¿Conocías la existencia de un concepto denominado "aversión a la inequidad" (IA por sus siglas en inglés)? Se trata de la resistencia que mostramos cuando se nos otorgan recompensas desiguales por la realización del mismo esfuerzo. Algo así como cuando tu jefe asciende a tu compañero y a ti no, cuando los dos os habéis entregado al trabajo con el mismo ahínco.
Por supuesto, en todo ello existe una subjetividad que no podemos dejar de lado, porque ¿quién juzga el grado de esfuerzo o de implicación? Sin embargo, lo más curioso es que la IA no es exclusiva del ser humano: algunos primates, como los bonobos (nuestros parientes más próximos) también la viven. Al menos, esto es lo que demuestra un reciente estudio de la Max Planck Institute for Evolutionary Anthropology (Leipzig), en unión con la Universidad de Utrecht. Si te interesa, sigue leyendo.
Los bonobos también se enojan cuando no existe la equidad social
Si bien es cierto que se conocían (o se empezaban a conocer) las dinámicas sociales de ciertos primates, se ignoraba hasta qué punto la inequidad social podía perturbarles. Pero, antes que nada ¿a qué nos referimos cuando hablamos de "inequidad"?
La inequidad es lo contrario a la equidad, es decir, una repartición desigual e injusta de algún elemento o bien. Se trata de un concepto muy común en Derecho, por lo que, a priori, podríamos pensar que solo el ser humano participa de él.
Nada más lejos de la verdad. Un reciente estudio ha demostrado que, al menos en los primates más cercanos al ser humano, los bonobos, la repartición injusta de las recompensas por un mismo esfuerzo son percibidas como molestas, y que, incluso, algunos bonobos se niegan a seguir participando si no se observa una igualdad social en este sentido.
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¿Una ventaja evolutiva?
La primera pregunta que podríamos plantearnos es para qué sirve la equidad. En principio, y desde una perspectiva meramente humana, para que exista la verdadera cooperación es menester que los beneficios de ella derivados superen a los costos, es decir, al esfuerzo invertido. Por supuesto, para lograr esta cooperación, digamos, "justa", cada miembro debe confiar en que los demás se comporten de forma equitativa y honesta.
Así pues, la IA (la "aversión a la inequidad" antes mencionada) posee una función controladora de los miembros abusadores; es decir, ante una desigualdad de recompensa, se suspende la cooperación. ¿Se trata, pues, de una ventaja evolutiva? En realidad, sí. Cuando se produce una inequidad y se suspende, por tanto, la cooperación, esto puede conducir a la obtención de "socios" más justos que promuevan, en última instancia, un bien común. Por otro lado, una verdadera equidad puede ir a favor del individuo equitativo.
Observando a nuestros parientes más cercanos
Los bonobos o chimpancés pigmeos (pan paniscus en argot científico) son nuestros parientes más cercanos. De hecho, se ha demostrado que son perfectamente capaces de demostrar empatía y altruismo, así como sensibilidad y paciencia hacia sus semejantes. De hecho, uno de los comportamientos más frecuentes entre los bonobos son los actos de "pacificación", tales como abrazar y acariciar.
Partiendo de estas características, científicos de la Max Planck Institute for Evolutionary Anthropology y de la Universidad de Utrecht decidieron embarcarse en un estudio para investigar si los bonobos son capaces de detectar inequidad social y "rebelarse" contra ella. Para ello, se realizaron dos fases en el estudio, pero en todas ellas se exponía a los bonobos a una distribución desigual de alimentos, ya fuera a través de un humano o de una máquina.
Las conclusiones fueron bastante claras: en las dos fases del estudio, los bonobos se manifestaron abiertamente molestos cuando el reparto no era equitativo, y llegaron incluso a negarse a seguir participando cuando esta inequidad se repetía.
¿Decepción social o aversión a la inequidad?
Los investigadores se preguntaron si esta actitud negativa de los bonobos se debía a una verdadera aversión a la inequidad o desigualdad social o si, por el contrario, era fruto de una decepción social. Denominamos "decepción social" a la reacción emocional adversa ante algo que no sucede tal y como esperábamos, un comportamiento que ya habían demostrado los chimpancés en otros experimentos.
En base a la experimentación, todo parece indicar que los bonobos reconocen los tratos desiguales o injustos, lo que podría indicar de forma fehaciente que la aversión a la inequidad se desarrolló como un proceso evolutivo para fomentar la cooperación entre los miembros del grupo, destinada a un bien común.
Por otro lado, el estudio también investigó si la afiliación (es decir, la unión íntima entre miembros) podría afectar o directamente disminuir la aversión a la inequidad. En otras palabras: si tú eres mi amigo, tolero que te lleves más que yo. En este sentido, todavía falta mucha investigación para dar resultados conclusivos.


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