La ansiedad es una reacción normal y adaptativa que se experimenta en situaciones en las que el individuo se siente amenazado o en peligro (real o imaginario). Se puede entender como un mecanismo de defensa que alerta a la persona de que existe un peligro inminente, y prepara al individuo física y psicológicamente para hacer frente o huir de la amenaza. Así, cierto grado de ansiedad es incluso deseable para el manejo normal de las exigencias del día a día. Tan sólo cuando la intensidad es excesiva y desproporcionada respecto a la amenaza se convierte en patológica.
En los Trastornos de Ansiedad habitualmente no existe un estímulo desencadenante real, sino que es la propia mente del individuo la que evoca un pensamiento o imagen de forma inconsciente que le resulta amenazante, provocando la puesta en marcha del cuadro sintomático de la ansiedad.
Además, es frecuente encontrar testimonios de pacientes que afirman que estos pensamientos se dan normalmente tras un suceso estresante, justo cuando la persona se encontraba relajada. ¿Por qué ocurre esto?
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¿Qué pensamientos se relacionan con los Trastornos de Ansiedad?
Cuando la persona se ve inmersa en una situación que requiere de toda su atención, la mayoría de los miedos quedan en un segundo plano, pues la persona no tiene tiempo apenas para plantearse nada. Es una cuestión de prioridades. Sin embargo, cuando la situación estresante ya ha pasado y la persona se queda tranquila es normal que los pensamientos que han sido evitados temporalmente reaparezcan de forma abrupta e inesperada.
Para Rodolfo De Porras De Abreu, psicólogo y gerente de Psicólogos Málaga PsicoAbreu, la ansiedad está relacionada con la sensación de “no llevar las riendas de tu vida”. A menudo las personas con ansiedad sienten que no llevan el control sobre sus emociones, su cuerpo, sus relaciones, su trabajo, su vida. Llevar las riendas no se trata de controlarlo todo, sino de decidir qué es lo que queremos y lo que no. Es habitual encontrar en las terapias de ansiedad con pacientes que han dedicado su vida a hacer felices a los que tienen a su alrededor, pero se han olvidado de ellos mismos. De ahí la importancia de pensar en uno mismo y decidir qué tipo de vida quiere vivir.
Relacionado con ello, la psicóloga del gabinete Maribel Del Río afirma que la ansiedad también se puede traducir como un “exceso de futuro”. Las personas con ansiedad habitualmente se hacen preguntas ¿Y si …? Desean tenerlo todo controlado, piensan que de este modo no tendrán motivos para preocuparse, pues tendrán una solución ya elegida para cada ‘posible’ problema.
Sin embargo... ¿cuándo sale todo acorde a lo planeado? Nunca. Además, el coste psicológico de estar constantemente planteándonos posibles problemas para los que estar preparados hace que no podamos disfrutar nunca del presente y sentir que nuestra mente va más rápida que nuestro cuerpo.
¿Qué diferencia la ansiedad normal de la patológica?
Las características de la ansiedad normal son las siguientes.
- La intensidad y duración del episodio y sus síntomas es proporcional al estímulo que lo ha provocado.
- La atención del individuo se centra en las posibles soluciones para afrontar el peligro.
- Aumento de la eficacia, rendimiento y aprendizaje.
A continuación veremos un ejemplo:
En un atraco la víctima puede sentir como su mente se acelera para decidir la mejor forma de pedir ayuda, cómo hacerlo, si debe atacar al agresor o simplemente huir. Mientras a nivel psicológico la mente está calculando las diferentes soluciones, a nivel físico y conductual la persona se prepara para hacer frente al problema. Curiosamente en estos casos, los síntomas físicos a pesar de ser los mismos que en los Trastornos de Ansiedad, no preocupan a la persona, pues está relacionado y es proporcional al suceso externo.
Por otro lado, las características de la ansiedad patológica son las siguientes.
- Puede no existir un estímulo o pensamiento consciente que lo desencadene.
- La intensidad y duración del episodio y sus síntomas es desproporcionado en relación al peligro real.
- La atención de la persona se centra en los síntomas físicos al no entender el motivo.
- La persona habitualmente se bloquea y empeora su rendimiento.
