La envidia es un sentimiento provocado por el fracaso o percepción de ineptitud personal que está acompañado de tristeza, frustración y enojo al no tener y desear tener algo que el otro posee. Esta puede estar provocando depresión, ansiedad y agresividad aunado a sensaciones de injusticia.
La envidia es un proceso natural en un momento de desarrollo infantil. Por ello el sentimiento de envidia puede surgir en la infancia, cuando el niño no se siente suficientemente querido por sus padres y valorado en relación con sus hermanos y amigos. Estos sentimientos de carencia y de inferioridad, aunados con sentimientos de rivalidad, son esenciales.
El problema es que estas personas desean tener o ser como otras sin luchar o buscar estrategias para lograrlo. Son personas que generalmente han tenido muchos fallos a lo largo de su vida.
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Comprediendo la envidia
Algo esencial es aceptarnos como somos con virtudes y defectos, en lugar de ser o parecer a los demás para mitigar la envidia; las personas envidiosas son personas que sienten mucho desprecio por sí mismas, y el envidioso grave también suele despreciar a los demás.
Cuando la envidia es exagerada puede darse el maltrato a la pareja y a los seres queridos. Los sentimientos de envidia provocan sentimientos de culpa; generalmente se auto-reprueban y se revierten en la misma persona.
Estas personas se esconden haciendo críticas supuestamente positivas y con deseos de ayudar, también suelen descalificar a la persona que están envidiando. Es un sentimiento muy dañino cuando se presenta en el entorno familiar. Cuando un miembro de la familia quiere sobajar a otro miembro de la familia es normalmente porque busca que el otro sea como él o ella desea.
Existen factores en una sociedad como la nuestra que acentúan y hasta exaltan las características de la envidia, dado que si no es bien vista pero tampoco es reconocida; existen también otros elementos para poder coadyuvar al reconocimiento de la misma, tales como: la autocrítica, meditación y autoanálisis que ayudan a reconocer tus valores y disipar la envidia.
Además, la envidia provoca confortaciones con las personas. Así la envidia sentida en grado extremo puede llegar a enfermar a la persona que la está sintiendo.
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Niveles de envidia
Existen diferentes niveles de los sentimientos de envidia.
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Personas que la sienten levemente y logran controlar ese deseo de poseer o ser lo que tienen los demás.
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Personas que desean que la persona deje de tener lo que tiene el otro a toda costa.
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Personas que se apropian de los bienes de los demás que envidian provocando generalmente problemas familiares e incluso sociales que pueden incluso acabar en la cárcel.
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¿Qué hacer para superar la envidia?
La envidia no siempre es mala o no siempre es un factor negativo, porque esa misma nos puede ayudar a crecer si sabemos canalizarla.
Eso sí, lo primero que se requiere para manejar la envidia es reconocerla y analizar las razones por las cuales tienen este sentimiento. Es muy difícil reconocer el sentimiento de envidia, generalmente es en la terapia cuando reconocemos que detrás de la depresión están los sentimientos de envidia mal manejados.
Si una persona imita a otra ello es motivo de alerta, y podemos explorar si son sentimientos positivos o negativos que pueda ayudar a la persona envidiosa a superarse.
Para reconocer una persona envidiosa podemos tener en cuenta algunas señales de alerta básicas: los problemas por envidia surgen sobre todo en personas que no se alegran de nuestros éxitos y muestran mucha competitividad y competencia en lugar de compartir y disfrutar lo logrado.
Una de las maneras para manejar este fenómeno es focalizarse en el crecimiento personal en lugar de estar atento a lo que son y tienen los demás.
A veces la envidia puede ser un motor importante para empezar a crecer, pero aun así puede producir ansiedad, ira y sufrimiento.
Una baja autoestima, inseguridad y narcisismo mal entendido pueden provocar sentimientos de envidia y en lugar de esto podemos intentar estar agradecidos por lo que nosotros mismos hemos logrado.
Disfrutar de la vida en lugar de ver cómo disfrutan los demás es factor clave para el crecimiento y evitar los sentimientos de envidia. Es importante ser flexible y no tener un nivel de auto-exigencia y tolerancia a la frustración elevado.
Y en las redes sociales...
Facebook e Instagram ayudan de manera considerable a fomentar la envidia. Vemos cómo los amigos y hasta los desconocidos están progresando, divirtiéndose inclusive sin que nada de lo publicado sea verdad. Suelen mostrar cómo visten, cómo se peinan, qué compran, qué viajes hacen, propiciando la fantasía de que el otro se lo pasa mejor que uno mismo. Todos podemos sentir este sentimiento, y es por eso que los estudiosos en mercadotecnia logran mayor impacto publicitario al aprovechar el potencial de la envidia, y es también utilizada en política y en ventas.
La idealización es muy común en las redes sociales y tiene que ver con lo que queremos de nosotros mismos; pero creemos que no es posible lograrlo, y en consecuencia lo vemos y deseamos en el otro. Por eso es útil tratar de no compararse con los demás y aprender a valorar lo que tienes trabajando para ti y no para los demás.
La manera de manejar la envidia en las redes sociales es, en primer lugar, considerar que mucho de lo que vemos y leemos es utópico, y examinar la manera como nos afecta lo que estás viendo y leyendo, y de qué manera te está afectando en tu autoestima, para luego empezar a dejar de seguir a las que personas que te están despertando emociones negativas.
Regina Wohlmuth Abraham
Regina Wohlmuth Abraham
Doctorado
Sugiero acudir a psicoterapia si te sientes así para ayudarte a reconocer tus sentimientos y también a elevar tu autoestima, superando los sentimientos de inferioridad.