La trayectoria de aprendizaje necesaria para dedicarse a la psicoterapia no siempre está clara. Dependiendo del lugar de residencia de cada uno, de la regulación en el ejercicio de la Psicología de cada país, y de las motivaciones y necesidades que nos mueven, hay que encontrar una manera de adentrarse en ese ámbito profesional acudiendo a los centros de formación que más coincidan con lo que queramos hacer.
No es solo cuestión de estudiar mucho y bien; además, hay que dar con una institución de formación que dé la talla en cuanto a lo que requerimos para llegar a ser los psicólogos en los que queremos convertirnos. Así pues… ¿dónde formarse como terapeuta?
En este artículo veremos varios consejos acerca de cómo elegir los centros en los que formarse para ser psicoterapeutas, y el modo en el que podemos estimar su calidad.
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Dónde formarse como terapeuta: cómo elegir dónde estudiar
Formarse para ejercer en psicoterapia no es sencillo, especialmente teniendo en cuenta la gran variedad de conocimientos y habilidades que se necesitan para trabajar en este ámbito de la salud. El tipo de entrenamiento requerido para intervenir psicológicamente en pacientes debe cubrir amplias facetas de la conducta humana y los procesos mentales implicados en ellas, algo que difícilmente puede ser conseguido sin la orientación y supervisión de expertos en el tema.
Por otro lado, es justamente el hecho de que hay un amplio abanico de conocimientos a aprende lo que hace que muchos estudiantes se sientan perdidos a la hora de proponerse progresar en su carrera formativa. A fin de cuentas, entre tantas áreas temáticas resulta complicado hallar una línea a seguir para ir interiorizando secuencialmente materias que nos ayuden a entender el funcionamiento de la terapia psicológica, estableciendo los nuevos conocimientos sobre aquellos que ya hemos hecho nuestros.
Afortunadamente, y aunque para llegar a dedicarse a la psicoterapia es necesario adaptar la línea de estudios a los intereses únicos que nos definen como individuos, en líneas generales en posible encontrar una serie de criterios que nos pueden guiar a la hora de tomar decisiones sobre dónde estudiar para llegar a ser psicólogo. Estos criterios fundamentales son los siguientes.
1. Comprueba la claridad del temario ofrecido
Si un centro de formación no ofrece un resumen de los contenidos que van a ser tratados a lo largo de sus cursos, eso debería ser una primera señal de alerta. La transparencia en cuanto al tipo de materias que se impartirán en las clases es algo fundamental, y en lo que nos deberemos apoyar para saber si esa opción se adapta a nuestras necesidades.
2. Asegúrate de que ofrecen prácticas de calidad
Es imprescindible no limitarse a aprender en lo relativo a la teoría. En algo tan cambiante y flexible como la conducta humana, se necesita mucho más que el conocimiento obtenido en los libros: hay que acostumbrarse a llevar a cabo casos prácticos que pongan a prueba nuestras habilidades n tiempo real, en contextos lo más realistas posibles y lo más parecidos al día a día profesional que permita el contexto formativo.
Hay centros que ofrecen prácticas derivando a los estudiantes a otras organizaciones en los que los alumnos pueden practicar casos de intervención psicológica sobre pacientes. Sin embargo, en este aspecto son aún mejores los centros que permiten realizar prácticas sin necesidad de acudir a otro centro; es decir, con pacientes del propio lugar en el que se está aprendiendo constantemente. De este modo, tanto la teoría como la práctica quedan mejor integradas, y es posible una mejor correspondencia entre lo que se explica y se debate en las aulas y lo que se ve en los casos tratados con pacientes de verdad.
Un ejemplo de ello es el Máster Universitario en Psicoterapia Integradora del Instituto Mensalus (Barcelona), en el que se ofrecen tanto prácticas con pacientes del propio centro como clases e observación en los que psicoterapeutas atienden a estas personas que acuden a consulta, estando los alumnos situados tras un cristal que los oculta (a pesar de que el paciente sabe que está siendo observado).
En estos casos, se combinan varios tipos de aprendizaje que tienen que ver con la resolución de problemas en tiempo real: uno de ellos situando a los estudiantes en el centro de la acción, y el otro dejándoles un espacio apara realizar consultas acerca de lo que están viendo.
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3. Presta atención a los paradigmas de los que se parte
Los centros de formación a los que acudas deben partir de una concepción claramente científica de lo que es la psicología. Eso significa que es necesario que basen sus enseñanzas en investigaciones bien construidas con la pretensión de crear conocimientos aplicables a muchos contextos y de probar hechos falsables y fáciles de poner a prueba desde otros equipos de investigación.
En este sentido, es importante que el grueso de los contenidos a aprender se fundamenten en el paradigma cognitivo-conductual, que es el que cuenta con más evidencias de eficacia.
4. Revisa sus opciones de atención al estudiante
Es muy frecuente que a lo largo de un curso aparezcan incidencias, dudas o pequeños problemas relacionados con la disponibilidad para asistir a alguna clase, con el sistema de puntación o con la necesidad de contactar a los profesores para responder a preguntas importantes.
Por ello, es clave informarse sobre el tipo de orientación a los estudiantes que ofrecen los centros, especialmente a través de Internet.
5. Comprueba sus opciones de compatibilidad de horarios
Especialmente en los estudios de posgrado, es bueno valorar la posibilidad de cursar esos estudios sin que los horarios se solapen con otras cosas, de un modo que se adapte al resto de responsabilidades que los estudiantes de este perfil suelen tener. Por ejemplo, si para asistir a clase hay que ir a clase a horas muy separadas entre sí invirtiendo casi todo el día en dedicar tres horas de clase, eso posiblemente nos desgastará y nos mantendrá lejos de la resolución de otras necesidades.
6. Presta atención al tipo de terapia en el que se forma
No te dejes llevar por lo que hacen los demás: si te interesa un tipo específico de intervención terapéutica, que no te dé miedo elegir un centro en el que se ponga más énfasis en esa clase de formación. Eso sí, valora los riesgos de aprender solo acerca de un tipo de terapia, teniendo en cuenta el contexto en el que planeas trabajar y la cantidad de competencia que va a haber. Lo ideal es no perder una perspectiva general de la psicoterapia aplicada a una cierta variedad de alteraciones de la salud, aunque se ponga el foco en dos o tres problemáticas específicas.
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