El miedo a las alturas es un fenómeno psicológico que, en la mayoría de los casos, es útil. Gracias a él evitamos ponernos en situaciones de peligro que impliquen estar al borde de un precipicio. D este modo, sin la necesidad de pararnos a reflexionar si es buena idea pararnos en un balcón sin barandilla o al lado de un barranco muy hondo, simplemente obedecemos al sentimiento de miedo y reducimos mucho nuestras probabilidades de morir.
Sin embargo, en algunos casos el miedo a las alturas llega a ser tan intenso que se manifiesta con fuerza en contextos en los que no existe un peligro real de morir o de recibir heridas por una caída. En estos casos se vuelve un problema, y más si es tan grave que se convierte en una fobia. Cuando esto ocurre, hay que intervenir.
En este artículo veremos varios consejos sobre cómo hacer desaparecer el miedo a las alturas, o al menos mitigar sus efectos para que deje de ser un problema.
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Primera cuestión: ¿debo ir al psicólogo?
Para empezar, es importante considerar que, como muchos otros fenómenos y rasgos psicológicos, el miedo a las alturas puede presentarse en diferentes intensidades. Cuando su nivel es relativamente bajo o moderado, es posible hacer progresos por propia cuenta, sin ayuda de otras personas. Sin embargo, si ese temor se vuelve muy extremo y el nivel de ansiedad es tan alto que se pierde el control totalmente, es necesario acudir a un profesional de la salud mental para recibir psicoterapia.
Afortunadamente, las fobias son trastornos que en la mayoría de los casos pueden remitir hasta que sus efectos son tan bajos que no interfieren más en la calidad de vida de la persona.
Por supuesto, la línea que separa los miedos de las fobias (miedos patológicos) es difusa, y por eso es necesario que sea un profesional el que realice el diagnóstico, y no uno mismo.
Dicho esto, pasemos a ver cuáles son los consejos para superar el miedo a las alturas en el caso de que el nivel de ansiedad y temor manifestado no sea muy extremo.
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Cómo vencer al miedo a las alturas
Sigue estos pasos adaptándolos a las características de tu vida y de tu día a día.
1. Habla sin complejos acerca de tu problema
Este es un primer paso para poder afrontar el temor a las alturas. Hacer esto se permite librarte de la preocupación extra de dar mala imagen si hay alguien de tu entorno cerca cuando entras en una crisis de este tipo. Además, tiene la utilidad obvia de que el resto de personas te podrán ayudar, por ejemplo, para que puedas tener un soporte cuando te sientas mal por este motivo.
2. Establece una distancia razonable
En este paso, debes imaginar lugares en los que hay un precipicio y establecer, también en tu imaginación, cuál es el umbral que separa la zona realmente peligrosa de la que no lo es.
Hacer esto repetidas veces te ayudará a solucionar la incertidumbre que da no tener claro cuándo el miedo es justificado y cuándo no, y generalizarás este criterio espacial a muchas otras situaciones reales o imaginadas en las que haya un precipicio.
3. Asume que las emociones no obedecen a la lógica
Si lees y te informas sobre el modo en el que los procesos mentales son relativamente independientes de los racionales, no te sentirás culpable por sentir ansiedad cuando estás cerca de un rico, una ventana grande, etc. Superar el miedo a las alturas es, por consiguiente, una tarea en la que hay que domar a parte del sistema nervioso de uno mismo, para que se ajuste al a racionalidad; es, en cierto sentido, un reto.
4. Visualiza imágenes que transmitan seguridad
Es bueno empezar a hacerse a la idea que la mayoría de las veces en las que las personas se acercan a precipicios y similares, nada malo ocurre. Para ello, recurre a la visualización e imagina a muchas personas aproximándose tranquilamente a un precipicio, manteniendo una distancia segura y confiando en las barandillas (si las hay).
Luego, imagina que tú imitas a esas personas. Lo bueno de estas escenas es que son realistas, porque encajan con lo que solemos ver en la vida real, aunque normalmente en esos contextos nos esté invadiendo la ansiedad.
5. Exponte a las alturas
Este es el paso determinante para vencer definitivamente a las alturas, pero debes hacerlo con ayuda. En tu primer intento, proponte ir un poco más allá del límite que sueles respetar para no sufrir demasiado por el miedo, y quédate allí durante unos minutos.
En el segundo, ve un poco más allá. De esta manera irás progresando poco a poco, asumiendo una curva de dificultad ascendente y terminando en un grado de proximidad al precipicio que pueda ser considerado un margen razonable desde el criterio de la seguridad. Por otro lado, si tienes acceso a tecnologías de realidad virtual, como el sistema VR de los videojuegos, también lo puedes usar para exponerte a precipicios que no son reales, a pesar de que resultan muy realistas.
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