A todas las personas nos sienta mal el hecho de sentirnos rechazados por los demás, sin embargo, hay personas a las que ese sentimiento les resulta más abrumador, por lo que tienen mayores dificultades para superarlo y salir adelante.
Cuando una persona sufre lo que ha sido denominado como disforia sensible al rechazo, suele experimentar sufrimiento cuando siente rechazo por parte de otras personas, ya sea este rechazo o pudiendo incluso ser imaginario en algunos casos. Por tanto, esa persona tiene una gran sensibilidad hacia las críticas o los juicios hacia su persona, así como también hacia el rechazo.
En este artículo explicaremos con más detalle en qué consiste la disforia sensible al rechazo y también expondremos algunos signos que podrían permitir detectar cuando una persona padece este tipo de disforia y además veremos con qué trastornos mentales suele estar asociada.
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¿Qué es la disforia sensible al rechazo?
Cuando una persona experimenta disforia sensible al rechazo posee una mayor sensibilidad hacia las críticas, la valoración y el rechazo por parte de otras personas, experiencias que todo el mundo ha experimentado en mayor o menor medida alguna vez en la vida.
Sin embargo, en los casos de disforia sensible al rechazo estas experiencias pueden llegar a sentirse como insoportables para la persona y, en muchas ocasiones, una mala experiencia a nivel social será el punto de partida para que la persona trabaje muy duro y de manera obsesiva en diversos aspectos de su vida con el fin de agradar a los demás (a nivel físico, académico, en la manera de vestir, a nivel laboral, etc.).
La disforia sensible al rechazo puede incluso propiciar que la persona esté continuamente alerta ante cualquier posible señal de desaprobación, crítica, rechazo o desagrado hacia su persona, de manera que en muchas ocasiones alguna acción que llegue a herir sus sentimientos podría provenir de un acto por parte de otra persona que ha sido malinterpretado y, en realidad, lo que cree que la otra persona ha hecho despectivamente, en realidad ha sido fruto de su imaginación.
Por lo tanto, estas malas interpretaciones podrían repercutir en sus relaciones, de manera que se produciría un rechazo, lo que podría denominarse como profecía autocumplida negativa.
Entre las causas asociadas a la disforia sensible al rechazo se encuentran las experiencias sociales negativas sufridas (p. ej., haber sufrido bullying, rechazo por parte de sus compañeros en el colegio, tener unos padres excesivamente críticos o rechazos sentimentales) y también se ha llegado a relacionar con una predisposición genética en el caso de haber antecedentes dentro de su familia.
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Diagnóstico de la disforia sensible al rechazo
En los manuales diagnósticos de trastornos mentales (DSM-5 y CIE-11) no se encuentran los criterios oficiales para poder diagnosticar la disforia sensible al rechazo. Sin embargo, este cuadro psicopatológico ha sido ampliamente reconocido entre los profesionales de la salud mental, además de haber numerosos estudios al respecto, por lo que es conveniente tenerlo presente.
La disforia sensible al rechazo comparte una serie de síntomas comunes con otros problemas de salud mental, de forma que antes de “diagnosticar” una disforia sensible al rechazo sería conveniente averiguar si los síntomas que padece la persona que se tiene delante se deben a otra afección de salud mental.
Para averiguar si se trata de una disforia sensible al rechazo, se podrían realizar una serie de preguntas, como por ejemplo, las que se muestran a continuación:
¿Qué es lo que sientes después de experimentar una crítica o el rechazo por parte de otros? ¿Alguna vez has experimentado un acto neutral por parte de otro como si fuera un rechazo? ¿Te preocupa demasiado fracasar en algún ámbito de tu vida? ¿Te han dicho en varias ocasiones que eres demasiado sensible? ¿Te preocupa ser juzgado por otras personas? ¿Te gusta complacer a otras personas? Del 1 al 10, ¿qué nota le pondrían a tu nivel de autoestima?
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Síntomas
Los síntomas que más se han asociado a los casos de disforia sensible al rechazo son los siguientes:
- Síntomas de ansiedad.
- Evitar situaciones que siente que podrían conducir a un rechazo hacia su persona.
- Ser muy perfeccionista en diversos ámbitos.
- Tendencia de actuar con el fin de agradar a los demás con el fin de ser socialmente aceptado.
- Creencia de que no está siendo aceptado y/o querido por otras personas.
- Tener la autoestima baja.
- Sesgos cognitivos negativos.
- Actos de impulsividad con sentimientos de ira ante situaciones de rechazo social
- Pensamientos rumiativos sobre experiencias sufridas de rechazo social.
- La disforia sensible al rechazo puede llegar a interferir significativamente en la vida de la persona.
- La disforia sensible al rechazo puede interferir de manera negativa en todas sus relaciones.
