¿Eres 'estrés friendly'?

¿Qué haces por ayudar a que las personas de tu entorno conserven sus niveles de estrés bajo control?

¿Eres 'estrés friendly'?

La ansiedad es una experiencia muy humana pero que, si se da en exceso, nos impide disfrutar de la vida y ser funcionales cuando esta alcanza niveles altos. Aunque sin darnos cuenta de ello, es posible que con nuestras palabras o comportamientos provoquemos esta emoción en los demás y, aunque no lo hayamos querido, estamos provocando mucho malestar.

De una u otra forma lo que hacemos y decimos va a provocar algún tipo de reacción en los demás, pero podemos evitar que esa sea la ansiedad si nos controlamos un poco y evitamos soltar comentarios o comportarnos de forma que provoca esta emoción.

Es fácil quejarse en las situaciones en las que los demás nos estresan, pero... ¿Cuánto te involucras tú en reducir las consecuencias del estrés de tu entorno? A continuación vamos a ver algunos consejos para no generar problemas de ansiedad en los demás.

Consejos para no generar problemas de ansiedad en los demás

La ansiedad es un fenómeno psicológico y emocional que puede hacer sentir muy sola a una persona. A niveles extremos, esta emoción puede hacer que quien la viva se aísle, no sea capaz de relacionarse con los demás ante el miedo de que algo podría salir muy mal o que le podrían hacer un comentario muy dañino.

Son preocupaciones que en la mente de una persona sin este tipo de problema pueden parecer poca cosa, pero para quienes sienten ansiedad el mundo se convierte en un lugar hostil y su mente se encarga de hacer que se vea todavía peor.

Las personas con ansiedad pueden tener pensamientos irracionales, comportamientos que les llevan a evitar situaciones, preocupaciones constantes sobre varios temas e, incluso, malestar físico como dolores de cabeza o incomodidades gástricas causadas por la intensidad de sus emociones. Al margen de si eres una persona que suele sentir ansiedad o nunca la ha experimentado, aquí te dejamos algunos consejos para no generar problemas de ansiedad en los demás.

1. Avisa cuando no seas puntual

Muchas personas no llevan muy bien eso de ser puntuales. Ya sea porque son despistadas o se organizan mal, lo cierto es que muchos acaban acudiendo más tarde de lo que se había pactado. Esto también se puede aplicar al tema de las entregas laborales o académicas. Sea lo que sea que se entrega o hace tarde, es fundamental que para evitar generar una ansiedad innecesaria en los demás avisemos de que no vamos a ser tan puntuales como en un principio habíamos acordado.

Hay personas que necesitan saber que está todo controlado, tener certezas sobre la vida y, si nadie le avisa de que algo se va a demorar, entran en una crisis de ansiedad que no se la desearíamos ni siquiera a quien nos caiga mal. Por ello es fundamental que, como mínimo, avisemos de que no vamos a ser puntuales, además de disculparnos por las molestias que podamos causar.

Explicar problemas de ansiedad

2. No seas inconstante ni incoherente

Una de las cosas que más alimenta la ansiedad de alguien es que en su entorno familiar se encuentre una persona que es incoherente e inconstante en sus opiniones y acciones.

Es normal que cambiemos de opiniones o hagamos cosas distintas de vez en cuando, pero lo que no es normal es que un día pensemos de una forma y al día siguiente cambiemos radicalmente de opinión. Esto produce mucha incertidumbre a las personas que forman parte de nuestro círculo cercano, no teniendo muy claro si las vamos a apoyar o no.

3. No te quejes de algo para después no hacer nada al respecto

Una de las peores cosas que se le puede hacer a cualquier persona, y en especial a una que es propensa a la ansiedad, es quejarse de algo que ha dicho o hecho pero, a la hora de la verdad, no hacer absolutamente nada para ayudarla a mejorar.

Hay personas que pueden estar inmersas en un problema del que para salir necesitan ayuda de otras personas y, cuando alguien les dice que ven ese problema, se ilusionen pensando que por fin van a recibir ayuda, pero al final no les ayuda e incluso les hacen sentirse más culpables por no poder solucionarlo por su propia cuenta.

