El deseo constante de comprar puede deberse a problemas emocionales u alteraciones psicológicas como el trastorno de ansiedad y depresión.
En general, lo que desea este tipo de comprador está relacionado con la imagen física, y esta clase de fenómenos van de la mano de sentimientos de soledad, tristeza y frustración.
El comprar de manera constante les produce a estas personas una felicidad momentánea, aun al comprar cosas que no necesitan; incluso llegan a endeudarse por ello, y sufriendo como consecuencia sentimientos de culpa.
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Comprendiendo la tendencia a comprar compulsivamente
Este trastorno es conocido como onitomanía; se caracteriza por una falta de control de los impulsos. Esta enfermedad es a veces considerada como una adicción cuando da lugar a compras que no son por necesidad.
Estas personas presentan dificultades de adaptación con la realidad, una baja tolerancia a la frustración y tienen una necesidad de gratificación inmediata para tener sensaciones intensas de placer por la novedad.
Esta adicción puede provocar serios conflictos con la pareja, con la familia e incluso en el trabajo. Puede acarrear la necesidad de endeudarse, de recurrir a decir mentiras o en algunas ocasiones a delinquir (por ejemplo, mediante los fraudes o robos) debido a la necesidad de tener dinero fácil y rápido para poder satisfacer el impulso a comprar y comprar.
Estas personas suelen gastar más de lo que tienen y también sufren de un vacío que creen que pueden mitigar comprando. Esta clase de experiencias pueden producir importantes sentimientos de culpa, y la autoestima poco a poco se verá desgastada.
Estas personas presentan dificultades de adaptación con la realidad, una baja tolerancia a la frustración y tienen una necesidad de gratificación inmediata para tener sensaciones intensas de placer por la novedad. Este patrón de conducta sirve también para evitar y evadir los conflictos en lugar de pedir ayuda.
Este descontrol acarrea graves consecuencias, ya que podemos decir que es una “adicción social” puesto que también busca llenar una necesidad de ser físicamente atractivo y competitivo. Puede provocar un aislamiento social, laboral y familiar.
Estas compras, al aliviar la tensión del sujeto y generar mucho placer en el momento, hace que la persona no se ponga a pensar que posteriormente los sentimientos de culpa por arrepentimiento y autorreproche son difíciles de manejar y tolerar, cayendo así en un círculo vicioso difícil de superar.
La dependencia a comprar y su incapacidad para valorarse a uno mismo afecta así a su autoestima. Puede provocar un aislamiento social, laboral y familiar. Al comprar, el individuo puede sentir vergüenza y sentirse obligado a destruir o esconder los objetos comprados.
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El contexto importa
Cabe mencionar también que en nuestra sociedad el consumo es central, pero en esta época de pandemia, las compras por Internet han facilitado el aumento de este tipo de adicción, ya que se facilita mucho la adquisición de variados objetos. El encierro ayudó a hacer múltiples compras para controlar la ansiedad y los sentimientos de soledad y los que están ligados a la depresión.
¿Qué se puede hacer?
Es importante ayudar a estas personas a establecer adecuadamente los límites. Por ejemplo, personas que en su infancia han vivido de manera muy “consentida” creciendo en un ambiente donde todos sus caprichos han sido atendidos de forma inmediata, terminan interiorizando este patrón de conducta y hasta lo ven normal y natural.
Para evitar ser una persona compradora compulsiva, debe evitar comprar en situaciones de depresión. Quizás hacer una lista de compras y seguirla al pie de la letra, valorando únicamente lo que necesita.
También es clave reconocer y valorar el presupuesto suficiente para cubrir solamente estas necesidades; es importante que estas personas empiecen a valorar lo que tienen.
Para evitar comprar compulsivamente es necesario aprender a no pensar mucho tiempo en la adquisición de objetos innecesarios. Una manera para evitar esta compulsión es planificar las compras, realizar un plan de cuándo y dónde hacerlo.
Por otro lado, es muy recomendable acudir a un especialista de la psicoterapia que ayude a la persona a entender y controlar los conflictos y las conductas negativas.
En terapia es posible ir adquiriendo estrategias de autocontrol y lograr y aprender a reducir las conductas que son dañinas y provocan ansiedad. El psicólogo también ayuda a identificar las causas que producen los impulsos de comprar cosas innecesarias y buscar otras alternativas que ayuden a contrarrestar esos factores.
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¿Cuándo y cómo podemos darnos cuenta de que tenemos esta adicción?
Un dato clave para reconocer esta alteración psicológica es cuándo se compran objetos que no se necesitan o se compran de manera excesiva que superan las posibilidades económicas.
También es importante tener en cuenta estas señales de alerta:
- Cuando me cae algo de dinero no puedo controlar el deseo de gastar todo o parte de este.
- Para mí comprar sirve para aliviar el estrés y angustia diaria y así calmarla.
- Existe un sentimiento interno inexplicable que empuja a ir de compras.
- Tengo una tendencia a responder a las ofertas y descuentos que se anuncian en redes sociales y publicidad en general.
- Soy una persona que derrocha.