Cuando de fobias se trata, hay que tener en cuenta que todas ellas representan un miedo irracional hacia estímulos determinados. La fonofobia es el miedo irracional hacia algunos sonidos específicos.
En este artículo veremos cuáles son los síntomas, las causas y los tratamientos en los casos de fonofobia, así como otras patologías relacionadas.
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¿Qué es la fonofobia?
Tal y como hemos visto, la fonofobia es el tipo de fobia basado en determinados sonidos. Estos sonidos no tienen que ser necesariamente fuertes. Basta con que la persona alcance a oírlos para que se produzca una reacción de desagrado desproporcionada en el sujeto con este trastorno mental.
El sonido de los cubiertos, el sorbido del café o de la sopa, el goteo de algún líquido, son ruidos que para el paciente con este trastorno pueden resultar particularmente desagradables e incluso intolerables.
Síntomas
Los síntomas de la fonofobia son subjetivos, es decir, que dependen solo de las sensaciones de cada paciente. Durante el relato del sujeto, en el momento de la entrevista, el terapeuta se dará cuenta de hasta qué punto es intensa su alteración. Luego, aplicando las pruebas necesarias, se obtiene una impresión diagnóstica.
Algunos de los síntomas más comunes en la fonofobia son los siguientes:
- Sensación de desagrado a sonidos específicos.
- Enojo irracional ante sonidos específicos.
- Irritabilidad ante sonidos específicos.
- Ansiedad.
- Dolor de cabeza.
- Estrés.
- Taquicardia
- Aumento de la sudoración, sobre todo en manos.
- Evitación de lugares ruidosos y concurridos.
Suele suceder que estos síntomas persisten incluso después de que la persona se haya alejado del sonido que le presenta el malestar, debido a que el recuerdo de dicho ruido permanece en la memoria del sujeto durante algunos minutos.
Causas
A día de hoy, aún no hay alguna explicación certera de por qué algunos sujetos presentan este trastorno. Está relacionado con una hipersensibilidad en las vías auditivas, pero lo complejo del asunto radica en que los sonidos que provocan el malestar son asociados a emociones negativas.
Una experiencia negativa que haya tenido la persona en el pasado (trauma) podría generar la fonofobia; al asociar un sonido específico con el suceso traumático del pasado, ocurre el malestar. En este caso la patología primaria sería el Trastorno de Estrés Postraumático, que estaría ocasionando los síntomas de la fonofobia como enfermedad de fondo (comorbilidad). Sin embargo, no siempre sucede así. Existen casos donde la fonofobia no está asociada a ningún trauma conocido y la relación del sonido con las emociones negativas es irracional.
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Diagnóstico diferencial
Existen más trastornos que están asociados a esta patología, de los cuales es importante tener conocimiento para poder distinguir correctamente cuándo se trata de cada uno de ellos. La hipercusia y la misofonia son dos trastornos que presentan mucha similitud con la fonofobia. Veamos sus diferencias.
En los casos de hipercusia, se presenta un patrón de miedo hacia los ruidos fuertes. Las personas que la presentan viven con un alto nivel de ansiedad debido a que están constantemente evitando situaciones donde los sonidos puedan ser elevados y repentinos.
Por ejemplo un paciente con hipercusia antes de encender la radio se aseguraría de bajar el volumen al mínimo, para luego ir aumentando gradualmente y de esta manera evitar exponerse al ruido de manera repentina.
Esta alteración mental puede tener causas orgánicas, como por ejemplo, alguna alteración en estructuras del oído que afecte la forma en que la persona percibe los sonidos. Es importante descartar esa posibilidad refiriendo al paciente con un otorrinolaringólogo.
En el caso de la misofonia, lo que ocurre es que el sujeto experimenta malestar con ruidos que no son necesariamente elevados. Al igual que con la fonofobia, la ansiedad puede provenir de un sonido trivial, independientemente del volumen que presente.
La diferencia entre la misofonia y la fonofobia es la intensidad en la que el sonido irrita a la persona. En los casos de fonofobia el paciente es casi incapaz de tolerar el sonido molesto, mientras que la misofonia es más leve y el individuo presenta mayor control sobre sí mismo.
Los trastornos de fonofobia y misofonia no presentan alteraciones orgánicas en los pacientes, estos son de origen netamente psicológico.
Tratamiento: terapias efectivas
A veces, la fonofobia como alteración mental no es tomada en serio; suelen restarles importancia en vista de que no forma parte de las enfermedades comunes con causas muy conocidas. Pero la realidad es que afecta significativamente la calidad de vida de quienes las padecen.
Ahora veremos cuáles son las terapias más empleadas y que han mostrado tener una efectividad significativa en el caso de este tipo de fobias.
1. Terapia cognitivo-conductual
Este método consiste en sesiones de terapia conversacional, donde el terapeuta confronta los pensamientos irracionales del paciente mediante un proceso de mayéutica, provocando que los sentimientos negativos dejen de estar asociados al sonido que genera malestar. También se complementa con técnicas de fundamentación conductual como la desensibilización sistemática.
2. Terapia de exposición grupal
En esta terapia el paciente es sometido gradualmente a la exposición de sonidos, acompañado de otros sujetos que presentan su misma situación. Este método busca hacer que la respuesta de malestar desaparezca.
Una vez que los sujetos comprenden que el sonido no representa un peligro real para su persona. el nivel de estrés debería disminuir.
3. Técnicas de relajación
Las técnicas de relación son diversas e incluyen ejercicios de respiración, visualización guiada, y relajación muscular progresiva. Estas técnicas ayudan a que los pacientes controlen sus emociones, sobre todo aquellas que son negativas y están relacionadas con los sonidos.
Las técnicas de relajación pueden implementarse en conjunto con alguna de las terapias anteriores.
Referencias bibliográficas:
- Cavallo, V. (1998). International Handbook of Cognitive and Behavioural Treatments for Psychological Disorders. Pergamon.
- LeBeau R.T., Glenn D., Liao B., Wittchen H.U., Beesdo-Baum K., Ollendick T., Craske M.G. (2010). "Specific phobia: a review of DSM-IV specific phobia and preliminary recommendations for DSM-V". Depress Anxiety. 27 (2): 148–67.
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