunas fuentes incluyen erróneamente en las listas de los oligoelementos a elementos como el calcio (que se recomiendan 1.300 miligramos de ingesta diaria), el potasio (4.700 miligramos diarios) o el sodio (1.500 miligramos). La definición de oligoelemento, desde un punto de vista teórico, excluye a estos elementos, ya que estos últimos están presentes en mayores cantidades en nuestro cuerpo que los mostrados anteriormente, por lo que se consideran de “una esencialidad mayor”.
La oligoterapia
No podemos cerrar este espacio sin hablar de la oligoterapia, una pseudoterapia enmarcada dentro de las ramas de medicina alternativa que explora el uso de oligoelementos con el fin de restablecer o mejorar procesos metabólicos alterados en el organismo del paciente.
Desde luego, nunca vamos a recomendar este tipo de caminos como sustitutos a una terapia médica convencional, pero en algunos casos concretos y bajo la supervisión de un profesional sanitario, pueden llegar a ser apoyos terapéuticos accesorios. Nuestro deber, en este caso, es informar sobre su existencia y no valorar su eficacia. Dejamos que cada lector realice su propio juicio con respecto al tema.
Resumen
Como hemos podido ver en estas líneas, los oligoelementos son unos bioelementos presentes en muy pequeñas cantidades en nuestro cuerpo, pero aún así tienen labores esenciales para el funcionamiento de los seres humanos: desde el crecimiento hasta la reparación del ADN, sus funciones son inabarcables.
La definición y criterio clasificatorio de los oligoelementos puede variar de un autor a otro, porque, ¿qué definimos como esencial? ¿Hasta qué punto la concentración del elemento en nuestro cuerpo es demasiado alta para englobarlo en este grupo? Estas preguntas no pueden ser respondidas fácilmente, y por ello, nosotros hemos ido a lo seguro y te hemos mostrado aquellos minerales que están presentes en muy bajas cantidades en nuestros organismos, pero que a su vez son esenciales en ciertos procesos.
Referencias bibliográficas:
- Dorosz, P. (2001). Tabla de vitaminas, sales minerales, oligoelementos. Editorial Hispano Europea.
- McDowell, L. R., & Conrad, J. H. (1977). La importancia nutricional de los oligoelementos en América Latina. Revista Mundial Zootecnia, 24, 24-33.
- Miñana, I. V. (2015). Vitaminas y oligoelementos. PediatríaIntegral, 324.
- Oligoelementos, Texas Heart institute. Recogido a 31 de octubre en https://www.texasheart.org/heart-health/heart-information-center/topics/oligoelementos/
- Oligoelementos. Pequeñas cantidades, grandes funciones, Salud Canales Mapfre. Recogido a 31 de octubre en https://www.salud.mapfre.es/nutricion/reportajes-nutricion/oligoelementos-pequenas-cantidades-grandes-funciones/#:~:text=Fl%C3%BAor%2C%20Yodo%2C%20Selenio%20y%20Silicio,se%20producen%20s%C3%ADntomas%20o%20enfermedades.
- Reynaud, A. C. (2014). Requerimiento de micronutrientes y oligoelementos. Revista Peruana de Ginecología y Obstetricia, 60(2), 161-170.
- Rubio, C., González Weller, D., Martín-Izquierdo, R. E., Revert, C., Rodríguez, I., & Hardisson, A. (2007). El zinc: oligoelemento esencial. Nutrición Hospitalaria, 22(1), 101-107.
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