Las técnicas de comunicación asertiva no solo son una muy buena manera de evitar cargar con la incapacidad de expresar nuestras necesidades y nuestros sentimientos; además, también sirven para prevenir la aparición de los conflictos innecesarios.
Este es un aspecto de la asertividad que muchas veces pasa desapercibido, porque se asume que las personas asertivas, por el hecho de serlo, se están haciendo un favor únicamente a sí mismas, y no a los demás. Sin embargo, ir más allá de esta imagen simplificada de lo que es una correcta comunicación es importante, tanto para gestionar adecuadamente las emociones como para gestionar bien las empresas, las familias, y las organizaciones en general. Por eso, aquí explicaré algunas de las técnicas asertivas más útiles par evitar conflictos innecesarios.
¿Qué es la asertividad?
La asertividad es una de las principales habilidades sociales, y consiste en tener la capacidad de expresar y defender los propios intereses, valores y opiniones sin ceder al temor a incomodar al interlocutor, y a la vz, respetándolo y tratando de no causarle un malestar innecesario. Es decir, que una persona asertiva es aquella capaz de alcanzar un equilibrio entre el respeto a uno mismo y a los demás.
En este sentido, una comunicación asertiva está muy relacionada con el hecho de ser capaz de establecer límites frente a los demás, expresar los desacuerdos antes de que exploten en forma de conflictos graves, y transmitir malas noticias sin dejar que vaya pasando el tiempo sin atrevernos a dar ese paso.
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¿Cómo se relaciona con los conflictos innecesarios la asertividad?
En un primer momento, si atendemos a una definición superficial de lo que es la asertividad, podría parecer que las personas asertivas se caracterizan por no morderse la lengua en ninguna situación, tener una actitud fuerte, o incluso por intentar que su criterio prevalezca sobre el de los demás. En definitiva, dinámicas de comportamiento capaces de generar malestar fácilmente, ya que reflejan una cierta tendencia al egocentrismo, y por consiguiente, a perder de vista las expectativas y puntos de vista del resto, más allá de procurar no usar insultos o ataques muy directos o gratuitos. Sin embargo, esto no refleja la realidad.
Si por algo destaca la asertividad es por su capacidad para prevenir la aparición de conflictos innecesarios. No se trata únicamente de preocuparse por no insultar o mostrar agresividad ante el interlocutor; también debe estar presente el ponerse en el lugar del otro y anticipar posibles malinterpretaciones de lo que decimos, o la carga emocional de las implicaciones de lo que comunicamos. Gracias a todo esto, la asertividad corta “de raíz” situaciones de incertidumbre en las que no quedan claras nuestras intenciones ni las motivaciones que nos llevan a hablar sobre un tema del modo en el que lo hacemos.
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Técnicas asertivas para prevenir conflictos
Lo primero que hay que aclarar es que los conflictos no son siempre algo mal; a veces, no hay más remedio que afrontarlos, como por ejemplo cuando alguien quiere menoscabar nuestros derechos. De lo que se trata es de no generar conflictos innecesarios, surgidos de los malentendidos o de un mal manejo de los tiempos. Teniendo esto en cuenta, veamos algunas técnicas asertivas para evitar los conflictos que no tendrían por qué producirse.
1. Critica las acciones, no las esencias
Si criticas la esencia de las personas, hablando despectivamente de su “manera de ser”, de su identidad o incluso de su “naturaleza”, el conflicto está servido, y lo normal es que surja una discusión. Pero, además, este es un estilo comunicativo poco productivo. En vez de eso, critica las acciones concretas, señalando por qué son problemáticas.
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2. A la vez que criticas, indica maneras de mejorar
Si algo no te ha gustado, no te limites a señalar eso; presenta ejemplos de cómo se habría podio hacer mejor, para abordar el problema desde un punto de vista constructivo y que le aporte algo de valor al interlocutor, a la vez que se muestra complicidad y ganas de poner de nuestra parte por llegar a una solución.
3. Anticipa posibles malinterpretaciones
Si crees que tu responsabilidad es únicamente comunicar de manera unilateral lo que quieres o lo que esperas de una situación, estarás haciendo aumentar la probabilidad de que aparezcan malentendidos. En vez de eso, anticípate a cómo será interpretado lo que dices teniendo en cuenta lo que sabe y lo que no sabe tu interlocutor.
4. Describe tus incertidumbres
No es suficiente com expresar lo que sabes acera de tu estado mental (opiniones, creencias…). También debes hacer saber aquello que no sabes y consideras que deberías saber. De este modo, todos estaréis en sintonía.
5. Combina la expresión con el interés por saber cómo se siente el otro
Por otro lado, la asertividad también pasa por reconocer que la comunicación es un fenómeno dinámico y no secuencial; escuchar es tan importante como transmitir información. Por eso, mantén siempre una actitud abierta y dispuesta a aprender sobre tu interlocutor, para adaptar tu estilo comunicativo a lo que hace y dice y evitar causar un malestar evitable.
6. No asumas que el otro va a ponerse a la defensiva
En este aspecto, las expectativas son clave: si esperas que una persona reaccione con hostilidad ante ti, tu manera de comunicarte y de expresar información mediante el lenguaje no verbal hará que esa persona entienda que debe ponerse a la defensiva porque es lo que se espera de ella. No subestimes la capacidad empática y dale una oportunidad a las ganas de colaborar.
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Tomas Santa Cecilia
Tomas Santa Cecilia
Psicologo Consultor: Master en Psicología Cognitivo Conductual
Mi nombre es Tomás Santa Cecilia y soy psicólogo especializado en psicología cognitivo-conductual. Puedo ayudarte de manera presencial o mediante sesiones de terapia online.