No ayuda en lo más mínimo quejarse de los problemas para después no hacer nada para cambiarlo. Si no tenemos la intención de ayudar a alguien a mejorar su vida, a superar sus problemas, casi que lo mejor que podemos hacer es guardarnos nuestra opinión y no añadir más presión y tensión a su vida, que seguramente ya tiene suficiente con lo suyo.

4. No busques los defectos en los demás

Esto que vamos a comentar puede sonar una obviedad, un punto fundamental en el manual de cómo no ser mala persona, pero por lo visto hay individuos que no lo acaban de entender ni se dan cuenta del daño que pueden hacer con sus innecesarios comentarios. Sacarle a relucir lo que creemos que son complejos a alguien es la forma perfecta de provocarle ansiedad.

Nadie es perfecto. Todo el mundo tiene imperfecciones, pequeños problemillas que nos alejan de ser un dios olímpico. Pero es que somos mortales y cada uno es como es, y más que hablar de lo imperfectos que somos deberíamos interiorizar la idea de que cada uno es perfectamente cómo es, es decir, que con todo lo bueno y lo malo es perfectamente él o ella.

Hay personas que saben que tienen “defectos”, pero lejos de agobiarse por ellos simplemente los aceptan. Otras son tan felices y se aceptan tanto a sí mismas que es que ni siquiera los ven. No es que crean que son perfectas, pero sí que no se dejan amargar por aquellas cosas que la sociedad, porque al fin y al cabo la belleza es sociocultural, ve como defectos o cosas que nos afean.

Y luego están esas personas que, aunque no sean conscientes del daño que hacen, no tienen problema en buscar los defectos a los demás. Este tipo de personas no se aceptan a sí mismas, de hecho, están tan amargadas por dentro que para intentar “animarse” buscan las imperfecciones de los demás para hacer que se sientan tan mal como ellas, y así poder dejar de ser la única que está insatisfecha consigo misma. Desde luego, este comportamiento es muy tóxico y produce malestar a los demás. No seamos así.

5. Las cosas importantes siempre a la cara

Cuando tengamos que decirle algo importante a alguien, lo preferible es quedar en persona y decírselo a la cara. Se debe evitar el uso del teléfono y nunca se deben decir las cosas importantes por mensajería instantánea, pues mediante esta vía no es posible transmitir ciertas emociones.

A través del móvil uno no puede saber qué reacción tiene la otra persona a nuestras palabras, y lo que a nosotros nos puede parecer algo que creemos que va a digerir con relativa normalidad, a ojos de la otra persona ouede dar la sensación de que la situación es más grave, o de que realmente es o que estamos enfadados o que ha habido algún problema.

Para cosas importantes como por ejemplo que a tu padre le ha dado un ataque de corazón o cosas por el estilo, en caso de que no estés en presencia de la otra persona, lo mejor es hacer una llamada. Si bien es natural que haya una reacción emocional ante esta llamada, si se lo dices con calma, respondiendo a sus preguntas y calmandola con tu tono de voz, informando bien de la situación, no provocarás tanta ansiedad.

6. Acude a psicoterapia

Por último, dejamos el consejo más importante de toda esta lista, dejado para el final por eso de que es la guinda del pastel: acude a psicoterapia. La mejor manera de no generar problemas de ansiedad a los demás es tratar de poner orden en nuestras vidas, buscar de forma activa la estabilidad emocional dejando que nuestra salud mental sea mejorada con la ayuda de un psicoterapeuta.

Si bien la estabilidad emocional es un constructo que roza lo mitológico, pues las personas no somos seres impasibles ante los problemas de la vida, podemos tomárnoslos de una manera distinta en función de nuestra actitud y las herramientas que usemos para afrontar las dificultades. Si somos personas que controlamos muy bien la forma en cómo respondemos ante los problemas, también seremos personas que no provocaremos problemas de ansiedad en los demás al dejar de ser personas mentalmente inestables.

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  • Caballo V.E., Salazar, I.C. y Carrobles J.A. (2011). Manual de psicopatología y trastornos psicológicos. Pirámide.
  • Solomon, C. (2015): Generalized Anxiety Disorder. The New England Journal of Medicine, 373(21), pp. 2059 - 2068.

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