El Juego del Calamar es la serie que generó todo tipo de reacciones después de su gran éxito en la plataforma de Netflix, tal vez por su gran cantidad de violencia, brutalidad y sangre.
Pero ahora es el momento de poner en orden todo lo que nos presentó la serie, punto a punto y desde una perspectiva psicológica.
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El Juego del Calamar, desde la óptica de la Psicología
En El Juego del Calamar vemos a diferentes personajes con algo en común: están desesperados y en una situación vulnerable debido a una la gran cantidad de problemas económicos que enfrentan en su vida, cuando de pronto se les presenta la oportunidad de ganar una gran suma de dinero por tan solo participar en una serie de juegos infantiles, pero donde perder en cualquiera de ellos significa la muerte.
Psicología del dinero
La serie comienza con la historia de un hombre residente de uno de los barrios no tan privilegiados de su ciudad, con una vida bastante desordenada y llena de deudas por su adicción a las máquinas de azar, y el cual por estas mismas razones es invitado a un juego sangriento que le promete mucho dinero si queda con vida al final de este.
Aquí es donde la importancia del dinero como forma de suplir las necesidades más básicas de cada persona entra en juego con tal de afectar la forma racional en la que se toman decisiones. Se establece el dinero como principal protagonista de la serie, dejando en claro que está directamente ligado a la nuestra supervivencia dentro de la sociedad y a nuestro comportamiento dentro de ella, siendo un factor dominante dentro de nuestras acciones.
Por medio de esta serie se quiso transmitir a la audiencia la importancia del dinero en nuestras vidas, cómo domina nuestra conducta, y hacernos reflexionar sobre esto y sobre lo que haríamos en la situación de los jugadores. ¿Incluso si tenemos que pasar por encima de nuestros principios morales? ¿Es tan importante, influyente y dominante el dinero en nuestras vidas y en la sociedad actual que llegaríamos a atentar contra nuestros seres queridos con tal de conservar una posición privilegiada?
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Tomar decisiones apresuradas en un ambiente cegado por la necesidad y la codicia
En cada capítulo podemos ver que los personajes pasan por diferentes situaciones de vulnerabilidad en su vida: pobreza extrema, enfermedad terminal, migración forzada, o diferentes tipos de agresión.
Y es la vulnerabilidad en la que viven y las agresiones que enfrentan lo que propicia que el impulso de sobrevivencia aparezca en diferentes momentos y tome el control de la situación de maneras poco racionales y equilibradas, haciéndoles actuar con agresividad.
Seguramente varios participantes lamentaron las decisiones que tomaron mientras experimentaban emociones fuertes y se encontraban en aquella situación donde no solo estaba en juego el dinero, sino también sus vidas, y donde es común que se den situaciones de secuestro emocional. A pesar de que todos los participantes quieren salir vivos después de cada prueba y seguir avanzando para acercarse más y más al jugoso premio, es indiscutible que la ambición y la tensión entre ellos mismos por buscar el mismo objetivo los obliga a tomar decisiones equivocadas.
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Competitividad, ambición y violencia como retrato de nuestra sociedad
Se piensa que la serie intenta reflejar la sociedad competitiva en la que vivimos, contando una historia sobre personas que al principio luchan con los desafíos del día a día, pero que al final de este siempre se encuentran vulnerables en el mismo lugar donde comenzaron sin importar lo que hagan. De esta manera, llega esta feroz competencia que nosotros vemos ficticia y que promete a los jugadores que si están lo suficientemente comprometidos a hacer lo que sea, al final cambiarán su vida.
En realidad no es muy diferente de la sociedad en la que vivimos hoy, donde se ve la vida como una competición o como un deporte individual donde ser muy competitivo y no colaborar es el mejor camino para nuestro lograr progreso personal y al final salir de la “posición vulnerable” donde nos encontramos.
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¿Cuáles son las consecuencias?
La consecuencia más clara de ver este tipo de contenido altamente explícito es la normalización de la violencia, de manera que incluso en algunos capítulos se llega a justificar la necesidad de esta en términos del fin a cualquier medio; varios participantes pierden cualquier tipo de empatía, aparecen personajes con historias y emociones con las que nos hemos sentido identificados y que llegado un momento no cuestionamos o no reflexionamos acerca de sus decisiones más impulsivas.
Melissa Santamaría
Melissa Santamaría
Psicóloga clínica/ Experta en el tratamiento de los trastornos de ansiedad y estrés/Master en Psicología clínica y psicoterapia/Doctorado en psicología clínica de la salud
Por ello, en ocasiones puede ser problemático que se viralicen este tipo de contenidos que de manera repetida pueden desensibilizarnos ante la violencia, a la que nos terminamos acostumbrando episodio tras episodio buscando emociones fuertes que cada vez tienen menos impacto emocional que la anterior, pero sí un impacto en nuestro cerebro. Dichas representaciones favorecen que dejemos de reaccionar a este tipo de contenido, de manera que podemos llegar a minimizarlo o incluso normalizarlo en la vida real y en nuestra sociedad, que terminaría por culpa de esta desensibilización llegando a legitimar la injusticia social, deshumanizándose y perdiendo la empatía entre las personas que la conforman, junto con su sentido de pertenencia y comunidad.
