La epilepsia es una enfermedad conocida desde la antigüedad. Convulsiones, mordeduras de lengua, caídas, salivación excesiva, pérdida del control de los esfínteres… son síntomas que una gran parte de los afectados conoce. También sabemos que existen epilepsias de diferentes tipos, como por ejemplo las crisis en las que se producen ausencia mental sin que el afectado llegue a convulsionar.
Generalmente nos imaginamos que las crisis aparecen durante el día, en momentos en que el sujeto está activo. Sin embargo, en ocasiones los brotes epilépticos también ocurren durante la noche. Estamos hablando de la epilepsia nocturna.
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¿Qué sucede en la epilepsia?
La epilepsia es un trastorno de origen neurológico en el que el individuo que lo padece sufre crisis nerviosas en las que pierde el control de su cuerpo o de partes de este debido a una hiperactivación de parte de diferentes grupos neuronales.
Si bien puede verse afectado por estímulos externos como la luz y el estrés, el problema es provocado principalmente por la presencia de grupos neuronales que por alguna razón más o menos desconocida (aunque en ocasiones el inicio de los síntomas se remonta a una agresión, traumatismo o tumor) se encuentran hipersensibilizados, lo que que se activan de forma anómala y ello provoque la generación de síntomas.
Como hemos dicho, aunque no aparece en todos los casos y tipos de epilepsia el síntoma más característico es la presencia de convulsiones. Estas son sacudidas bruscas e incontroladas generadas por la contracción y distensión repentinas e involuntarias de uno o varios grupos musculares, y que tienden a repetirse con cierta frecuencia. Otro de los síntomas habituales es la alteración del estado de conciencia, el cual suele ser común a todos o casi todos los tipos de epilepsia (sea como pérdida completa de conciencia, obnubilación o ausencia). Además de ellos pueden aparecer incontinencia, mutismo, inmovilidad, mordeduras y lesiones o salivación en forma de espumarajos.
El tipo de síntomas en concreto variará según el tipo de epilepsia, la zona o zonas cerebrales que se activen y el nivel de generalización de las crisis. Y es que existen diferentes tipo de epilepsias. Una de ellas resulta especial dado que se produce durante el sueño.
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La epilepsia nocturna
La epilepsia nocturna es un tipo de epilepsia que se caracteriza por aparecer principalmente durante los periodos típicos de sueño del individuo afectado. Es frecuente que aparezcan una o varias crisis de duración muy breve, las cuales pueden o no despertar al sujeto. En realidad casi todos los tipos de epilepsia podrían llegar a darse durante la noche, pero las consideradas como epilepsia nocturna son aquellas en las que todas o la mayoría de las crisis suceden en durante el periodo de sueño o el paso a dormirse/despertarse.
En las crisis de epilepsia nocturna suelen darse convulsiones que dan lugar a movimientos bruscos de las extremidades, a veces contorsionandose. La aparición de gritos y gemidos acompañando al episodio no es infrecuente. Asimismo al producirse durante el sueño las alteraciones la cantidad y calidad del sueño de los afectados disminuye en gran medida, siendo frecuente que existan diversos despertares durante la noche o que se despierten con la sensación de no haber dormido de forma reparadora. Por ello es habitual que los sujetes con este tipo de problema presenten hipersomnia diurna.
Los episodios de epilepsia nocturna suelen ser bruscos, y tienden a no dejar síntomas posteriores a la crisis como confusión o migraña. En ocasiones, en la epilepsia nocturna también pueden observarse auras o síntomas previos al brote, como la presencia de hormigueos, dificultades respiratorias, vértigo o alucinaciones.
La epilepsia nocturna no es frecuente. A nivel epidemiológico resulta mucho más común en niños y adolescentes, si bien puede aparecer a cualquier edad. En este sentido existe la tendencia a que según van creciendo el número y la gravedad de las crisis sean menores, si bien sin tratamiento es improbable que la epilepsia nocturna llegue a remitir.
Otro punto relevante y a tener en cuenta es que a menudo la epilepsia nocturna tarda en diagnosticarse. Y es que al aparecer las crisis durante el sueño es posible que incluso el afectado pueda no llegar a ser consciente de la presentación de dichos síntomas. En ocasiones incluso se atribuyen dichos síntomas a otras alteraciones, como al sonambulismo o a los terrores nocturnos.
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¿Por qué se produce?
Al igual que ocurre con la epilepsia en general, las causas de la epilepsia nocturna siguen sin estar del todo claras. Como en todos los tipos de epilepsia se atribuye a la presencia de hipersensibilidad en algunas áreas cerebrales que provocan descargas anormales, pero la razón de dicha sensibilidad sigue siendo una incógnita en la mayoría de los casos.
En la epilepsia nocturna las crisis se suceden durante periodos de sueño o adormecimiento, cosa que nos hace ver que las descargas se producen en un momento en que la actividad cerebral va cambiando entre los distintos ciclos del sueño. Recordemos que el sueño posee diferentes fases que se van repitiendo en varios ciclos durante la noche o el tiempo que dormimos, y en cada una de ellas la actividad cerebral va variando y produciendo diferentes tipos de onda. Los ataques con mucho más frecuentes durante el sueño no REM, aunque en ocasiones también suceden en el sueño REM.
Las zonas que producen la descarga pueden variar en gran medida, aunque la epilepsia nocturna más frecuente suele generarse en el lóbulo frontal.
Dos de los ejemplos más conocidos
Aunque hemos estado hablado de la epilepsia nocturna como un único trastorno, lo cierto es que pueden encontrarse diferentes subtipos de epilepsia en los que las crisis suceden durante la noche.
Epilepsia rolándica
Este tipo de epilepsia originada generalmente en fisura de Rolando se caracteriza por la presencia de crisis motoras de tipo parcial. El paciente suele levantarse y generar sonidos corporales diversos. Las alteraciones motoras suelen concentrarse en la zona de la cara.
Las crisis en sí aparecen en el momento de despertarse o durante la noche, mayoritariamente. Es frecuente que el niño esté consciente per no sea capaz de hablar. En estos casos es común que experimenten pánico ante la falta de control del propio cuerpo.
Epilepsia frontal nocturna autosómica dominante
Se trata de uno de los pocos tipos de epilepsia para el que se ha encontrado un correlato genético, concretamente la presencia de mutaciones en el gen CHRNA4. Es frecuente que en este caso las crisis provoquen convulsiones de tronco y extremidades.
Tratamiento
El principal tratamiento que se aplica en los casos de epilepsia nocturna suele ser el uso de fármacos anticonvulsivos como la carbamazepina, el valproato, la gabapentina o la oxcarbazepina.
También puede plantearse la utilización de la cirugía o la estimulación del nervio vago mediante mecanismos implantados quirúrgicamente, si bien estos procedimientos pueden resultar más arriesgados.
Referencias bibliográficas:
- Carney, P.R. & Greyer, J.D. (2005). Clinical Sleep Disorders. Philadelphia: Lippincott, Williams, and Wilkins.
- Santín, J. (2013). Sueño y epilepsia. Revista médica Clínica Las Condes, 24 (3); 480-485.
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