Nuestro cerebro es una compleja red de neuronas que se agrupan en diferentes estructuras y vías nerviosas, y que se comunican entre ellas mediante impulsos electroquímicos generados y mediados en gran medida por neurotransmisores. Dichos neurotransmisores no aparecen de la nada, sino que también son sintetizados y recibidos en y por las diferentes estructuras y vías del cerebro.
Entre los neurotransmisores, uno de los más estudiados se tiene respecto a las vías por las cuales circula es la dopamina. En este artículo vamos a repasar las diferentes vías dopaminérgicas presentes en nuestro cerebro.
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La dopamina
Antes de entrar a hablar de las vías que la transmiten, puede ser de utilidad recordar que es la dopamina. Se trata de un neurotransmisor, una hormona utilizada por las diferentes neuronas de nuestro sistema nervioso para comunicarse entre ellas.
Estamos ante uno de los neurotransmisores más importentes para el ser humano y su supervivencia, ya que que sus funciones son múltiples y de gran calado a la hora de permitirnos regular nuestra conducta: participando en aspectos como la percepción del placer (de hecho, a menudo se la ha denominado la hormona del placer), influyendo en las emociones y la personalidad, permitiendo la memoria y la creatividad y siendo fundamental a la hora de regular la conducta y orientarla hacia metas.
Se trata de una hormona que está presente de forma natural en nuestro organismo, aunque también puede sintetizarse artificialmente. Esta hormona es una catecolamina, derivada de la dopa y antes que ello de la tirosina. Y puede ser encontrada en numerosas partes del cerebro. Uno de los mayores puntos en los que se sintetiza es en el mesencéfalo y en la sustancia negra. Y son múltiples las vías por las cuales circula.
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Las 4 grandes vías dopaminérgicas
Aunque la dopamina puede encontrarse en muy diferentes vías nerviosas, existen cuatro grandes vías nerviosas dopaminérgicas, que rigen la síntesis y transmisión de esta hormona y en las cuales tiene grandes efectos.
1. Vía mesolímbica
Una de las vías cerebrales dopaminérgicas más conocidas es la vía mesolímbica. Y es que en esta vía encontramos gran parte del sistema de recompensa cerebral, que nos permite sentir placer y motivación ante nuestra conducta.
Esta vía conecta una gran cantidad de áreas y regiones de gran relevancia, destacándose entre ellos el área tegmental ventral (que forma también parte de la vía mesocortical), el núcleo accumbens (área en la actúan la mayor parte de drogas), la amígdala, el hipocampo y la corteza prefrontal.
Gracias a ella podemos sentirnos motivados a hacer algo o a aproximarnos a situaciones o estímulos concretos, aprender en base a la estimulación y realizar asociaciones que nos hagan repetir nuestros patrones conductuales, aprendiendo. También se encuentra vinculada a la gestión de las emociones.
Sin embargo, la hiperexcitación de esta vía puede generar alucinaciones y otras alteraciones perceptivas y agresividad. También comportamientos desorganizados o la realización de conductas de riesgo. De hecho, los síntomas positivos de la esquizofrenia se asocian a un exceso de dopamina en esta vía. La búsqueda de su activación, asimismo, puede llevar a la adquisición de adicciones y problemas de conducta.
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2. Vía mesocortical
La vía mesocortical se encuentra especialmente vinculada a lo cognitivo. Está vía, que se inicia en el área tegmental ventral (que como hemos dicho también forma parte de la vía mesolímbica), llega hasta el lóbulo frontal y la corteza cerebral (especialmente remarcables son la corteza dorsolateral y ventromedial del prefrontal).
Muy vinculada a la vía mesolímbica, la vía mesocortical también tiene relación con los afectos y emociones, así como en las capacidades y el uso de las funciones ejecutivas.
La presencia de niveles excesivamente bajos de dopamina en esta vía generan profundas alteraciones a nivel cognitivo produciendo pobreza del pensamiento, dificultades en el uso de la lógica y el raciocinio y pobreza del habla. De hecho, se considera que los síntomas negativos de la esquizofrenia se explican en gran medida por la falta de suficiente dopamina en esta vía cerebral. Es frecuente la aparición de embotamiento, poca expresividad, incongruencia entre lo vivido y lo sentido, angustia y bradipsiquia.
3. Vía nigroestriada
La vía nigroestriada es una de las principales y más importantes vías dopaminérgicas, siendo de hecho la vía donde se genera la mayor parte de dopamina de todo el encéfalo. Esta vía va desde la sustancia negra hasta los ganglios basales (concretamente el núcleo estriado).
