Cuando la gente piensa en un grupo vulnerable, se les viene a la mente las personas de la tercera edad, migrantes, gente con enfermedades mentales, comunidad LGBT, etc. Son los colectivos más conocidos y también los que cuentan con mayores redes de apoyo. Pero ¿qué pasa con los indigentes? El hecho de que haya personas sin un hogar y sin dinero para cubrir la canasta básica es un problema social grande a nivel internacional, aunque algunos países lo han sabido manejar mejor que otros.
Este grupo tiene diversas vulnerabilidades, y desafortunadamente la mayor es la invisibilidad. Existen investigaciones del tema pero desde la perspectiva negativa del impacto que tienen en el país, pero no de las consecuencias psicológicas de no tener un techo al formar parte de la indigencia, ni de los riesgos de salud que tienen, ni de su alta probabilidad de desarrollar algún desorden mental. De ello hablaremos brevemente en las próximas líneas.
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Causas de la indigencia
La principales causas de la indigencia se pueden dividir en dos grupos: personales y sociales, si bien ambos están relacionados y en última instancia los determinantes son los sociales, mientras que los personales se relacionan con el riesgo de caer en la indigencia en términos estadísticos.
Personales
Por un lado, tenemos los determinantes neurobiológicos: propensión a psicopatologías y que éstas no sean tratadas adecuadamente, y también la ansiedad y niveles elevados de estrés en individuos sin redes de apoyo. Por el otro, las experiencias traumáticas, vivencias de la niñez, abuso sexual o físico, conflictos o violencia intrafamiliar, abuso de sustancias, aumentan el riesgo de caer en esta situación.
Sociales
La exclusión social por pertenecer a algún grupo minoritario, vulnerable, o discriminado por raza, religión, preferencias, es un factor muy ligado a la indigencia. Por otro lado, también es muy relevante la economía: vivir con bajos ingresos, la inestabilidad, y la mala planeación familiar a causa de la escasez de recursos.
Si bien no son los únicos elementos que contribuyen a que una persona se vuelva indigente, son factores de riesgo que si no se tienen las redes de apoyo adecuadas o el tratamiento necesario para ciertas enfermedades o psicopatologías, pueden terminar en esta situación.
El impacto psicológico de la indigencia
Como grupo vulnerable está compuesto por personas que pertenecen a otras maneras de clasificar a los miembros de la sociedad: gente de la tercera edad, personas con problemas de alcoholismo o de drogadicción, inmigrantes, personas con discapacidad (tanto física como intelectual), entre otros. Las principales vulnerabilidades, que al mismo tiempo se vuelven consecuencias de este fenómeno social, son las siguientes.
1. Invisibilidad
La mayor parte de la sociedad no muestra interés por los indigentes en la mayoría de los países. Son vistos, pero no tomados en cuenta.
2. Propensión a presentar síntomas o desarrollar alguna enfermedad mental
El hecho de no tener un techo altera sus capacidades mentales, hasta el punto de desarrollar patologías. Las más comunes dentro de este grupo son la depresión y la esquizofrenia, además del alcoholismo.
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3. Propensión a contraer una enfermedad
Los indigentes están expuestos a cualquier virus o bacteria y a temperaturas extremosas sin posibilidad de prevenir enfermedades a causa de estos agentes o situaciones.
4. Riesgo elevado de encarcelamiento
El hecho de no tener un techo provoca que los indigentes estén en riesgo de ser aprehendidos por cuerpos policiales al realizar todas sus actividades en zonas públicas, estando algunas de ellas prohibidas.
5. Propensión a uso y abuso de sustancias
Al no tener dinero para una comida digna, muchos optan por consumir sustancias tóxicas para mantenerse sin hambre o en un estado de “bienestar” aunque la situación demande lo contrario.
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6. Desempleo y oportunidades limitadas para conseguir uno
La ventana de oportunidad de conseguir un empleo se ve drásticamente reducida.
7. Falta de educación formal y ausentismo escolar
El que los padres de familia estén en situación de calle, se relaciona con una situación de vulnerabilidad de sus hijos, por falta de acceso a una educación formal.
8. Riesgo de accidentes y de muerte prematura
El hecho de estar expuestos a enfermedades, hace que su posibildiad de muerte prematura aumente. Además, al no estar protegidos, no tener sentido de orientación, estar alcoholizados, drogados o presentar alguna enfermedad mental se eleva el riesgo de tener un accidente.
¿Qué hacer para ayudar a estas personas?
La labor de los psicólogos, trabajadores sociales y personas interesadas es realmente llegar hasta este grupo, detectar necesidades, proponer estrategias e implementar planes de acciones que hagan que puedan retomar una vida digna, consigan un trabajo y, en caso de tener alguna enfermedad ya sea física o mental, puedan ser tratados. El hecho de que una persona esté en situación de calle no significa que se tenga que modificar su estatus ante la sociedad; sigue teniendo los mismos derechos, y puede llevar una vida digna con todo lo que esto implica.