¿Quieres formar una familia? ¿Deseas casarte y tener hijos? ¿Cómo es tu familia? Estas son preguntas que actualmente nos podemos plantear, pero hace unos años hacerse estos planteamientos no eran tan normal, ya que se entendía como algo necesario formar una familia de una manera muy concreta.
Antes la única posibilidad de modelo de familia era la tradicional, la única que se consideraba ideal y correcta, siendo esta la más común, y estando formada por un matrimonio heterosexual e hijos.
Pero en la actualidad, dados los cambios que ha presentado la sociedad, ha surgido la posibilidad de que otras formas de parejan pueda tener hijos y de esta manera formar una familia.
A continuación veremos qué se entiende por familia tradicional, así como los distintos tipos que pueden dar lugar a ella. También citaremos los cambios sociales más importantes que se han producido hasta la actualidad y cómo estos han permitido el desarrollo y formación de nuevos modelos de familia, con más variedad y más adaptados a la evolución de la sociedad.
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¿Qué es el modelo de familia tradicional?
En la sociedad Occidental, desde el siglo XIX hasta finales del siglo XX, años 80, el modelo familiar predominante y que se presentaba con más frecuencia era el tradicional o clásico. Este modelo se caracterizaba por presentar una estructura constituida por una pareja heterosexual de hombre y mujer y con hijos, y posiblemente vinculados, con más o menos relación, con la familia extensa, referida a partientes de distintas generaciones como pueden ser los abuelos y los tios.
Aparte de la estructura particular, otra de las características definitorias es que el hombre y la mujer tenían que estar casados por la iglesia, y cada integrante de la pareja tenía un rol y unas funciones muy bien definidas. El padre, el hombre, era la cabeza de familia, el que decidía la mayoría de cuestiones importantes, así como el encargado de traer el sustento a casa, el dinero. Por su parte, la madre, la mujer, no trabajaba fuera de casa sino que asumía las tareas domésticas y era la responsable del cuidado y crianza de los hijos.
Por tanto, las parejas se formaban durante la juventud y al poco tiempo se casaban, para pasar a vivir juntos y así iniciar el proyecto de familia conjunta. Por norma general, el matrimonio era irrompible, no existía la posibilidad de divorciarse y de este modo la pareja siempre tenía que mantenerse junta. En caso de no conseguir el objetivo último que era casarse, en el caso de las mujeres, podían desempeñar la función de cuidadora de sus padres.
Otros rasgos a destacar de la familia clásica es la constitución de la pareja que, sumada a la heretosexualidad de esta, es decir, al hecho que fuera un hombre y una mujer la que la formaran, también tenía que ser monógama. Así, hay una relación afectivo-sexual basada en un ideal de exclusividad sexual.
Del mismo modo, el matrimonio debía tener descendencia. Los niños se tenían en edades tempranas, normalmente al poco de cumplir veinte años. El número de hijos solía ser entre 4 y 5, formando núcleos familiares relativamente grandes de 6 a 8 integrantes.
Tipos de modelo de familia tradicional
La familia tradicional puede presentar pequeñas variaciones en la estructura, recibiendo así diferentes nombres.
La familia modelo, en primer lugar, es la formada por una pareja heterosexual y dos hijos propios; familia tipo está formada por una pareja heterosexual y los hijos de uno de los miembros o bien hijos adaptados si no hay la posibilidad de tenerlos; y la familia funcional, conocida también como familia extensa, está cosntituida por la pareja heterosexual, sus hijos y los padres, hermanos y primos de la pareja.
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Cambios en la sociedad
En el siglo actual, siglo XXI, se han producido una serie de cambios en el estilo de vida que han comportado modificaciones en el modelo de familia tradicional, dejando de ser esta la única forma de familia posible.
La sociedad Occidental ha evolucionado y con ella también lo ha hecho la familia. Los cambios más destacables que se han producido a nivel social son los siguientes: las mujeres han dejado de tener como única función ser cuidadoras, y actualmente, pueden trabajar fuera de casa. Están de este modo más integradas en el mundo laboral. Además, la familia nuclear, entendida como la formada por padre, madre e hijos, ha dejado ser de ser el modelo dominante; existe la posibilidad de divorciarse; y han aparecido nuevos modelos familiares.