La vía nigroestriada está especialmente vinculada al control motor, siendo su degeneración la principal causa de trastornos como el Parkinson y los movimientos coreicos, como en el caso de la Corea de Huntington.
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4. Vía tuberoinfundibular
Esta vía nerviosa, con gran influencia por parte de la dopamina, se encuentra conectando la región tuberal del hipotálamo medio hasta la región infundibular de la misma. A grandes rasgos conecta diferentes partes del hipotálamo y la glándula pituitaria. Esta vía tiene una gran importancia, ya que influye en la secreción de hormonas por parte de la hipófisis. Una de las hormonas más afectadas por el funcionamiento de esta vía es la prolactina.
La presencia de dopamina en esta vía inhibe la síntesis de prolactina, además de favorecer que se genere somatotropina. De hecho, ante el consumo de neurolépticos podemos observar que uno de los efectos secundarios que pueden suceder ante la disminución de dopamina son alteraciones sexuales tales como la galactorrea y diferentes disfunciones sexuales derivadas de un aumento en la síntesis de prolactina. Afecta en gran medida a la fertilidad.
Las otras vías dopaminérgicas
Cuando son preguntadas sobre las vías dopaminérgicas existen, la mayoría de las personas con conocimiento sobre el tema únicamente hacen referencia a las citadas anteriormente. Pero lo cierto es que aunque las vías mesolímbica, mesocortical, nigroestriada y tuberoinfundibular son las principales no son las únicas que existen. Por otras zonas del cerebro hay otras vías dopaminérgicas secundarias.
Concretamente, podemos encontrar una vía nerviosa que va desde el área tegmental ventral a la amígdala, otra que va desde el área tegmental ventral hasta el hipocampo, otra que de nuevo circularía entre área tegmental ventral y cíngulo, una conexión entre la sustancia negra y el subtálamo y una última que conectaría el área tegmental ventral con el bulbo olfatorio.
Sus funciones están mucho menos estudiadas y tienen una importancia menor que las anteriores, que también recogen en cierta medida algunos de sus procesos. Pero sería de gran utilidad analizar en mayor profundidad su importancia.
Trastornos asociados a estas redes neuronales
La dopamina es un neurotransmisor esencial para el funcionamiento normativo del ser humano, así como también de otros animales. La presencia de disfunciones en las vías que lo sintetizan y utilizan puede generar enfermedades y trastornos. Entre los más relevantes están los siguientes.
1. Esquizofrenia
Como hemos mencionado anteriormente, los principales síntomas de la esquizofrenia parecen estar vinculados a alteraciones en los niveles de dopamina en algunas de las vías nerviosas dopaminérgicas. Concretamente, los síntomas positivos parecen corresponderse con un exceso de dopamina en la vía mesolímbica, mientras que los negativos lo harían con un déficit de este neurotransmisor en la vía mesocortical. Las otras dos principales vías no tendrían, en principio, ninguna alteración per se.
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2. Parkinson
El Parkinson es otro de los trastornos que más se vincula a las vías dopaminérgicas, concretamente a la nigroestriada. De hecho, es la degeneración de las neuronas dopaminérgicas de la sustancia negra la que genera la sintomatología.
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3. TDAH
Diferentes investigaciones han insinuado que puede existir influencia de alteraciones en la vía mesocortical y en la vía mesolímbica en el trastorno por déficit de atención con hiperactividad, teniendo efecto en las dificultades de los individuos con este trastorno en lo que se refiere a motivación, capacidad de atención, planificación o inhibición de la conducta.
4. Adicciones
Las vías dopaminérgicas se encuentran profundamente asociadas a la adquisición y mantenimiento de las adicciones, estando el circuito de recompensa cerebral en sus vías. Esto incluye especialmente a las adicciones a sustancias, pero también las de tipo más conductual como la ludopatía.
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5. Hiperprolactinemia
Se ha observado que la disminución de los niveles de dopamina en la vía tuberoinfundibular genera hiperprolactinemia, cosa que tiene diversos efectos en ámbitos tales como el reproductivo. Alteraciones de la menstruación y la fertilidad o galactorrea son algunos de los síntomas más conocidas
6. Otros trastornos
Existen otros muchos problemas que se han asociado de algún modo al mal funcionamiento de alguna de las vías anteriores. Por ejemplo, se han visto relacionados con las manifestaciones de trastornos del movimiento tales como el síndrome de la Tourette o trastornos por tics, e incluso en algunos casos con el trastorno obsesivo compulsivo.