Un ejemplo de ansiedad patológica puede ser el siguiente:
En una charla en público algunas personas sienten mareos, taquicardias, temblores, fallos en la respiración, hormigueos, sensación de desmayo o tener pensamientos como el de quedarse bloqueados a mitad del discurso. En este caso particular, no existe ningún peligro real, la intensidad de los síntomas es excesiva y la persona puede llegar a bloquearse por el propio miedo, aumentando su sentimiento de indefensión y fortaleciendo el círculo patológico. En estos casos los síntomas físicos suelen preocupar a la persona que los padece, pues siente que no son proporcionales a la amenaza.
Síntomas de la ansiedad
La ansiedad provoca síntomas a nivel físico, psicológico y conductual. Los psicólogos del equipo PsicoAbreu afirman que síntomas físicos son los que provocan mayor preocupación y consultas psicológicas. Entre los más habituales se encuentran la sensación de ahogo, presión en el pecho o nudo en el estómago, taquicardia, mareos o sensación de desmayo, vómitos, pérdida o exceso de apetito, sudores fríos, hormigueos y entumecimiento de algunas partes del cuerpo, problemas en el sueño, etc.
Entre los síntomas psicológicos más frecuentes destacan el miedo a perder el control, miedo a tener un infarto o morir a causa de los síntomas, despersonalización, desrealización, dificultades en la atención, concentración y memoria, pensamientos catastrofistas.
Por último, en los síntomas conductuales las personas suelen evitar los lugares concurridos, salir solos, evitar determinadas situaciones, realizar comprobaciones para sentir que todo está en orden, etc.
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Tipos de Trastornos de Ansiedad
Las diferentes formas que puede adoptar un Trastorno de Ansiedad son las siguientes.
1. Trastorno de Pánico
Es un trastorno psicológico en el que una persona tiene episodios de intenso miedo que se acompañan de síntomas como dolor en el pecho, sensación de ahogo, taquicardia, mareos, problemas gastrointestinales, etc. que ocurren de forma repentina, durando desde unos minutos hasta algunas horas. Como consecuencia de todo ello la persona acaba desarrollando un ‘miedo al miedo’, es decir, miedo a volver a sentir la angustia generada durante una de estas crisis, lo que paradójicamente puede llegar a desencadenar una nueva crisis de angustia.
2. Agorafobia
Habitualmente se ha relacionado con el temor a estar en espacios abiertos. Sin embargo, lo que la persona realmente teme es tener un ataque de pánico y que le resulte difícil o embarazoso escapar del lugar. Las personas que la sufren suelen evitar lugares como centros comerciales, transportes públicos y en casos graves, la persona puede llegar incluso a tener miedo a salir solo de casa.
3. Ansiedad generalizada (TAG)
Las personas con este trastorno se sienten excesivamente preocupados por todo lo que le rodea, sean cuestiones importantes o no. Siempre se ponen en lo peor y sufren constantemente. Aunque son capaces de reconocer de que se preocupan demasiado, no pueden controlarlo.
4. Fobias específicas
La persona siente un miedo irracional y excesivo ante un estímulo, lugar o situación, por lo que acaba evitándolas. Las fobias más habituales son a los animales, la oscuridad, a la sangre, las tormentas, alturas, espacios cerrados, etc.
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5. Fobia social
La persona siente un miedo intenso y persistente de ser juzgado negativamente por otras personas o hacer cosas que le hagan sentir avergonzadas. A menudo se suele confundir la fobia social con la timidez. Sin embargo, en la persona tímida es capaz de relacionarse y participar en actos sociales, mientras que quién padece de fobia social tiene un miedo tan intenso que impide participar de ningún modo en público.
6. Trastorno Obsesivo Compulsivo (TOC)
Este trastorno se caracteriza por la realización de rituales o conductas extrañas con el objetivo de calmar la ansiedad surgida por un pensamiento premonitorio. Las obsesiones hacen referencia a los pensamientos, ideas o imágenes intrusivas, que provocan preocupación y ansiedad y que aparecen una y otra vez en la mente. Las compulsiones son las acciones que se llevan a cabo para reducir la ansiedad que provocan las obsesiones.
7. Trastorno de Estrés Postraumático
En el TEP la persona experimenta los síntomas de ansiedad a raíz de un trauma psicológico como la muerte de un familiar, accidente, robos, etc.
El tratamiento
El equipo de psicólogos de los gabinetes de Psicología Psicólogos Málaga PsicoAbreu está especializado en el tratamiento psicológico eficaz de los Trastornos de Ansiedad. Esta terapia pretende por un lado aliviar sintomatología ansiógena y por otro, proporcionar herramientas para el manejo y modificación de factores emocionales, de pensamiento y de la conducta que mantienen los altos niveles de ansiedad y sus consecuencias.