Del mismo modo, el proceso de globalización, aumento de la comunicación entre países ha incrementado la posibilidad de formar parejas interculturales.
Por otro lado, también se ha producido un cambio en la concepción de la sexualidad femenina, pudiendo esta sentirse mucho más libre, poder disfrutar de ella y no teniendo como única finalidad quedarse embarazada. La mujer desarrolla también un rol más “masculinizado”, si entendemos por masculino las características que la sociedad tiende a vincular con el hombre: ser más independiente y con más poder de decisión y sustentar a la familia.
En lo referente a tener descendencia, esta ya no se presenta como única opción, ya que existen métodos anticonceptivos que pueden prevenir el embarazo si no es deseado. De igual forma, han aparecido otras maneras de tener hijos, dejando de ser la única posibilidad la concepción biológica, pudiendo adoptar o utilizar técnicas de fecundación artificial.
El concepto y formación de la pareja ya no es tan estricto como lo era antes, ahora son posibles otro tipo de relaciones como la unión entre dos individuos del mismo sexo, pareja monosexual, relaciones abiertas o poliamor, dando más opciones de relación y dejando de ser la única la relación monogama.
Con anterioridad hemos señalado que la pareja estaba formada por un matrimonio, esto quiere decir que, normalmente tenían que estar casados. Esta tradición también ha cambiado, ya que en la actualidad las costumbres católicas han perdido fuerza, no viendo como necesario el casarse para poder formar una familia, ir a vivir juntos o tener hijos.
Por último, también vemos necesario mencionar el cambio que se ha producido en el ritmo de vida. La formación de una nueva familia, irse a vivir juntos, casarse, tener hijos... Por norma general se hace más tarde, cuando la persona ha acabado de formarse y ha conseguido una estabilidad económica. De este modo, formar una familia ha dejado de ser el único objetivo en la vida.
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Nuevos modelos de familia
Como ya hemos mencionado, la evolución y variaciones en la sociedad también han producido variaciones en los modelos de familia, apareciendo y siendo posibles otros tipos de estructuras y relaciones entre los integrantes. Este nuevo abanico de posibilidades ha dado lugar a distintos modelos familiares.
Modelo de familia monoparental
La necesidad de que la función de padre la realice un pareja ya no es primordial, siendo posible que solo un individuo ejerza como padre o madre. Esto da lugar a lo que conocemos como familia monoparental. Por tanto, la familia estaría formada por una madre o un padre y un hijo o varios hijos que conviven y cohabitan.
De este modo podemos encontrar familias con solo un progenitor que se ha divorciado, que se ha quedado viudo, que ha decidido quedarse soltero y adoptar, tener hijos mediante fecundación artificial o se ha quedado embarazada y ha querido seguir pero sin la necesidad de una pareja.
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Modelo de familia homosexual
La nueva visión más abierta de las parejas y relaciones que tiene actualmente la sociedad ha permitido que se formen familias con parejas homosexuales; es decir, los padres son dos individuos del mismo sexo. En algunos países existe la posibilidad de que una pareja gay pueda legalizar su unión y tener así la posibilidad de adoptar a un niño o una niña.
Para poder ser padres o madres, las parejas homosexuales pueden empezar un proceso de adopción; utilizar la maternidad subrogada o vientre de alquiler, proceso legal en algunos países, o en el caso que la pareja sea de mujeres, practicar la inseminación artificial. Del mismo modo, también se entenderá como familia homoparental la constituida por una pareja gay y los hijos de uno de ellos/ellas de una relación anterior.
De este modo, en la actualidad podemos observar múltiples y muy distintas estructuras familiares. La posibilidad de crear una familia y tener hijos ya no es exclusivo del modelo tradicional constituido por un matrimonio heterosexual, que comparten vivienda y tienen hijos en común.
Ahora podemos considerar como familia parejas homosexuales y sus hijos, padres solteros, divorciados o viudos que desempeñan solos la función de cuidador, parejas que viven separados y tienen hijos en común... entre otras muchas opciones que han abierto la visión, permitiendo que la estructura familiar, la forma de entender la familia, se adapte a lo que uno desea o cómo quiere vivir cada sujeto, y no siendo este el que deba ajustarse al modelo familiar predeterminado.
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