En los casos más graves, las personas con disforia sensible al rechazo pueden llegar a volverse muy temerosas ante la posibilidad de ser rechazadas, llegando al punto de aislarse socialmente con el fin de prevenir posibles futuros rechazos por parte de otras personas, lo que forma un círculo vicioso de debilitamiento de sus relaciones y un mayor aislamiento, de manera que sienta que está sufriendo un rechazo aún mayor.
Si bien es cierto que a todos nos sienta mal vivir cualquier tipo de experiencia social negativa o el rechazo por parte de otros, las personas con disforia sensible al rechazo además suelen ser más propensas a obsesionarse con cualquier experiencia social negativa, de manera que les cuesta más que a otras personas olvidarse y superar dicha experiencia.
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Trastornos mentales en los que es más común
Se ha relacionado la disforia sensible al rechazo con una amplia variedad de trastornos mentales, entre los que se encuentran los siguientes: los trastornos del estado de ánimo (depresión y trastorno bipolar), la fobia social, el trastorno esquizoide de la personalidad, el Trastorno de Estrés Postraumático (TEPT), el Trastorno Obsesivo-Compulsivo (TOC), el trastorno límite de la personalidad (TLP), los Trastornos del Espectro Autista (TEA) y el trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH), siendo estos dos últimos de los que más estudios hay con respecto a su relación con la disforia sensible al rechazo.
En un estudio realizado con personas con TDAH y otras con TEA se encontró una alta prevalencia de casos con disforia sensible al rechazo, quienes tenían una alta sensibilidad emocional.
También se observó que pueden llegar a tener dificultades para regular sus emociones y comunicarse, de manera que esto les lleva a tener una percepción de estar siendo rechazados por parte de otras personas, pudiendo dar lugar también a malas interpretaciones con respecto a actos de otras personas, pudiendo ser en ocasiones actos neutrales sin intención de ofender a nadie.
Además, esta alta sensibilidad al rechazo hace que quienes la sufren sean más propensas a padecer síntomas de depresión y ansiedad, así como de tener pensamientos de autolesión, por lo que convendría tener especial cuidado en terapia cuando se encuentren casos de disforia sensible al rechazo, incidiendo especialmente en el tratamiento de los síntomas asociados.
Por otro lado, cabe destacar que cualquier persona podría llegar a padecer disforia sensible al rechazo sin que tenga ningún trastorno mental.
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Disforia sensible al rechazo en personas con TDAH
En una estudio realizado con 1235 jóvenes alemanes se midieron la sensibilidad a la justicia, la autoestima, los problemas de conducta, los síntomas del TDAH y la disforia sensible al rechazo.
Los resultados mostraron una alta relación entre la disforia sensible al rechazo y los síntomas del TDAH, lo que dio pie a la elaboración de una hipótesis acerca de la contribución de la disforia sensible al rechazo y la sensibilidad a la justicia en la aparición y también en el mantenimiento de los problemas comúnmente relacionados con los síntomas del TDAH. Por lo tanto, sería conveniente tener en cuenta la disforia sensible al rechazo en las sesiones de terapia psicológica con personas con TDAH.
Estudios al respecto han encontrado que los síntomas del TDAH podrían empeorar el sufrimiento de la disforia sensible al rechazo y de esta forma intensifican el sentimiento de estar sufriendo rechazo.
Asimismo, dichos estudios encontraron que más del 60% de las personas con TDAH informaron tener síntomas relacionados con la disforia sensible al rechazo (por ejemplo, sufrir emociones negativas desmedidas que no podían controlar); mientras que en las personas sin TDAH se encontraron síntomas de disforia sensible al rechazo en un 15% de los casos.
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Tratamiento
En los casos de comorbilidad entre TDAH y disforia sensible al rechazo, el tratamiento más utilizado dentro del sistema nacional de salud suele ser la medicación, que suele usarse para tratar los síntomas centrales del TDAH. Además de la medicación, suele utilizarse la psicoterapia y la recomendación de cambios en el estilo de vida con el fin de instaurar una serie de hábitos saludables en la vida del paciente.
La terapia cognitivo-conductual (TCC) es la que posee un mayor número de estudios que hayan demostrado su eficacia en estos casos, teniendo los psicólogos que emplean este modelo en terapia el objetivo de ayudar al paciente a identificar esos patrones destructivos o ineficaces en su comportamiento y en sus pensamientos, así como también se encargan de enseñar y entrenar con el paciente una serie de técnicas efectivas con el fin de manejar el rechazo, situaciones de estrés y otros problemas asociados.
La TCC puede resultar eficaz para ayudar a las personas con disforia sensible al rechazo a reconocer esas emociones negativas que tanto malestar llegan a causar en su vida, aprendiendo a detectar si pudieran ser desmedidas y también a procesar las emociones negativas de forma saludable.
